La recta final

En menos de 10 días se terminarán las campañas de la elección más grande en la historia de México, periodo en el que se incrementarán los ataques entre los candidatos presidenciales y prácticamente se librará una batalla sin cuartel
Imelda García Imelda García Publicado el
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[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_wv65kgs2″ responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] En menos de 10 días concluyen las campañas de la elección más grande en la historia del país.

En los cuartos de guerra, los equipos de los presidenciables ya preparan las pinceladas finales de uno de los periodos electorales más complejos de los últimos tiempos.

Por lo pronto, algunos candidatos ya tienen claro dónde terminarán su campaña el próximo 27 de junio.

90
días dura la contienda electoral

Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES), cerrará sus actividades en el emblemático Estadio Azteca.

Ricardo Anaya Cortés, abanderado de la alianza Por México al Frente (PAN, PRD y MC), ha dicho que no tendrá uno, sino varios cierres de campaña; aunque no ha definido el lugar de su último evento.

El equipo de José Antonio Meade, aspirante de la coalición Todos por México (PRI, PVEM y NA), anunció que su cierre será en Coahuila, sin definir el lugar preciso; sin embargo, la opción se revisa después del asesinato en Piedras Negras de Fernando Purón, candidato del PRI a una diputación federal.

Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, anunció que su cierre de campaña será cibernético, pues no realizará acto masivo alguno y más bien se conectará con sus seguidores vía Facebook.

Estos cierres de campaña pondrán punto final a 90 días sui géneris, marcados por la violencia y el asesinato de decenas de actores políticos; ataques judiciales y acusaciones de corrupción entre los candidatos presidenciables; un imbatible primer lugar; la pelea por la segunda posición; empresarios entrando al debate público; partidos políticos divididos y el fracaso de las candidaturas independientes para la Presidencia de la República.

9
días faltan para que terminen las campañas

A estos últimos días se suma, además, la coyuntura de la Copa Mundial de Futbol, que comenzó a jugarse la semana pasada y consume la atención de millones de ciudadanos en todo el país.

Con el respaldo de la última encuesta realizada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que lo pone en primer lugar de las preferencias, Andrés Manuel López Obrador será el objetivo principal de sus adversarios en estos últimos días de campaña.

En la recta final, todo parece centrarse en la lucha por el segundo lugar en las preferencias electorales.

A contrarreloj

El 27 de junio los candidatos cerrarán campaña, ¿en dónde?

Andrés Manuel López Obrador

> Candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES)

Estadio Azteca.

Ricardo Anaya Cortés

> Abanderado de la alianza Por México al Frente (PAN, PRD y MC)

Sin definir el lugar.

José Antonio Meade

> Aspirante de la coalición Todos por México (PRI, PVEM y NA)

En Coahuila, sin definir el lugar preciso.

Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”

> Postulante Independiente

Se conectará con sus seguidores vía Facebook.

Etapa intensa

Los principales sucesos que han marcado el periodo electoral

> La violencia y el asesinato de decenas de actores políticos

> Ataques judiciales y acusaciones de corrupción entre los candidatos presidenciables

> Empresarios entrando al debate público

> Partidos políticos divididos

> El fracaso de las candidaturas independientes presidenciables

¡Sálvese quien pueda!

Expertos auguran que los últimos 10 días de la campaña serán “desgarradores”, pues es el último intento de José Antonio Meade y Ricardo Anaya de colocarse en un lugar que pueda representar competencia real para Andrés Manuel López Obrador.

Para Ulises Corona, analista político y catedrático de la UNAM, esta etapa de la campaña será la más fuerte, pues además de que es la última oportunidad que tienen los candidatos para ganar el voto ciudadano, es cuando el gobierno puede meter una mano al proceso electoral.

Los últimos días de la campaña electoral serán los más difíciles, pues es la oportunidad final que tienen los candidatos para ganar el voto ciudadano y donde analistas prevén la intervención del Gobierno federal

“Lo que vamos a ver es un ‘Sálvese quien pueda’, los vamos a ver desgarrándose las vestiduras, sacándose todos los trapitos al sol, sobre todo por lo importante de remontar al segundo lugar.

“Y también veremos la operación política del Gobierno federal ya en marcha; los recursos de todos los programas sociales están bajando y esos recursos que van a beneficiar curiosamente a clases medias y clases bajas, que son los que pueden definir la elección”, expuso en entrevista.

El especialista señaló que la campaña se ha caracterizado por la poca exposición de argumentos políticos y las propuestas a corto plazo, sin una visión integral del futuro de México.

Además, en la contienda, han sido varios los factores de poder que han intervenido, como los empresarios, la Iglesia y hasta los grupos criminales.

En este último trecho, sostuvo, todos los factores tendrán movimientos más intensos para intentar obtener ventaja frente a sus adversarios.

“Me pregunto entonces, ¿Andrés Manuel ya es seguro ganador? La respuesta es: definitivamente no. En este cierre de campaña vamos a ver la mano del Gobierno federal versus el Presidente de la República, operando en favor del proceso electoral.

“Será una campaña desgarradora y después de ello la sociedad más confundida, pero esa es la estrategia: mientras más confusión hay, el voto efectivo se va anulando y solamente queda la alternativa para el voto duro”
Ulises CoronaAnalista político y catedrático de la UNAM

José Fernández Santillán, politólogo y catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superior de Monterrey (ITESM), consideró que lo más lamentable de la campaña electoral fue la violencia y el asesinato a decenas de políticos, así como el uso faccioso de las instituciones de procuración de justicia, como la PGR contra Ricardo Anaya.

“(La campaña) ha sido una competencia en que el Gobierno ha metido mano negra a favor del candidato del PRI —eso siempre había sucedido, pero ahora descaradamente se ha lanzado contra uno de los candidatos, Ricardo Anaya—, y ha puesto a la PGR como un alfil en el tablero del juego electoral.

“Es lamentable que nuestra democracia todavía sea una democracia subdesarrollada por este tipo de intervenciones del Gobierno en la contienda. La estrategia era bajar del segundo lugar a Anaya y subir a Meade, pero no les ha dado resultado y a favor de quien han trabajado y que debe estar muy agradecido es Andrés Manuel López Obrador”, comentó Fernández Santillán, también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

El experto calificó la campaña como una “guerra de lodo”, en la que nadie está libre de culpa, donde ha habido pocas propuestas, pero en la que de fondo sí hay un enfrentamiento de dos visiones de país.

“Hay analistas que dicen que no es una guerra ideológica, sino que esto es una campaña mediática. Cierto. Ha habido muchos spots, demasiados, y que han jalado el dinero hacia las empresas de imagen pública que se han hinchado de dinero.

“Pero ideológicamente sí hay una contienda, y es la lucha entre el neoliberalismo que representa Meade y el populismo que representa López Obrador. Alguien diría que entonces la solución es Anaya, el problema es que Anaya y su coalición no logró cohesionar un programa y una propuesta coherente, y Anaya se ha dedicado a hacer propuestas deshilachadas, sin un hilo conductor, sin una coherencia ideológica”, criticó el experto.

Fernández Santillán lamentó que no se haya concretado un proyecto integral de Nación que represente una verdadera opción de cambio, como sí ha ocurrido en otros países donde partidos disímiles han construido plataformas que contribuyen realmente al desarrollo de sus naciones.

Campaña manchada de sangre

La violencia ha sido una de las características de la campaña política que está por terminar en unos días.

Hasta la semana pasada eran 114 los políticos asesinados desde el inicio del proceso electoral en septiembre del 2017 y se habían registrado más de 300 agresiones directas e indirectas contra personas relacionadas con el proceso electoral.

En este periodo, decenas de denuncias de candidatos que recibieron amenazas o fueron atacados por grupos adversarios o de la delincuencia organizada se hicieron públicas.

El asunto llegó hasta la Secretaria de Gobernación; su titular, Alfonso Navarrete Prida, declaró a fines de mayo pasado que el asesinato de personajes políticos no estaba relacionado con cuestiones políticas.

Los asesinatos de 114 políticos han empañado este proceso electoral desde que empezó en septiembre de 2017; pese a la violencia registrada, el titular de la Segob ha declarado que los homicidios no estaban relacionados con cuestiones ideológicas

“Lo que se desprende es que han sido en su mayoría producto de disputas de delincuencia organizada; pero no quisiera ir más allá para que en un proceso electoral, una emisión de un comentario se pueda malinterpretar, pero ese es el asunto en realidad.

“Otra buena parte es de temas de índole personal, familiar y personal, y no ha habido un caso que pueda ser vinculado en este momento con razón ideológica o con motivo de la competencia de un aspirante o candidato a cargo de elección popular por sí mismo”, declaró Navarrete el 27 de mayo pasado.

Luego del asesinato Fernando Purón, candidato a diputado federal por Piedras Negras, Coahuila, el Instituto Nacional Electoral llamó a dirimir todas las diferencias por la vía pacífica.

“La institución demanda el esclarecimiento de todos los crímenes y reitera que es obligación de las autoridades municipales, estatales y federales, ofrecer las condiciones adecuadas de seguridad, que garanticen la paz pública y la integridad física de todas y todos los contendientes”, se pronunció el INE en un comunicado.

La preocupación llegó incluso a organismos y personajes internacionales. Kofi Annan, exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), celebró que en México haya una fiesta democrática por la intención de los ciudadanos de participar, pero advirtió sobre los riesgos de seguridad que enfrenta el país.

+300
agresiones directas e indirectas se han registrado contra personas relacionadas con las elecciones

“Aquí en México, por ejemplo, tienen que lidiar con altos niveles de violencia y crimen organizado que afectan la vida de cada ciudadano, independientemente de si hay elecciones o no en el horizonte (…) las elecciones democráticas son la mejor respuesta a la violencia”, declaró Annan en una visita al INE en mayo pasado.

La Delegación de la Unión Europea en México, así como las embajadas de Noruega y Suiza, se pronunciaron la semana pasada con preocupación por el aumento de la violencia e intimidación política en México.

“Reiteramos nuestro llamamiento a las autoridades mexicanas para que desplieguen todos los esfuerzos posibles y lleven a cabo investigaciones transparentes e integrales con el fin de identificar y juzgar a los responsables para que no haya impunidad. Estas muertes se suman al preocupante grado de violencia que existe en México”, declararon en un pronunciamiento.

Otra de las vertientes de la violencia es la perpetrada contra las mujeres específicamente, por lo que la semana pasada instituciones de todo el país y ciudadanos se pronunciaron en contra de la violencia política.

Lo que está en juego

Las más llamativas son las candidaturas de Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade Kuribreña y Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, pero en realidad son miles de cargos los que están en disputa en esta elección.

Se ha dicho que serán 3 mil 416 cargos de elección popular los que están en disputa, aunque en realidad son 18 mil 311 los servidores públicos nuevos.

Se trata de un presidente de la República y la renovación total del Congreso de la Unión, con 128 senadores y 500 diputados federales.

A nivel local habrá elecciones en 30 de los 32 estados del país. En 9 de ellos se renovarán gubernaturas, mientras que en 27 de ellos habrá nuevos congresos locales, en los que se elegirá a 972 diputados locales; 25 entidades elegirán a sus nuevos ayuntamientos, donde se votará por mil 597 presidentes municipales, 16 alcaldes en la Ciudad de México, mil 237 concejales, mil 665 síndicos, 12 mil 23 regidores, 19 regidores étnicos y 144 cargos en juntas municipales.

Así, los miles de candidatos que buscan ganar estos cargos de elección popular cerrarán campaña el 27 de junio próximo, para después iniciar un periodo de 3 días de veda y llegar al día de la decisión el domingo 1 de julio, en que 89 millones 393 mil 959 mexicanos acudirán a las urnas.

Guerra judicial

Durante todo el proceso electoral fueron comunes no solo las acusaciones entre candidatos, sino las denuncias públicas de la Procuraduría General de la República (PGR) contra Ricardo Anaya.

La PGR dio a conocer en febrero pasado que realizaba una investigación contra Manuel Barreiro, quien compró una bodega en Querétaro propiedad de Ricardo Anaya y su familia, lo que presuntamente podía conformar una red de lavado de dinero.

Las acusaciones de la PGR contra Ricardo Anaya también pasarán a la historia como una de las principales características de las elecciones de este 2018, pues la dependencia federal fue acusada por diversos sectores y actores políticos de ser usada políticamente

El asunto provocó una abierta guerra entre el aspirante y algunos sectores de su partido, el PAN, contra el Gobierno federal y el PRI.

Anaya atribuyó las acusaciones a una guerra sucia en su contra y acusó que más bien hay corrupción en el presidente Enrique Peña Nieto y su administración.

Diversos sectores y actores políticos señalaron que la acción fue un uso político de la PGR.

El asunto subió de tono cuando la PGR dio a conocer un video donde Ricardo Anaya se presentó junto a su abogado, Diego Fernández de Cevallos, en oficinas de la Procuraduría y se pronunciaron palabras altisonantes contra funcionarios de esa dependencia.

La difusión fue sancionada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que señaló que se utilizaron recursos públicos para dañar la imagen del candidato presidencial.

La investigación judicial sigue su curso y fue alimentada la semana pasada minutos antes del tercer y último debate presidencial, al revelarse un video anónimo donde se escucha a Juan Carlos Barreiro, hermano del amigo de Anaya, hablando sobre el método que usan para hacer operaciones ilícitas y cómo se verían beneficiados si Anaya gana.

Esto provocó que el panista Ernesto Cordero presentara una denuncia por lavado de dinero contra el candidato presidencial de su partido, lo que podría costarle su militancia, pues en los órganos de dirección del PAN ya se analiza su expulsión.

El candidato panista atribuyó las acusaciones a una guerra sucia en su contra y acusó que más bien hay corrupción en el presidente Enrique Peña Nieto y su administración

La guerra judicial ya tocó también a los candidatos José Antonio Meade, que ha sido denunciado por supuestamente encubrir a los responsables de la corrupción del caso Odebrecht; y Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido acusado por supuesto financiamiento ilícito de su campaña. Ambos fueron denunciados ante la PGR por el diputado panista Jorge López Martín.

La lucha por el segundo lugar

Desde antes de comenzar la campaña —e incluso la precampaña—, Andrés Manuel López Obrador, abanderado de Morena, siempre ha estado colocado como puntero en las encuestas.

Según los ejercicios, el morenista se ha movido gradualmente hacia arriba en las preferencias electorales, volviéndolo el candidato aparentemente imbatible.

En algunos, la ventaja supera los 20 puntos porcentuales entre él y el segundo lugar, el panista Ricardo Anaya.

Y es ahí donde se ha concentrado la mayor lucha. José Antonio Meade y Ricardo Anaya han peleado por ganar la segunda posición en las preferencias electorales.

Estar debajo del primer sitio da dos posibilidades. La primera sería tener posibilidades de llamar al voto útil contra López Obrador y concentrar a todos sus adversarios en esa candidatura; la segunda es obtener más lugares en el Congreso de la Unión.

Sin embargo, algunos analistas aseguran que aunque las encuestas sean contundentes, todavía no es segura una victoria de López Obrador, pues el día de la elección son varios movimientos los que pueden hacer sus adversarios.

Empresarios, los otros contendientes

Un sector que decidió tomar un papel más activo en la contienda electoral fue el empresarial.

A mitad de la campaña, el senador Javier Lozano, vocero del candidato José Antonio Meade; y Jorge Camacho, vocero de la entonces candidata independiente, Margarita Zavala, revelaron que había fuertes presiones de un grupo de empresarios para que esos candidatos declinaran a favor de Ricardo Anaya, segundo lugar en las encuestas.

La revelación provocó que Andrés Manuel López Obrador acusara, con nombre y apellido, a algunos empresarios miembros del Consejo Mexicano de Negocios de haberse reunido con el presidente Enrique Peña Nieto para pedirle intervenir en la elección y que José Antonio Meade se sumara a la candidatura de Anaya.

El propio López Obrador reveló que el propio Peña Nieto habría rechazado esa petición de los empresarios; el candidato los acusó de ser corruptos y traficantes de influencias.

Los empresarios reaccionaron, primero, indignados por las acusaciones que se les lanzaban. Después, defendieron su derecho a expresar su preferencia o rechazo por determinados candidatos. Más adelante, incluso, algunos de ellos enviaron cartas a los empleados de sus empresas o tuvieron juntas con ellos pidiendo no votar por López Obrador, pues solo así podría seguir la estabilidad y conservar su empleo.

En este periodo electoral Andrés Manuel López Obrador ha mantenido una relación tensa con los empresarios, a quienes acusó de ser corruptos y traficantes de influencias

Independientes, el fracaso

En el proceso electoral de este 2018 fue la primera vez que candidatos independientes pudieron participar en la elección a la Presidencia de la República.

A mitad de las campañas presidenciables, el sector empresarial se involucró en el proceso electoral, pues voceros del candidato José Antonio Meade y de Margarita Zavala revelaron que fueron presionados para declinar a favor de Ricardo Anaya, segundo lugar en las encuestas

Sin embargo, la decepción acompañó a quienes creyeron en estas candidaturas aún desde antes de concretarse, pues el Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer las múltiples trampas que cometieron algunos de quienes buscaban llegar a la boleta electoral.

En un principio solamente Margarita Zavala había conseguido el número de firmas necesario para participar en la contienda; sin embargo, un fallo de la Sala Superior del Tribunal Electoral le otorgó la candidatura a Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, a quien incluso se le investiga en el INE por el presunto uso de recursos públicos para su promoción.

Ambos renunciaron a recibir recursos públicos para su candidatura, por lo que sólo echaron mano de dinero propio y donaciones en efectivo o en especie que reciben de sus simpatizantes.

Sin embargo, unos días antes del segundo debate presidencial, a mediados de mayo, Margarita Zavala decidió renunciar a su candidatura. Y aunque no dijo si apoyaría a algún otro candidato, varios de sus colaboradores han anunciado que apoyarán a José Antonio Meade.

Por su parte, “El Bronco” continúa con su campaña presidencial pero con niveles muy bajos de preferencias electorales, por lo que su participación en la contienda será sólo testimonial.

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