Gobierno gasta (mucho) más de lo que le aprueban

En 2016, el Gobierno federal gastó 38.7 por ciento más de lo que le fue aprobado por la Cámara de Diputados en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Y no son solo algunos centavos; se trata de un gasto extra de 412 mil 911 millones de pesos.

A pesar del discurso de austeridad que inundó los anuncios de recortes al gasto público el año pasado, la realidad es que la mayoría de las dependencias de gobierno –incluida la Presidencia de la República- tuvieron gastos mayores a los programados.

Todas, salvo algunas excepciones. Las secretarías de Salud, Desarrollo Social, Medio Ambiente, Agricultura y Economía sí tuvieron recortes efectivos en su gasto.

De acuerdo con datos de la Cuenta Pública 2016, presentada por la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Energía o la Presidencia de la República son las oficinas que tuvieron los aumentos más significativos.

La Secretaría de Energía pasó de tener un presupuesto aprobado de 2 mil 807 millones de pesos a 328 mil 995 millones; un crecimiento de 117 veces en su gasto.

La Presidencia de la República gastó 85 por ciento más de su presupuesto original; pasó de mil 922 millones a 3 mil 550 millones de pesos.

En 2016, el Ejecutivo aplicó un recorte de 169 mil millones de pesos a diversas dependencias, para responder a la falta de ingresos del sector petrolero.

Sin embargo, al final el gasto gubernamental en el 2016 fue 2.5 veces más alto que el propio recorte aplicado por la Secretaría de Hacienda.

Aumenta gasto corriente

En el anuncio del recorte que la Secretaría de Hacienda hizo en el 2016, se dijo que se recortarían casi 16 mil puestos de burócratas para hacer un ahorro de casi 7 mil 100 millones de pesos.

Los datos de la Secretaría de Hacienda revelan, empero, que el gasto corriente aumentó en general 44 mil 17 millones de pesos, al pasar de 871 mil millones a 915 mil millones de pesos.

El gasto corriente se refiere a los relacionados con el pago al personal – de salarios, gratificaciones y otras prestaciones-, así como la compra de bienes y servicios que permiten el funcionamiento de las dependencias.

Por ejemplo, para el pago de aguinaldos y gratificaciones de fin de año, el Gobierno federal había presupuestado gastar 13 mil 122 millones de pesos, pero acabó gastando 20 mil 671 millones. Ese extra de 7 mil 549 millones representa un incremento de 57 por ciento.

La Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal, bajo la batuta de Humberto Castillejos Cervantes, no tenía presupuestado un solo peso para aguinaldos; sin embargo, al final del año recibió 15 millones 244 mil pesos.

Para la partida 27301 de “Artículos Deportivos”, el Ejecutivo en su conjunto tuvo un gasto de 134 millones de pesos, 50 millones (60 por ciento) más de los 84 millones que planeaba gastar.

En el arrendamiento de vehículos para servidores públicos, el Gobierno federal tuvo un gasto extra de casi 121 millones de pesos extras a los 104 millones que planeaba gastar; en total, se invirtieron 225 millones de pesos (92 por ciento más) en rentar automóviles para los funcionarios que cuentan con esa prestación.

La Secretaría de Relaciones Exteriores, por ejemplo, no tenía contemplado ningún gasto de ese tipo, pero al final del año invirtió 18 millones 170 mil pesos para la renta de vehículos.

En el pago de combustibles, lubricantes y aditivos se gastaron 875 millones de pesos más de lo planeado.

El Ejecutivo había contemplado invertir 3 mil 411 millones de pesos en ese rubro; terminó gastando 4 mil 286 millones; un 26 por ciento más.

Seis de cada 10 pesos del gasto extra en combustibles fueron utilizados por los vehículos que se utilizan en tareas de seguridad pública y seguridad nacional, del Ejército, la Marina, la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Gobernación –donde radican la Policía Federal y la Gendarmería Nacional-.

En el pago de pasajes aéreos, el gasto se incrementó también en un 28 por ciento, al crecer en 432 millones de pesos.

En el pago de viáticos, el gasto de la Administración Pública federal aumentó en un 31 por ciento, al gastar 914 millones de pesos más de lo programado.

En un inicio se autorizó un gasto para ese fin de 2 mil 919 millones de pesos; se acabaron gastando 3 mil 833 millones de pesos.

Para la realización de congresos y convenciones, las dependencias del Gobierno federal gastaron casi el doble de lo que estaba presupuestado: se había planeado un gasto de 358 millones de pesos y la inversión final fue de 702 millones de pesos.

Aumentos significativos

De acuerdo con datos de la Cuenta Pública 2016, presentada por la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Energía o la Presidencia de la República son las oficinas que tuvieron los aumentos más importantes:

Dependencia/ Actividad              Presupuesto aprobado                     Gasto real           Aumento

Secretaría de Energía                                2,807                                  328,995                117x

Presidencia de la República                        1,922                                  3,550                     85%

Gobierno federal                                           13,122                              20,671                   57%
   (aguinaldos y gratificaciones)

Renta de vehículos                                        104                                   225                         92%
            para servidores públicos

‘Artículos Deportivos’                                        84                                  134                         60%

 Combustibles,                                                3,411                                4,286                     26%
   lubricantes y aditivos

 Administración Pública                                 2,919                                    3,833                     31%
   (viáticos)

*Cantidades en millones de pesos

Menos a obra pública

Contrario a lo que sucedió con el gasto corriente, la inversión en obra pública disminuyó un 16 por ciento de lo que se tenía planeado.

El Gobierno federal había presupuestado recursos por 110 mil 307 millones de pesos y solo gastó 92 mil 770 millones; es decir, dejó sin invertir 17 mil 537 millones de pesos.

Por ejemplo, para la construcción de vías de comunicación –gasto radicado en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes-, se pretendía gastar 35 mil 789 millones de pesos; acabaron invirtiéndose solamente 18 mil 642 millones.

Esto representa una diferencia de 17 mil 146 millones; es decir, se gastó apenas el 52 por ciento de lo programado.

En el mantenimiento y rehabilitación de vías de comunicación, la SCT gastó mil 179 millones de pesos menos de lo programado a principios de año.

Para la supervisión de obras, esta dependencia dejó de gastar el 65 por ciento de los recursos que tenía presupuestados para ese fin.

Se le habían dado 4 mil 485 millones de pesos para ese fin, pero solo gastó mil 605 millones; 2 mil 880 millones de pesos menos.

La Secretaría de Salud, para el “mantenimiento y rehabilitación de edificaciones no habitacionales” no gastó un solo peso de los 7 millones 500 mil que tenía presupuestados para ese fin en 2016.