Legisladores de Morena, el PRD y el PT impulsan una reforma para aumentar el trabajo del Congreso de la Unión y crear un nuevo periodo ordinario de sesiones cada año.
Con iniciativas de los tres partidos en ambas Cámaras, los congresistas van por acortar los periodos de receso en que solo trabaja la Comisión Permanente del Congreso.
Durante dichos periodos también tendrían que trabajar las comisiones legislativas para revisar los asuntos pendientes; esto, sin embargo, ocurre con muy poca frecuencia. Los periodos de receso parecen más bien ciclos vacacionales.
Actualmente, el Congreso de la Unión tiene dos periodos ordinarios de sesiones: el primero, del 1 de septiembre al 15 de diciembre; y el segundo, del 1 de febrero al 30 de abril
En los recesos, es posible que las Cámaras convoquen a periodos extraordinarios para tratar y aprobar asuntos urgentes o que sean terminados por las comisiones y estén listos para ser votados en el Pleno.
La mayoría de las iniciativas presentadas por los legisladores coinciden en que el tercer periodo se lleve a cabo entre los meses de junio y julio, una vez que hayan pasado los periodos electorales de inicios de junio, para no interferir con los procesos.
Las negociaciones para aumentar la marcha en la Cámara de Diputados y el Senado ya están avanzando. El cambio en el artículo 66 de la Constitución Política podría concretarse en el siguiente periodo ordinario de sesiones, que comienza el 1 de septiembre
Imagen y productividad del Congreso de la Unión
No solo la productividad ha motivado que se presenten varias iniciativas que buscan que el Congreso de la Unión trabaje más tiempo durante el año.
En la 64 Legislatura, que entró en funciones el 1 de septiembre del 2018 —primera en que Morena tiene mayoría en ambas Cámaras—, se han presentado seis iniciativas para modificar el artículo 66 de la Carta Magna, en la que se establecen los periodos en que el Congreso debe sesionar.
La primera de ellas fue de Pablo Gómez, diputado por Morena, quien propuso que el segundo periodo de sesiones no concluya el 30 de abril, como sucede ahora, sino que termine hasta el 31 de julio. Una de las motivaciones de Gómez es que se cambie la perspectiva que la sociedad tiene de sus diputados y senadores.
“Sin pretender que por el solo hecho de ampliar a nueve meses y medio las sesiones ordinarias se pudiera mejorar la imagen del Congreso, tal reforma podría propiciar alguna mejoría en la percepción pública que se tiene de los legisladores, si, además, en los dos meses y medio de receso que ahora se proponen, se llevara a cabo un verdadero trabajo de estudio y dictamen en las comisiones”, argumenta Gómez en su iniciativa.
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El legislador morenista reconoce que en los periodos de receso son pocos los dictámenes que se trabajan en comisiones, por lo que al arrancar los trabajos ordinarios no hay dictámenes listos.
El morenista Martí Batres Guadarrama, presidente del Senado, también presentó una propuesta para aumentar los días de trabajo del Congreso.
El 22 de mayo pasado, el senador propuso que el Congreso de la Unión tenga tres periodos de trabajo. El primero, del 1 de septiembre al 15 de diciembre; el segundo, del 1 de febrero al 30 de abril; y el tercero, del 8 de junio al 31 de julio.
“Si el Congreso mexicano sesiona en más ocasiones y de manera más constante a lo largo del año, el Parlamento podría tomar decisiones permanentemente, los temas nacionales se debatirían con fuerza a cada momento, se podrían realizar las reformas que el país necesita sin esperar a que haya períodos extraordinarios y se trabajaría en conjunto al ritmo que reclama nuestra sociedad”, señala Batres.
La propuesta del congresista fue suscrita por varios senadores de su partido, así como del PAN, Encuentro Social, Movimiento Ciudadano y el PVEM.
Otro legislador que también presentó una iniciativa sobre este asunto es Miguel Ángel Mancera, senador por el PRD, quien propuso ampliar las tareas legislativas de seis a nueve meses.
La propuesta del legislador es que se mantengan los dos periodos de sesiones pero se modifiquen sus tiempos: que el primero comience el 15 de agosto y concluya el 15 de diciembre; y que el segundo arranque el 15 de enero y termine el 30 de mayo.
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Mancera propuso, además, que este cambio se acompañe con un endurecimiento a los controles de asistencia de los diputados y senadores, así como una mejora en la productividad.
“Un congreso más activo, con regulaciones más demandantes, sentará las bases para mantener la Constitución, las leyes y los reglamentos actualizados y, con la influencia de buenos especialistas, quizá pueda enmendarse el rumbo y hacer normas más capaces de encauzar para el bien el comportamiento individual y social en México”, asegura Mancera en su propuesta.
Otros legisladores también han presentado iniciativas para ampliar el periodo de trabajo de diputados y senadores.
Verónica Juárez Piña, diputada por el PRD, propuso la existencia de un tercer periodo de sesiones que dure del 9 de junio al 31 de julio.
Mario Ismael Moreno, diputado por Morena, propuso que el segundo periodo de sesiones dure hasta el 31 de mayo.
Dionicia Vázquez, diputada del PT, propuso que el segundo periodo concluya hasta el 30 de junio y no el 30 de abril, como sucede actualmente.
Las negociaciones ya están en marcha entre las bancadas del Congreso, por lo que los tiempos legislativos podrían modificarse en el mediano plazo, sobre todo si son apoyados por la bancada de Morena.
