El PRI llega a su cumpleaños 89 con el riesgo de perder la presidencia por segunda vez en su historia

Actualmente, el candidato presidencial del PRI se encuentra en el tercer lugar de las preferencias electorales, sin embargo, el partido asegura que ganará las próximas elecciones
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El Partido Revolucionario Institucional (PRI) llega a su cumpleaños número 89 con el riesgo de perder la Presidencia de la República por segunda vez en su historia, luego de haberla recuperado en 2012 de la mano del mexiquense Enrique Peña Nieto.

El tricolor intenta retener su lugar en Los Pinos con José Antonio Meade Kuribreña, un hombre que ha sido cinco veces secretario de Estados y que formó parte del último gabinete presidencial, pero que nunca se ha afiliado al partido que hoy representa.

“Los vamos a construir juntos, ese México chingón, y juntos vamos a ganar. El partido es heredero de un legado de sensibilidad y transformación, el PRI y Plutarco Elías Calles cambiaron caudillos por instituciones”, aseguró Meade este domingo durante la celebración por el 89 aniversario.

Actualmente, diversas encuestas muestran a Meade en el tercer lugar de las preferencias electorales, por detrás de los candidatos de Morena y el PAN, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, respectivamente; lo que muestra el largo camino que tiene que recorrer.

Pese a la baja popularidad del presidente, Meade ha advertido que no se desvinculará del mandatario o del partido al que representa en estas elecciones, el candidato aseguró que sólo se alejará de los males que le hacen daño a México.

Al partido tampoco le han ayudado las detenciones por presuntos actos de corrupción de gobernadores que llegaron al poder de la mano del PRI, tal es el caso de Javier Duarte y Roberto Borge, así como César Duarte, quien ya cuenta con una ordenes de extradición.

Aunque el PRI ha expulsado a algunos de estos personajes de sus filas, la huella que dejaron en el partido ha sido difícil de borrar.  

El PRI también llega a este aniversario con los rumores de una posible salida del actual presidente del partido, Enrique Ochoa Reza, quien se ha desempeñado como vocero de la campaña, principalmente para atacar a Anaya y López Obrador.

El mes pasado, Meade sumó a su campaña a priistas de abolengo como el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, así como los ex presidente del tricolor, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes; lo que ha sido interpretado como un esfuerzo para asegurar el voto más duro del tricolor.

Sólo en una ocasión, el PRI ha perdido unas elecciones presidenciales. La primera derrota ocurrió en el 2000, cuando el panista Vicente Fox Quezada venció por diferencia de seis puntos porcentuales al priista Francisco Labastida Ochoa.

Antes de aquel incidente, el PRI había gobernado al país desde el final de la Revolución Mexicana. Durante todos esos años, el partido celebró elecciones totalmente a su favor, algunas de ellas con un priista como un único candidato al gobierno.

Originalmente, el tricolor nació con el nombre de Partido de la Revolución Mexicana (PRM) el 4 de marzo de 1929, fue hasta el 18 de enero de 1946 que cambió a su nombre actual, Partido Revolucionario Institucional.

Ahora, el PRI tiene el reto, de la mano de un no priista, de mantener la Presidencia de la República.

“Ni caudillos ni mesías”

José Antonio Meade, candidato a la presidencia por este partido, como único orador del festejo del partido, aprovechó la ocasión para asegurar que no permitirá la llegada de caudillos o mesías al poder, y pidió todo el apoyo a las bases del Revolucionario Institucional para impedir que “México tropiece” con el regreso de un caudillo a la presidencia.

De misma forma se refirió, sin nombrarlo, al candidato de la coalición Por México al frente, al señalar que “ningún candidato puede usar la contienda para lavar sus culpas y su dinero”.

“No hay cortina de humo que valga… el que la hace, debe pagarla”.

Y, trayendo a la memoria de los presentes a Luis Donaldo Colosio, Meade Kuribreña destacó que en México “hoy todavía tiene hambre y sed de justicia”, por lo que, sin tapujos, dijo “juntos vamos a hacer ese México chingón”.

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