PRI puede convertirse en satélite de la 4T
En medio de opiniones encontradas sobre el rumbo que debe seguir el partido, el PRI se encuentra a la deriva ideológica, pues mientras una parte de sus militantes apoyan las acciones del Gobierno federal, el resto busca crear una oposición real, en especial las nuevas generaciones
Salvador VegaEn la recta final del primer año de gobierno de la nueva administración, los partidos políticos siguen sin consolidar un bloque firme que haga un contrapeso real al régimen de la Cuarta Transformación. Sin embargo, de todos los bloques que conforman la oposición en nuestro país, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es el organismo que ha mostrado menos interés en confrontar las políticas del gobierno actual.
Luego de su segunda derrota consecutiva en las urnas en el mes de junio de este año, el tricolor entró en una etapa de reestructuración donde el objetivo principal es encontrar un nuevo rumbo para el organismo. Un propósito que Alejandro Moreno Cárdenas, actual titular del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del organismo prometió encabezar.
No obstante, a tres meses de la victoria de la fórmula de “Alito” en la contienda interna del partido, el discurso de transformación chocó directamente con las acciones de sus militantes tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, sectores en donde el acompañamiento de los legisladores de la bancada priista a las decisiones de Morena ha sido más que evidente.
El 12 de noviembre, el contraste de visiones quedó de manifiesto en la elección de la nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, quien llegó al cargo gracias a la negativa de los senadores priistas de realizar una nueva elección argumentando que se debía renovar todo el proceso desde el principio.
De esta forma, con el voto de los 14 funcionarios tricolores encabezados por Miguel Ángel Osorio Chong, Morena logró su cometido y el PRI dejó ver su rumbo en el Legislativo: delinear una órbita perfecta alrededor del poder.
La decisión no fue bien asimilada por los simpatizantes de la institución, en especial por un millón 448 mil 169 priistas, quienes representan el 84.12 por ciento de la base militante del partido, y quienes salieron a las urnas el pasado 12 de agosto para exigirle a la nueva dirigencia un cambio de rumbo.
“El PRI tiene su propia agenda política. Nosotros estamos siguiendo de cerca los resultados del Gobierno federal y estamos fijando las posturas coyunturales de lo que va ocurriendo en el país.
“Somos tradicionalmente una oposición crítica y competitiva pero también responsable. Nuestra intención no es ser una oposición radical que apuesta a que al país le vaya mal”, comenta Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI en entrevista para Reporte Índigo.
Para el presidente del tricolor, el camino para consolidarse como una oposición no está en los “gritos y sobrerazos”, sino en construir una política firme que brinde contundencia a la hora de señalar los errores del Gobierno federal.
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Asamblea del PRI a la vista
La transformación que enfrenta el partido tricolor, misma que comenzó con el cambio de dirigencia del CEN, tiene como objetivo su consolidación en la XXIII Asamblea Nacional a celebrarse el próximo año. Un espacio en donde los priistas de todo el país tendrán que asumir nuevos compromisos de cara a las elecciones del 2021.
Para Moreno Cárdenas, parte de esos pactos están en reconectar con las bases militantes a través de un proceso de recolección de información a escala nacional en donde queden definidas las nuevas prioridades del partido.
“Debemos de tener respuestas y promover el cambio interno y hacia afuera. Tenemos el compromiso de hacerlo con los priistas y con los mexicanos”, afirma Alejandro Moreno.
Estigmas imborrables
Los constantes tropiezos del Revolucionario Institucional han provocado que tanto el partido como sus representantes estén sumergidos bajo el estigma de la corrupción, lastre que con dificultad podrán borrar en el camino al proceso electoral del 2021.
Sin embargo, los fantasmas de las administraciones priistas no son los únicos contratiempos con los que el partido ha tenido que luchar durante este año.
Personajes como el senador Noé Castañón, el regidor Francisco García y César Augusto Santiago –quien estuvo afiliado casi medio siglo al organismo– fueron de los primeros en decirle adiós al instituto político.
Más tarde, en medio de la elección interna, el exrector de la UNAM, José Narro Robles, se despidió argumentando opacidad y favoritismos en el proceso de renovación de la dirigencia.
De igual manera, otra de las contendientes, la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, dijo adiós a las filas del tricolor al considerar que los intereses de la cúpula predominaban sobre la necesidad de renovación del partido.
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Pugna interna
La evidencia de que el Revolucionario Institucional busca transformar su imagen y discurso rumbo a los próximos comicios federales es poco clara.
El camino no es fácil y el instituto tendrá un duro 2020 por delante, en donde su trabajo en ambas Cámaras y la defensa de proyectos estratégicos para el país podrían ser la diferencia entre delinear su regreso al poder o mantenerse alejado de las preferencias del electorado.
Para el consultor y estratega en comunicación política e imagen pública, José Manuel Urquijo, es justo este reto el que tiene que descifrar el PRI para diferenciarse de los demás partidos políticos de oposición.
“Por una parte vimos que en el Senado de la República los integrantes de la bancada del PRI avalaron de alguna forma lo que sucedió con el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra al frente de la CNDH.
“Y por otro vemos al presidente del partido (Alejandro Moreno) que sale a decir que la nueva titular no cuenta ni con el perfil ni con la autonomía para enfrentar los retos de la Comisión, por lo que iban a impugnar su designación, lo que es una evidente contradicción”.
Para el analista político, el trabajo que se desprende a través del Legislativo y que choca con la visión que se pretende abordar en el nuevo PRI, podría llegar a ser confusa para el electorado.
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Rumbo al 2021
Más allá de abalanzarse por los votos o luchar por superar la presencia que mantiene el PAN como principal partido de oposición en el país, la estrategia priista rumbo al 2021 se concentrará en no perder los espacios que tienen en este momento.
“Las batallas no sólo son ganar espacios o lugares, sino a veces simplemente se gana cuando quedamos tablas; cuando no perdemos. Creo que esa es la apuesta que tiene hoy el Revolucionario Institucional”, comenta Urquijo.
A consideración del especialista, el halo de corrupción y la mala imagen pública que mantiene la organización política no ha mejorado, “una loza que le va a pesar al partido en términos de percepción y credibilidad” a la hora de pedir el voto a la ciudadanía.
“Va a ser muy complicado, parece que no va a terminar de cocerse esa nueva narrativa de aquí al 2021 pero al menos desde el CEN se nota en parte la intención.
“A la militancia yo no creo que esa cercanía al partido en el poder (Morena) le guste. Es más, hasta le puede molestar porque recordemos que en campaña López Obrador insistió en que era el peor partido y que eran unos corruptos. Entonces esa cercanía a la militancia le ofende”, opina el especialista.
Nueva visión Del PRI a debate nacional
Uno de los sectores que representa a las bases militantes y que cobrará relevancia rumbo a la XXIII Asamblea Nacional del organismo tricolor es el de los jóvenes priistas; una generación de políticos que planean ganar espacios y transformar la visión actual del partido sin dejar atrás la responsabilidad histórica y los errores de su partido.
Para Hiram Hernández Zetina, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de la Red Jóvenes X México, la oportunidad de presentarse en el 2020 con ideas sólidas y un nuevo rumbo para el partido es fundamental para demostrarle a la nación que el PRI puede ser competitivo.
“Estamos convencidos de que en la Asamblea del próximo año nuestra voz va a ser escuchada para definir temas muy importantes. No sólo de nuestra organización juvenil, sino del PRI. Y las propuestas más importantes de los jóvenes se van a centrar en crear un partido innovador, impulsor de las causas sociales que mueven a esta generación”, afirma.
En entrevista para Reporte Índigo, el representante nacional de la Red –organización política que aglutina al mayor número de militantes de menos de 35 años a nivel nacional– dijo que es muy importante que la militancia tenga un gran debate nacional sobre cuál es la posición ideológica del PRI en la actualidad, cuáles van a ser las causas que abandera el partido y debatirlas en el ánimo de la redefinición del camino rumbo al 2021.
“Los jóvenes del PRI vamos a ser una oposición muy fuerte contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y contra las acciones de la actual administración. Vamos a señalar y manifestarnos y vamos a salir a defender a los mexicanos”.
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Responsabilidad histórica
Para los integrantes de la nueva generación del PRI, el camino para confrontar a la sociedad y generar una nueva agenda no conciste en evadir los delitos cometidos por los representantes del partido o servidores públicos del pasado.
Hernández Zetina defiende que los integrantes del tricolor de menos de 35 años están conscientes de las fracturas del partido, pero también confían en que con el apoyo de la nueva dirigencia y regresando a las bases el organismo puede resurgir.
“Nuestra generación cree en el PRI, pero también creemos que no tenemos que pagar los platos rotos de quienes han usado las siglas del partido para beneficio personal. Y en ese sentido, vamos a demostrarle a todos los mexicanos que asumimos la responsabilidad histórica de militar en el PRI para transformarlo y reconstruirlo”.