Hubo un tiempo en que el pulque era la bebida de los dioses. Y ese néctar consagrado a Mayahuel, la diosa prehispánica de la fertilidad, tiene en Tlaxcala su mejor versión.
Millones de magueyes llenan los territorios tlaxcaltecas y sus mieles son el deleite de propios y extraños. La refrescante bebida, fruto del maguey y fermentada en tinacales artesanales, tiene ahora cientos de versiones.Los pulques de San Isidro se venden en “La Catedral del Pulque”, en Lorenzo Boturini e Isabela la Católica. Y en el Salón Casino se sirven curados con frutas de la estación.