Reafirman defensa wixárika
“Son un sinfín de atropellos, un sinfín de anomalías las que ocurren día con día en nuestras comunidades y es por ello que nos obligamos a tomar esta decisión de hacer un pronunciamiento”.
Así se expresó este lunes el Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta, su territorio sagrado enclavado en la sierra de Catorce, en Real de Catorce, en San Luis Potosí.
Jonathan Ávilahttps://www.youtube.com/watch?v=1ZxYVLqJb_E
“Son un sinfín de atropellos, un sinfín de anomalías las que ocurren día con día en nuestras comunidades y es por ello que nos obligamos a tomar esta decisión de hacer un pronunciamiento”.
Así se expresó este lunes el Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta, su territorio sagrado enclavado en la sierra de Catorce, en Real de Catorce, en San Luis Potosí.
En el marco del 21 aniversario del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, miembros de la comunidad wixárika del norte de Jalisco hicieron un pronunciamiento en el que pidieron que empresas y autoridades cesen la invasión a sus territorios sagrados.
Los wixaritari, indígenas del oeste central del país, con presencia en los estados de Jalisco, Nayarit y algunas partes de Durango y Zacatecas, expresaron así su malestar ante las amenazas a su patrimonio cultural, representadas en industrias hidráulicas, mineras y turísticas.
La más conocida de esas intimidaciones es la serie de concesiones mineras que se otorgaron desde el 2010 en Wirikuta, una extensión de más de 140 mil 211 hectáreas, en el municipio de Real de Catorce, en San Luis Potosí.
Considerada un Área Natural Protegida, Wirikuta es también desde 1988 integrante de la red de sitios sagrados naturales de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Allí, el gobierno mexicano entregó 22 concesiones a la empresa minera canadiense, First Majestic Silver, a través de la filial mexicana Real Bonanza.
Un 70 por ciento de las más de 6 mil hectáreas concesionadas a la firma trasnacional está dentro del territorio sagrado wixárika.
“En la lucha que estamos haciendo, en cuanto a los lugares sagrados, el sentimiento es que es mucho lo que nos han quitado, y nos van a seguir quitando, pues no lo vamos a permitir.
El pueblo wixárika también se ha unido con el pueblo nayeri, los coras, y estamos dispuestos a proteger, a protestar ante los organismos internacionales, a los medios que tengamos que recurrir, pero los lugares sagrados jamás serán expropiados, desaparecidos”, manifestó Santos de la Cruz Carrillo, autoridad wixárika de Bancos de San Hipólito, en Durango.
Conflictos en Jalisco y Nayarit
En Jalisco, el caso más sonado ha sido el de la invasión de más de 10 mil hectáreas de terreno en la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán.
En mayo pasado la asamblea wixárika de San Sebastián Teponahuaxtlán manifestó que se realizarían acciones para presionar a los gobiernos de Jalisco y Nayarit ante la falta de cumplimiento de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para restituir tres mil 500 hectáreas, como se había acordado en 2014.
Pero las presiones poco abonaron y en julio de este año alrededor de 200 indígenas wixárikas tomaron un predio de más de mil hectáreas que se ubica entre los limites de La Yesca en Nayarit, y Mezquitic, Jalisco.
Dicha toma se realizó para evitar que Ramón Muro, un ejidatario de la región, invadiera de nuevo sus tierras.
En Tatei Haramara, lugar sagrado para los wixaritari de San Blas, en Nayarit, el polémico alcalde independiente Hilario Ramírez Villanueva “Layín”, entregó más de 100 hectáreas a una empresa, para que ésta explotara turísticamente ese territorio.
Fue en 2011 cuando “Layín” que entonces era alcalde –hoy lo es nuevamente, recordado por su declaración de que “robó poquito”–, pidió a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la entrega de ese centenar de hectáreas.
En agosto de 2014 Juan José Guerra Abud, titular de Semarnat, desincorporó la zona del régimen de dominio público y la entregó a la desarrolladora turística Desarrollos Turísticos Aramara, S.A. de C.V. y Desarrollos Turísticos Paraíso del Rey S.A. de C.V.
Pero con la postulación por la vía independiente del edil, el caso se reavivó pues Cipriano Pacheco Peña, registrado como suplente de “Layín”, presidía la citada compañía.
Ante estos casos, este lunes, el pronunciamiento se centró en la exigencia a los distintos niveles de gobierno para que haya un respeto a esos sitios ceremoniales, arrebatados por empresas en colusión con autoridades federales y estatales.
“Que nos respeten en nuestras formas de decisión y organización, es decir, dentro de nuestro ejercicio pleno de libre determinación y autonomía. Ya que la autonomía es nuestra arma y la mejor forma de resolver los problemas y carencias históricas que enfrentamos los pueblos indígenas”, leyó Santos de la Cruz, un wixárika formado en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Gobierno de Jalisco, diálogo abierto
Sobre la relación que ha tenido la comunidad del norte de Jalisco con el gobierno de Aristóteles Sandoval, los representantes señalaron que poco a poco se ha ido cerrando la brecha.
“Cuando inició este gobierno sí había un distanciamiento muy marcado, pero por las persistencias, las demandas y los pronunciamientos de las comunidades, actualmente el gobierno del Estado está, a través de la dirección de Asuntos Agrarios, dando apoyo en cuanto a asesoría y seguimiento a los temas que nos unen”, explicaron.
Reconocieron que el actual gobierno estatal se ha involucrado en los temas que ellos demandan, y aunque se trata sólo de temas agrícolas se han podido resolver problemáticas territoriales que tenían más que nada en la restitución de tierras.
Los representantes del Consejo Regional destacaron que más allá de la celebración por el día internacional que la Organización de la Naciones Unidas estableció en 1994, para recordar a los pueblos indígenas, es la unidad de las comunidades wixaritari la que debe celebrarse.
“Quienes conformamos el Pueblo Wixárika nos encontramos en una nueva etapa de hermandad, coordinación y fortalecimiento, reconocimiento que la unidad es una necesidad para visibilizarnos ante la comunidad nacional e internacional”, señalaron en su pronunciamiento.
“Los wixaritari somos de Jalisco, somos orgullosamente, se podría decir, hasta tapatíos, aunque no tengamos los ojos de color, pero somos orgullosamente de Jalisco”, concluyeron en voz de Santos de la Cruz.