Reforma fiscal, un reto político
Las reformas estructurales, entre ellas la reforma fiscal, son un reto político y no técnico.
Esa es la conclusión del ex Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, después de un encuentro con los senadores electos del PRI en su primera reunión plenaria.
El objetivo del evento que continua hoy, es analizar la situación económica del país desde la perspectiva del ex Secretario de Hacienda. Y es que la bancada del PRI de la Cámara alta busca proponer una reforma hacendaria como parte de su agenda legislativa.
Armando Estrop
Las reformas estructurales, entre ellas la reforma fiscal, son un reto político y no técnico.
Esa es la conclusión del ex Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, después de un encuentro con los senadores electos del PRI en su primera reunión plenaria.
El objetivo del evento que continua hoy, es analizar la situación económica del país desde la perspectiva del ex Secretario de Hacienda. Y es que la bancada del PRI de la Cámara alta busca proponer una reforma hacendaria como parte de su agenda legislativa.
Para el gobernador del Banco de México, lo que se requiere es que estas reformas puedan lograrse con acuerdos políticos que le den planeación a fin de que en forma paulatina vayan siendo aprobadas.
“Lo importante es que se establezca una secuencia adecuada de dichas reformas, eso le corresponde al nuevo gobierno hacerlo, de tal manera que se maximice la posibilidad de que transiten en lo político.
“Y que a su vez tengan la contribución que deben de tener en términos de crecimiento. Sí hay reformas que se pueden hacer, ya se han identificado y creo que el reto es más político que técnico”, detalla con esa calma que le caracteriza.
Y es que siempre es a la hora de la negociación en las cámaras donde las reformas se atoran porque no existe consenso entre los partidos por la ideología y alcances que pueden tener en el país.
En 2008, Agustín Carstens participó como secretario de Hacienda en la negociación de la reforma fiscal. En esa ocasión se crearon el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE).
Experimentado en lo difícil que es una negociación de este calado, asegura que es sólo con habilidad como se puede procesar una nueva reforma de este tipo, y ya es responsabilidad del nuevo gobierno.
En esa ocasión no fue una negociación tersa. El PRD se opuso a muchas de las propuestas de ese proyecto.
Su participación fue como Gobernador del Banco de México y por eso rechaza que haya intercambiado con los senadores temas como el IVA y otras disposiciones específicas de materia fiscal.
Pero sí les hizo la sugerencia de que tomen en cuenta para su proyecto de reforma hacendaria el fortalecimiento del sector microeconómico.
“La sugerencia que hice es que contribuyamos invirtiendo en la fortaleza de la economía a nivel microeconómico, y que además es el momento de impulsar las reformas estructurales”, confía en conferencia de prensa.
Emilio Gamboa, coordinador de los senadores priistas, parece estar en sintonía con lo que pide Carstens. Pero no siempre la voluntad de los coordinadores parlamentarios saca adelante los acuerdos políticos.
Deja ver que la postura del grupo parlamentario será la de estar abiertos a negociar pero también a ser escuchados por que son la bancada con mayor número de integrantes.
“Comprendemos la responsabilidad de ser el grupo mayor en el Senado, convencidos que para construir mayorías y lograr acuerdos habrá que dialogar con las demás fuerzas políticas, teniendo capacidad de negociación, convencimiento y solidez en los argumentos que presentemos”, advierte.
Dice que evitarán el enfrentamiento con los otros legisladores.
“Los senadores priistas estamos comprometidos para ser sujetos activos en los procesos de negociación desde los ámbitos sectoriales especializados.
“Estableceremos principios de colaboración ordenada entre los poderes, forjaremos una nueva cultura que erradique la confrontación estéril”, señala.
Serán avezados, detalla Gamboa, para poder convencer a los otros partidos de sus argumentos.