La zona de Paseo de la Reforma y de Chapultepec cambió este domingo, de ser un lugar de recreación familiar se convirtió en el escenario de protesta en contra de la Ley de Seguridad Interior.
Pasado el mediodía, un grupo de ciudadanos, familias, académicos, jóvenes, intelectuales y activistas se dieron cita en la Estela de Luz para marchar rumbo a los Pinos y exigirle al Presidente Enrique Peña Nieto “vetara” la polémica Ley y la regresara al Congreso para un análisis más profundo e integración de las recomendaciones de organismos de Derechos Humanos.
Para los manifestantes, la aprobación fue un engaño de los legisladores, ya que según ellos la aprobaron en “fast track” y mientras dormían, lo que impidió que hubiera un debate real y la incorporación de todas las voces.
“Los senadores aprueban esta Ley de Seguridad Interior en la Cámara de Diputados bajo una enorme irresponsabilidad, faltan prácticamente muchos de los legisladores, se ausentan a la votación y prácticamente hoy se convoca para que vayamos a pedirle al titular del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto, que regrese a la cámara de origen esta propuesta de Ley”, dijo Víctor Olmedo, uno de los organizadores de la manifestación.
Al lugar allegaron alrededor de mil personas, lo que ocasionó decepción y tristeza en los asistentes.
“Si somos más de 120 millones de mexicanos y esto nos afecta a todos, cómo puede ser posible que seamos tan pocos y que la gente esté paseando en Chapultepec o nadando”, reclamó don Elíseo.
Ante disputas y reclamos internos el contingente avanzó, gritando, reclamando, aplaudiendo y exigiendo paz y no a la militarización del país.
“Queremos paz queremos paz contra la impunidad y la guerra queremos paz” y “Los militares los tanques y la guerra los sigue pagando el pueblo con hijos sin escuela”, fueron algunas de las consignas que gritaron durante su marcha por Avenida Paseo de la Reforma.
Al paso se encontraron con familias riéndose, divirtiéndose y festejando posadas, también con automovilistas que con puño en alto y el sonido de su claxon mostraban su apoyo.
Al doblar por la Calzada Chivatito los gritos callaron, a unos metros de distancia los esperaban decenas de policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, equipados con tanquetas, rejas, escudos y toletes.
“Llego muy indignada porque quiero seguir caminando seguir gritando y no se vale que nos encapsulen así, esto es pacífico, hay familias, hay niños, hay ancianos”, dijo una madre.
Después vino el caos, un par de jóvenes encapuchados encendieron fuego con un aerosol y un encendedor, al instante fueron sacados a empujones y al grito de “provocadores”.
Una hora y minutos después, terminó la marcha.
Algunos se quedaron viendo a lo lejos a la policía que les impidió el paso, otros acompañados de sus hijos y mascotas optaron por quedarse a pasear.