Las Rastreadoras de Sinaloa ponen a la venta un libro de recetas

Rastreadoras, cocina para la memoria

Las Rastreadoras de Sinaloa ponen a la venta un libro de recetas con las comidas favoritas de sus familiares desaparecidos para recordarlos en la mesa y de esta manera resistirse al olvido

Tener presentes en la mesa y en la memoria a los desaparecidos del país movió a las Rastreadoras del Fuerte a crear un libro de recetas de cocina.

El Recetario para la memoria, un proyecto gastronómico y social, recopila las recetas de las comidas favoritas de los hijos, esposos y hermanos que son buscados por las mujeres de sus vidas.

Las Rastreadoras del Fuerte, como las llamó por primera vez el periodista Javier Valdez, asesinado en mayo de 2017, es un grupo que se forma en Sinaloa en 2014, tras la desaparición de Roberto Corrales Medina en Los Mochis. Actualmente está integrado por más de 130 mujeres que afirman que no buscan cuerpos en fosas clandestinas; buscan tesoros, pues quienes están bajo tierra para que jamás les encontraran, constituyen lo más valioso para su familia.

En entrevista, Zahara Gómez, creadora y fotógrafa del Recetario para la memoria, explica que el proyecto nació no sólo por el deseo de honrar a aquellos que se llevaron sino por la voluntad de crear puentes y lazos con la sociedad.

Queríamos una forma de poder convocar al público que no está familiarizado con el problema de los desaparecidos, invitarlos a ser parte de esta cuestión porque si bien cada desaparecido provoca un dolor en una familia, también nos daña como sociedad cada que no sabemos el paradero de alguien
Zahara GómezCreadora y fotógrafa del Recetario para la memoria

Para Zahara, quien desde 2016 trabaja codo a codo con las mujeres quienes por amor a sus seres queridos han realizado el trabajo que le compete a las autoridades como la búsqueda de cuerpos, descubrió que la cocina es un lugar de evocación para hablar de aquel tesoro que les falta.

“Las mujeres que esperan a alguien no sólo hablan de él o de ella desde el momento en que desaparecieron, sino también del momento en que estaba en vida”, comenta.

Para las Rastreadoras, no hay lugar donde no recuerden a sus familiares, sin embargo, en la cocina es diferente la manera en que los evocan, pues se convirtió en un espacio en el que pueden acordarse que a José le gusta comer espagueti; a Roberto, pozole; a Ernesto, su bistec ranchero, y los huevos cocidos para Juan.

“Queremos plasmar con el corazón lo que a cada uno de nuestros tesoros les gustaba comer, les gusta, porque recuerda que ellos aún siguen vivos mientras los tengamos en nuestra mente, en nuestro corazón, seguirán vivos. Por eso cocinar será como compartir con ellos los alimentos de nuevo, como cuando estaban con nosotras”, escriben en el sitio web del recetario las madres, hijas y esposas que forman parte del colectivo.

De acuerdo con esta organización, hasta ahora han localizado los restos de 195 personas víctimas de desaparición forzada mientras que para enero de 2020 se seguía en la búsqueda de mil 504 víctimas de dicho delito.

195
restos de víctimas de desaparición forzada han encontrado Las Rastreadoras del Fuerte

“Es difícil recordar a alguien que no sabes hasta cuándo volverás a ver, pero sin duda fue un honor tenerlos presentes desde la cocina. Muchas veces las mujeres no habían vuelto a cocinar el platillo favorito de sus desaparecidos, a muchas les daba tristeza, pero fue un momento de valor, de mucha intimidad y de entrega, de querer que en otro hogar cuando se cocine un pozole se pueda recordar a Roberto, por ejemplo”, señala la creadora Zahara Gómez.

Alimento para la memoria

El amor y el acto de resistir fue lo que llevó a las familiares Rastreadoras a hacer “un recetario para accionar, para aprender a cocinar, para alimentarse la memoria, resistir al olvido, nutrirnos de resistencia, para que lo individual sea colectivo, para tener una mesa puesta y sentarse a compartir”, sentencian en la página web.

Zahara conoce la labor de familiares de desaparecidos no sólo en México sino también en países como Guatemala y Argentina, por ello resalta que la importancia de este proyecto es que la sociedad deje de estigmatizar a las madres que buscan a sus hijos y se unan a su lucha.

“Cuando se planteó traer a la mesa a los que nos faltan quisimos que no sólo fuera para la familia, sino también para aquellos que no los conocen y así logren apropiarse de los desaparecidos, encontrar ese formato de unión y darles espacio es más de un hogar a los más de 60 mil que nos faltan”, menciona.

Para las mujeres cocinar tuvo otro significado pues se volvió una acción contra el olvido que a su vez es una reivindicación en lo íntimo donde aparece un acto social que se organiza alrededor de las comidas, alrededor de la mesa, porque es alimentar al otro, alimentarnos juntos.

Desde el amor de madre, hija, hermana y esposa, detallan que este proyecto permite acercarse a cada una de las historias de las personas desaparecidas no desde las cifras o las estadísticas, sino desde la parte más humana de cada una de ellas. “Cada una de las recetas que comparten ayuda a conocer mejor a sus seres queridos desaparecidos y muestra el hueco que han dejado cada uno de ellos, no sólo en su familia, sino en todos como sociedad”, manifiestan en el Recetario.

Gómez explica que las ganancias de las ventas del Recetario para la memoria, un libro autoeditado de mil ejemplares, serán divididas al 50 por ciento con las Rastreadoras para sus necesidades de búsqueda, pues, al ser un colectivo que sale a campo todos los miércoles y domingos, hacen gasto para moverse en gasolina hasta comprar palas para desenterrar los tesoros que les han quitado.

El precio del libro en físico es de 480 pesos más gastos de envío, aunque en caso de estar en la CDMX podremos hacer entrega en mano mientras que si lo quieren en descarga digital está a 280. Estamos contentas porque la verdad la respuesta de la gente ha sido muy bonita, lo han comprado tanto que ya hasta vamos a sacar una segunda impresión. Todo sea porque regresen a casa los que nos faltan
Zahara GómezCreadora y fotógrafa del Recetario para la memoria

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