A dos semanas de que la Procuraduría General de la República (PGR) dijera que los 43 normalistas de Ayotzinapa pudieron ser calcinados, persisten las dudas.
Los padres de los estudiantes visitaron el basurero de Cocula y afirmaron que allí no hay restos de un incendio. Pobladores de la región han declarado que una hoguera no pudo mantenerse durante tanto tiempo, porque esa noche llovió.
Reporte Indigo presenta la versión de dos expertos en cremación: uno asegura que es posible incinerar cuerpos al aire libre, otro, que sería casi imposible mantener el nivel necesario de calor para incinerar muchos cuerpos y que resultaran en solo cenizas.
La última palabra podría tenerla el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck, en Austria, a donde la Procuraduría envió los restos encontrados en Cocula para un análisis mitocondrial.
El factor de la grasa corporal
En abril de 2012, un crematorio en Austria se incendió repentinamente mientras se incineraba el cadáver de una mujer de 200 kilogramos de peso.
Los peritos que analizaron el siniestro concluyeron que la causa había sido el exceso de grasa corporal del cadáver.
La grasa derretida obstruyó los filtros de aire de la instalación y provocó un recalentamiento, de acuerdo con el reporte del diario local Daily Mail.
Dos años después, este caso es utilizado por Manuel Esparza Navarrete, quien fue coordinador de investigación de la fiscalía para la investigación de homicidios de mujeres en esa ciudad.
En entrevista telefónica desde Ciudad Juárez, en Chihuahua, Esparza Navarrete asegura que “es falso que sea imposible cremar al aire libre los cuerpos”.
El también fundador y director de la división de investigación criminal de la Academia Mexicana de Investigadores Forenses detalla que, en su experiencia como funcionario público, presenció tres casos en los que se quemaron cuerpos al aire libre en campos desiertos.
“En un caso, es increíble a lo que se redujo el cuerpo, solo al torso. Usaron llantas y combustible para encenderlas”, relata.
El especialista hace énfasis en que las llantas arden a altas temperaturas y la gasolina se evapora rápidamente, por lo que es necesario considerarlas a pesar de que la cremación pudo ser al aire libre.
Esparza Navarrete cree que los análisis que niegan la posibilidad de esta cremación ilegal desestiman la importancia de la grasa corporal como combustible.
Recuerda que en uno de los casos que investigó se recuperaron algunas piezas dentales y unas argollas metálicas de la víctima deterioradas por el fuego, pero fue porque esa noche llovió y la cremación no pudo concluirse.
Otro de los casos que atendió fue el de una chica cuyo cuerpo aún estaba en llamas cuando llegaron los peritos.
Las antropólogas forenses que trabajaban en la procuraduría les dijeron que no podían echarles agua, porque los huesos se quebrarían.
“En las circunstancias que (los testigos) manejan, sí es posible que únicamente se encuentren fragmentos de dentada, porque lo hemos visto”, añade el exfuncionario.
En su experiencia, un cuerpo cremado con llantas y combustible tardó seis horas en incinerarse.
Los restos quedan tan dañados que “cuando uno los va a levantar se deshacen en las manos. Ellos (los sicarios) saben que eso les va a funcionar”.
La versión de la PGR es increíble
Para la directora ejecutiva de la Asociación de Cremación de Norteamérica (CANA, por sus siglas en inglés), Bárbara Kemmis, la versión de la PGR parece increíble.
En una entrevista desde Wheeling, Illinois, la experta explica cómo funciona la cremación moderna.
Esta cremación, dice, tiene lugar en una máquina cerrada, donde se crema un cuerpo a la vez.
“La máquina se precalienta a aproximadamente 1600 F (871 centígrados) y luego se inserta el cuerpo en un ataúd de cremación.
“Todo el proceso, desde el precalentamiento hasta la cremación y el enfriamiento dura aproximadamente 2 horas y media. Al final del proceso, los fragmentos de hueso permanecen”, explica.
La práctica común en México es que antes de entregarse a los familiares, los fragmentos son triturados en una máquina especial. Estos fragmentos, que son el residuos de los huesos, no poseen material biológico.
“Si la cremación es exhaustiva y completa, las pruebas de ADN no son posibles”, alega la directora de la CANA.
Esas son las cenizas que ahora se analizarán en Austria, de acuerdo con la Procuraduría.
Kemmis explica que para incinerar cualquier cuerpo y obtener fragmentos de hueso se necesitan temperaturas mayores 537 grados centígrados.
Para 43 cuerpos empapados con gasolina se necesitarían al menos 10 horas, refiere, probablemente mucho más tiempo, pero no hay manera de estar seguro ya que no hay precedentes.
“Si el espacio estaba contenido, tendría que estar aisladas con materiales incombustibles”.
La declaratoria de que se aisló el espacio con piedras le parece lógica, ya que las piedras se calentarían y reflejarían el calor.
“El plástico y las ramas actuarían como combustible, como la gasolina”, acepta.
Pero si esto sucedió en un espacio abierto, sería casi imposible mantener el nivel necesario de calor para incinerar muchos cuerpos y que resultaran en solo cenizas, revira.
La especialista dice que en caso de que los estudiantes hubiesen sido incinerados, es totalmente seguro que debió verse una gran columna de humo y un olor nauseabundo inundaría la zona.
La única forma de encontrar ADN, insiste la directora de la asociación estadounidense, es que hayan quedado restos de carne y hueso.