La gran manipulación
La era de los bots está quedando atrás. Lo de hoy es hackear las redes con “humanos”. Darle realismo a un espiral de actos falsos. Subirse a la ola de lo inmediato para manipular la realidad.
La infiltración de lo que se comenta y se viraliza en redes proviene muchas veces de grupos de personas que, en su mayoría por diversión, impulsan temas que en pocos minutos se convierten en tendencias a nivel nacional. Sucedió en la elección de Estados Unidos y se replica ahora en las elecciones mexicanas.
Imelda García
La era de los bots está quedando atrás. Lo de hoy es hackear las redes con “humanos”. Darle realismo a un espiral de actos falsos. Subirse a la ola de lo inmediato para manipular la realidad.
La infiltración de lo que se comenta y se viraliza en redes proviene muchas veces de grupos de personas que, en su mayoría por diversión, impulsan temas que en pocos minutos se convierten en tendencias a nivel nacional. Sucedió en la elección de Estados Unidos y se replica ahora en las elecciones mexicanas.
Estos “teams” han encontrado su nicho de acción en Twitter, la red social que en 140 caracteres permite viralizar todo tipo de mensajes, desde bromas sin sentido hasta provocar una psicosis social –como ocurrió en enero pasado, con los saqueos.
Un grupo de personas, que normalmente se conocen solo a través de internet y que están en varias partes del país, se comunican mediante grupos de Whatsapp y se ponen de acuerdo para impulsar hashtags en ciertos momentos del día.
Ante la cantidad de mensajes, la etiqueta rápidamente se posiciona como trending topic y, de pronto, ya otras cientos o miles de personas están tuiteando sobre ese tema.
Así surgen hashtags provocadores, divertidos, que suelen encontrarse en internet en horas de tráfico intenso: #EstásPobrePorqueQuieres; #MamáMiRegaloSera; #EsLeyQueBorracho; y cientos más.
De esto ya se dieron cuenta los políticos mexicanos, que ahora quieren infiltrar esos grupos ciudadanos para impulsar a sus candidatos o para hacer la guerra sucia a sus adversarios.
Lo que busca la clase política es la legitimidad que darían los mensajes posicionados por “personas reales”, no por perfiles de Twitter recién creados o por robots informáticos.
“La gente ya sabe identificar un mensaje que viene de una red de un partido político. Por ejemplo, si hay un hashtag de apoyo al PRI, y al entrar al timeline de quienes están tuiteando sobre eso te das cuenta que son priistas o siempre están con el PRI, en automático lo descartas. Pierde legitimidad.
“En cambio, si al ver el historial de estas personas te das cuenta que son ‘reales’, que tuitean de otras cosas y unas veces critican y otras no, que comparten información o sus opiniones, en automático le das credibilidad, piensas que es auténtico, y entonces el hashtag tiene efecto, más gente ‘normal’ se va a sumar o va a pensar que es legítimo. Eso es lo que buscan ahorita los políticos; ese es el laboratorio del 2017 viendo al 2018”, explicó Rodrigo Díaz, experto en tecnología y redes sociales.
Pedro Montellano, de Inteligencia Politika, no da por muertos a los bots, y señala que la experiencia de los últimos años ha hecho que se borren las huellas de su presencia para darles un perfil más humano. Ponerles rostro y personalidad.
“Han borrado un poco más la línea que divide a humano y máquina”, explica.
Todo esto ocurre ante la falta de regulación para el uso de las redes sociales, sobre todo en cuanto a su uso en la propagación del miedo o para las campañas negras en las elecciones.
Es la guerra en la tierra de nadie.
Bots en vilo
El uso de los bots –perfiles falsos creados con programas informáticos- tuvo su boom en México en la pasada elección presidencial, en 2012.
Los candidatos utilizaron ejércitos de bots para posicionar temas de apoyo a su candidatura en Twitter y para simular popularidad con cientos de miles de seguidores artificiales.
Una vez que se descubrió la forma tan burda en que se operaba su emisión y la intención que tenían, los mensajes dejaron de ser efectivos entre el público al que iban dirigidos: usuarios de redes sociales, principalmente jóvenes.
Esto provocó que los bots quedaran descartados como estrategia de campaña, a riesgo de que si se utilizaban, surgieran críticas por querer engañar a los tuiteros con temas artificiales.
A este rechazo se suma la política de Twitter de eliminar cualquier conversación que sea impulsada por bots. Por ello, ahora los políticos buscan que sean redes verdaderas de tuiteros las que posicionen los temas que les interesan, tanto para ganar legitimidad como para garantizar que el tema tenga “más vida”.
“Ahora lo que ha sucedido es que los partidos están encontrando la manera de usar grupos de personas y utilizarlos como una especie de ‘bots humanos’. Como el comportamiento es humano, Twitter no los puede rastrear; están haciendo que se generen tendencias en contra de candidatos, en contra de sucesos, cada vez sucesos más grandes. Pero se está haciendo de forma viral, no hay manera de detenerlo”, expuso Rodrigo Díaz.
‘Robots’ humanos
Los grupos desde donde impulsan campañas sucias y tendencias contra políticos son conocidos como “teams” y son una especie de hermandad virtual. En ellos se concentran grupos de 10, 15 ó 50 personas y tienen un nombre: #ExiliadosTeam; #SpaceTeam; #ZombiesTeam; #DesobedientesTeam; #NovatosTeamVIP; y un largo etcétera. Cada uno de ellos tiene un líder y se manejan en una escala de mando totalmente vertical. Es ese líder quien decide qué hashtag se impulsará.
Todo esto ocurre oculto al público, en chats de mensajes privados donde fluye la comunicación entre los miembros de los equipos.
Ya desde hace algunos años, impulsan hashtags divertidos o entretenidos que muchas veces banalizan temas –como la etiqueta #OrgulloMexicano que se creó cuando Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos, y a través de él se viralizaron memes que hacían burla a lo mexicano-; o sirven como marco para la propagación de mensajes de odio, racismo, homofobia, misoginia y otras conductas antisociales –como los hashtags #QuemaYMataUnGato; #EsDeIndigenasPrietos; #EsDeGordos, por mencionar algunos.
Ahora, mediante esas estructuras, se impulsan temas a favor o en contra de candidatos o políticos y se hace con reglas simples: se busca usar un hashtag pegajoso, que se preste para hacer chistes o alburear y que sea unisex.
¿Cómo operan?
Algunos tuiteros con gran cantidad de seguidores, llamados “influencers”, se dieron cuenta del potencial de estas redes y ahora sacan provecho de ellas, vendiendo sus servicios para posicionar marcas o personas a cambio de un pago.
En el medio de las redes, es sabido que tuiteros con miles de seguidores, como @ChumelTorres (749 mil seguidores), cobran miles de pesos por emitir un solo tuit para alguna promoción.
Sin embargo, hay otro tipo de “influencers” que son utilizados para trabajos de guerra sucia. Por lo regular, se trata de perfiles similares a los de cuentas reales de gente famosa, lo que despista a sus seguidores.
Está, por ejemplo, una cuenta parecida a la de Brozo, el personaje del periodista y comediante Víctor Trujillo.
Su cuenta original, validada, es @brozoxmiswebs; la cuenta apócrifa, desde la que se intenta infiltrar a estos grupos, es @brozoxmizwebs. Una zeta hace la diferencia.
Está otra que intenta parecerse a la del periodista Joaquín López Dóriga.
Su cuenta original es @lopezdoriga; la cuenta desde donde se lanzan las campañas negras es @Lopes_Doriga. Otra zeta hace la diferencia.
Reporte Indigo tuvo acceso a la conversación privada de uno de estos “teams” en donde el usuario @brozoxmizwebs les propone impulsar un hashtag en contra de Josefina Vázquez Mota a cambio de mil pesos, que serían rifados o repartidos entre los 70 miembros de esa red específica.
“Quieren hacer mame de chepina, yo les aviso”, envíó al chat privado de un team. Y explica la dinámica del trabajo y del pago: “De este grupo si aparecen en trendinalia 1, 2 y tercer lugar con más rts daré una lana que será depositada en sus celulares (solo aplica para cuentas en México)”.
“500 pesos al primer lugar en trendinalia, 300 al segundo y 200 al tercero. O rifamos los 1000 varos y/o deciden ustedes a quién se le dará el dinero”, explica el perfil falso de “Brozo”.
Una vez que tiene ya el hashtag que se impulsará (#ChepinaLavaDinero), envía una imagen desde otra cuenta donde lo tuiteó (@Lopes_Doriga), para que quienes quieran participar lo identifiquen.
“Amigos, esto es una lana por echar desmadre”, les dice @brozoxmizwebs.
El “negocio” se hace con varios teams.
En Twitter comienza a aparecer entonces el hashtag #ChepinaLavaDinero, a través del que se impulsa una nota publicada por un diario nacional.
La “conversación” comienza a hacerse viral y ahora, además de los mensajes posteados o retuiteados por quienes pertenecen a los teams, se suman otros miles de personas que se enganchan en el tema. El tema se convirtió en trending topic a nivel nacional.
La guerra sucia más barata de la historia.
Después del triunfo de su “negocio”, el usuario que manejaba la cuenta @Lopes_Doriga, de donde salió el primer tuit con el hashtag en contra de la panista, elimina el perfil para que no quede huella del origen de la campaña.
1. Reclutan por chat a los ‘teams’ y les dicen la cantidad de dinero a ganar.
2. Explican la dinámica y pasan el hashtag a impulsar desde otra cuenta.
3. Informan que medirán los RT y si la estrategia funciona se rifa el dinero.
4. El usuario da RT desde la cuenta @Lopes_Doriga y pide a los ‘teams’ retuitearla.
5. Una vez que aparece el hashtag se impulsa el tema, unos lo comparten, otros dan opiniones y otros postean memes o videos.
Campañas de posicionamiento
Empresas como Inteligencia Politika no operan en el clandestinidad, sino que realizan campañas integrales para el posicionamiento de temas en las redes sociales y en medios de comunicación, Pedro Montellano asegura que a diferencia de lo que ellos hacen, las tendencias creadas por estos grupos en el anonimato no siempre alcanzan su objetivo.
“Si habláramos de un equipo de 10 personas, o 50, que realiza un esfuerzo por tuitear sobre cierto tema al mismo tiempo, aun así, no se generaría el suficiente volumen para convertirlo en un trending topic (según estudios, se necesitan entre 1,200-1900 tuits y 500-923 para lograrlo). Incluso si el objetivo del equipo se lograra y su conversación se volviera tendencia, la vida promedio de un TT es de 11 minutos. Difícilmente podría decirse que se logrará una influencia, si no está acompañado de una estrategia integral de comunicación”, advierte Montellano.
Inteligencia Politika es una firma especializada en WebInt y servicios digitales de influencia. El equipo de este empresa, comenta Montellano, ha logrado generar avatares (perfiles con toda una personalidad real) y con ellos incidir en comunidades específicas para lograr los objetivos de sus clientes.
“¿Cómo se ha logrado? Estas cuentas han sido creadas, nutridas y manejadas de manera orgánica, es decir, no se utilizan softwares especiales ni algoritmos que intenten burlas a Facebook o Twitter. Por el contrario, estos avatares actúan como una persona real, por lo que pasan desapercibidos de los administradores de los grupos y los filtros de seguridad de Facebook”, explica el especialista.
Montellano dijo que existe una variedad de empresas que se dedican a este tipo de actividades en materia de redes como Solar Storm, Oppscor,
Laboratorio 2017-2018
Las elecciones del año 2017 son ya el laboratorio donde se ensaya lo que será puesto en marcha en el proceso electoral del próximo año.
Será en el 2018, para la sucesión presidencial, donde los partidos echarán mano de todos los recursos a su alcance; y nuevamente el principal campo de batalla serán las redes sociales. Autoridades electorales y expertos alertan sobre lo que vendrá en las redes sociales el próximo año, cuando sucederá la elección federal para la sucesión presidencial y comicios locales en 30 entidades del país.
Benito Nacif, consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), advirtió que los riesgos son importantes y todos los usuarios de redes sociales y las instituciones deben estar pendientes de ellos.
“Un ciberataque, el espionaje, el robo de información, pueden utilizarse para incidir en las elecciones de forma subrepticia como probablemente sucedió en Estados Unidos. Los problemas que conocemos como robo de identidad, suplantación de identidad, pueden afectar los mecanismos de participación ciudadana a través de internet (…).
“La difusión de información falsa a través de las redes sociales, el fenómeno de la posverdad, que rápidamente generan tendencias en las redes sociales y, desde luego, eso puede hacer que esta tecnología que puede servirnos para promover una mejor ciudadanía, más informada, se utilice para destruir la credibilidad de los esquemas de participación ciudadana”, comentó Nacif en el foro “Democracia Digital”, realizado por el INE y la organización Internet.MX.
Sin embargo, Nacif sostuvo que se debe ser cuidadosos con la tentación de regular el uso de internet y se debe observar los mecanismos de autorregulación que tienen los propios ecosistemas digitales.
Las redes y el descontento social
Edmundo Jacobo, secretario ejecutivo del INE, expuso que si bien uno de los beneficios que ha tenido el uso de internet y las redes sociales es que se han creado movimientos ciudadanos que han permitido canalizar el descontento de la población, ahora hay riesgo de que se simplifique y se banalice la discusión pública.
“En este contexto, donde se diluyen los límites entre la información y el entretenimiento (…) la naturaleza de estas redes sociodigitales, la fugacidad de la atención que se presenta a los mensajes que se difunden en ellas, la reducida extensión de los textos que se leen por esa vía, han fomentado la banalización del contenido.
“Y aquí estamos frente a una muy mala noticia para la democracia. La democracia requiere ciudadanos interesados, participativos, pero también bien informados que tomen decisiones con base en información certera basada en hechos comprobables”, afirmó Jacobo.
Kremlin blanco
La imagen es demoledora. La Casa Blanca en plena metamorfosis. El inmueble que alberga la oficina del presidente más poderoso del mundo convirtiéndose en el Kremlin ruso.
Es la portada más reciente de la revista Time y es también un chiste de Stand Up. La adversidad entre norteamericanos y rusos que antes inspiró películas de acción y espionaje se convierte ahora en hermandad cibernética.
Es el ejemplo internacional de que las elecciones pueden ser definidas desde una computadora y no precisamente en las urnas.
El ejemplo también de que las campañas electorales pueden quedar supeditadas a la decisión de un plan cibernético.
Y es que a finales del año pasado la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) determinó que Rusia intervino -a través de hackers- en la elección para darle el triunfo a Donald Trump.
El asunto se ha convertido en el más polémico affaire político desde el famoso caso Watergate y ha ocupado, desde entonces a la fecha, las primeras planas de los principales diarios.
Es a decir de los analistas políticos, el asunto que Trump no puede sacudirse. La candidata demócrata, Hillary Clinton, en su reaparición en los primeros días de mayo, luego de la derrota electoral, señaló directamente a hackers rusos y al ex director del FBI, James Comey de sacarla del camino a la victoria.
Tan solo unas horas antes de que los colegios electorales abrieran las puertas para votación, el sitio wikileaks dio a conocer correos electrónicos de Clinton y de su equipo de campaña, principalmente de su jefe de campaña John Podesta.
Entre las filtraciones salió a la luz una gran cantidad de información confidencial de la cúpula del Partido Demócrata y de la propia Clinton, entre ellas estrategias de campaña, transcripciones completas de los discursos.
Esto se fortaleció cuando se supo que funcionarios del más alto nivel de la administración de Trump habían tenido contacto con sus símiles rusos durante la campaña.
Michael Flynn, asesor en materia de seguridad nacional, tuvo que renunciar al comprobarse -aunque primero lo negó- sus reuniones con funcionarios de la embajada rusa para hablar sobre las sanciones del gobierno norteamericano a ese país.
El asunto no quedó ahí, cuando el director del FBI, James Comey, se acercaba cada vez más a los vínculos entre Flynn y los rusos recibió la recomendación presidencial de dejarlo en paz, sin embargo los medios estadounidenses reportan que no escuchó la sugerencia y siguió la indagatoria. El final fue literalmente de película: el despido del titular del FBI.
Hoy el asunto puede llevar a Trump al impeachment, que no es más que el método norteamericano para hacer renunciar a su presidente. Vamos, la destitución.
Y ahora es el fantasma del hackeo el que recorre toda la Casa Blanca, porque eso y otras relaciones pueden ser lo que empujó a Trump a llegar a la oficina oval.
Ojo a Francia
María Elena Meneses, catedrática del Tec de Monterrey y experta en el estudio de las redes sociales, sostuvo que hay que poner el ojo en lo que hizo Francia en su reciente elección presidencial para contener el avance de las noticias falsas.
“Yo para 2018 no soy muy optimista (…) porque lo que he observado es que las campañas en México tienen influencia de lo que pasa en otros países; para mí, el 2018 va a ser el año del arribo de las noticias falsas.
“¿Qué se hizo en el caso de Francia? Una colaboración multisectorial en la que participaron grandes empresas de la economía digital, como Google o Facebook, pero también medios de comunicación y ciudadanos”, explicó Meneses.
La opinión generalizada de autoridades y expertos es que es un despropósito regular las redes sociales y su uso, pues es más importante la fuente de libertad ciudadana que representa.