La instalación desmedida de publicidad en los espacios públicos de Guadalajara es un jugoso negocio que se contrapone al interés social de tener un medio ambiente limpio y sin contaminación visual.
La tala clandestina de 139 árboles que se realizó a inicios de agosto en la avenida Lázaro Cárdenas y otras vialidades abrió el debate sobre la responsabilidad social de las marcas, de las empresas de publicidad y de los propietarios de los espacios publicitarios.
Ante la abrumadora presencia de espectaculares, algunos publicistas, entre ellos Fernanda Guerra, buscan replantear su estrategia para no transgredir el derecho a transitar por una ciudad digna y sustentable.
“Debemos crear publicidad que embellezca, que rescate, que sea propositiva, que sea como un legado, y no algo que cause tedio, enojos y contaminación visual”, explica Fernanda Guerra.
Además de realizar una campaña en colaboración con la asociación civil Red Árbol para evidenciar a las marcas involucradas en el ecocidio de Avenida Lázaro Cárdenas, advierte sobre la falta de creatividad en la escena publicitaria local.
“Los espectaculares y los medios masivos pueden ser efectivos en algunos casos, pero en realidad, es una forma de sacar más dinero, porque las agencias de publicidad se llevan millonarias comisiones.
“Las agencias tienen que valorar si lo están haciendo porque es conveniente para el cliente y qué tanto impacto va a tener ambiental y socialmente sobre las personas”, señala.
Y es que una empresa como Publicidad Rentable, S.A. de C.V. puede imponerse sobre los árboles, que son un bien público.
La denuncia presentada por el publicista Flavio Hernández Córdova ante la Procuraduría General de la República acusa a Ricardo Escoto Núñez de ser el responsable de la tala de árboles en la avenida Lázaro Cárdenas.
Escoto Núñez, señalado por Reporte Indigo como el zar de los espectaculares en el Distrito Federal, es dueño de la empresa Publicidad Rentable, que opera en la capital de Jalisco.
En la denuncia presentada el 23 de agosto, se indica: “Los anuncios beneficiados son los encabezados por Ricardo Escoto Núñez, y que por medio de su subcontratación a los denominados ‘castores’ generaron la tala de dichos árboles”.
Según la revista Proceso, en agosto de 2011 existían por lo menos mil 800 espectaculares con licencia en los municipios metropolitanos de Guadalajara. Pero hay que agregar los que son colocados sin contar con el permiso correspondiente.
Las empresas que rentan estos espacios en las calles de la ciudad tienen ingresos que fluctúan entre 36 y 126 millones de pesos mensuales.
Lo anterior de acuerdo con un cálculo realizado por Reporte Indigo con el costo menor y el mayor de los espacios, multiplicado por el número de los mismos en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
Por otra parte, durante las pasadas campañas electorales, los anuncios espectaculares se multiplicaron, y muchos de ellos fueron pagados por los políticos ahora electos.
Un ejercicio realizado por Reporte Indigo el 27 de junio pasado evidenció que tan solo en las avenidas Américas, López Mateos, Vallarta y Periférico, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, hoy gobernador electo de Jalisco, debió invertir alrededor de 925 mil pesos mensuales en espectaculares.
El precio de un espectacular ubicado en la ZMG va de 20 mil a 70 mil pesos mensuales. Para el ejercicio de muestreo, se consideró un precio promedio de 25 mil pesos mensuales por anuncio.
Sin duda, es un jugoso negocio que propicia que algunos particulares pongan su interés económico por encima del bien común.
Fernanda Guerra afirma que es necesario aprovechar más las redes sociales e Internet.
Pero también aclara que la sobreexposición a la publicidad no es una garantía de ventas para los anunciantes.
“Si te bombardean con 70 mensajes en lo que vas de tu casa a la escuela, no vas a recordar nada. Es un canibalismo entre las marcas. La cantidad de espectaculares en Guadalajara es abrumadora, ya nos ha hecho inmunes a los mensajes”.
Pero son pocos los asesores y publicistas qcomprometidos con el cuidado del medio ambiente y defensa del interés público.
“Ahorita está del carajo la situación. No es ni un poco favorable. Lamentablemente, quienes traen la publicidad que aporta, la más efectiva, somos muy jóvenes. Todavía mandan los grandes, quienes no traen esta conciencia que traen las nuevas generaciones”, explica Guerra.
Las talas clandestinas dejan ver que primero están los intereses particulares, y después la calidad del medio ambiente, dice Gustavo Acosta, de Red Árbol. “Lo que pasó mucho tiempo en la ciudad es que dejamos crecer el interés privado, y no teníamos conciencia de que necesitábamos del interés público.
“Ese interés público viene a destacar nuestro derecho a los espacios públicos, a los bienes ambientales, y nuestro derecho a que en nuestra ciudad no exista contaminación visual”, afirma.
Agrega que la señalética y la publicidad deben servir para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Guadalajara en lugar de privilegiar los intereses de empresas particulares.
“La dimensión económica de la ciudad debemos trabajarla con vías a la dimensión pública y social”, destaca.
A raíz de la tala clandestina en las principales avenidas metropolitanas, el Colectivo Ecologista Jalisco, Movimiento Propuesta Ciudadana, Primavera 12, Ciudad para Todos y Red Árbol buscaron un acercamiento con las empresas propietarias de las marcas anunciadas en los espectaculares colocados en los lugares donde antes había árboles.
Fernanda Guerra señala que a los dueños de los espectaculares les importa muy poco tener una buena imagen en la comunidad.
“Si le caen bien o mal a la gente, la verdad ni les importa. A ellos les interesa vender el espacio publicitario, y hasta ahí”.
Pero advierte que los dueños de los espacios tienen que entender que la tendencia actual de la publicidad, y de la comunicación en general, le da prioridad al cuidado de la naturaleza y del medio ambiente.
En defensa del árbol urbano
La desvalorización del árbol urbano se está volviendo un problema común en la ZMG porque no es considerado un bien ambiental.
Para algunas dependencias públicas, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los árboles incluso son un estorbo, no un bien público.
Red Árbol señala que los principales enemigos de los árboles son la publicidad exterior, la CFE y los propios ciudadanos.
Gustavo Acosta explica que los ayuntamientos no solo son corresponsables de la falta de vigilancia de los árboles, sino que se han detectado casos de corrupción en los departamentos municipales de Parques y Jardines.
Agrega que en lugar de hacer programas de reforestación, las administraciones municipales deberían apostar por una política pública que pugne por la conservación del arbolado.
“Existe el mito de que si derribo un árbol, voy y planto dos, y no hay problema. La realidad no es ésa, dos árboles recién plantados no producen el mismo oxígeno que produce un árbol grande”, señala Acosta.
Pero la tala de árboles no solamente está vinculada a los intereses económicos de las compañías publicitarias. Empresas como Oxxo, 7 Eleven y Walmart, entre otras, también derriban árboles para mejorar visibilidad de sus tiendas.
Red Árbol agrega el caso del edificio Horizontes Chapultepec, que una vez que empezó su campaña para vender los departamentos, taló todos los árboles que tapaban sus anuncios.