La Casa Refugio Citlaltépetl alberga los libros rescatados del sismo del 19S

Refugio Citlaltépetl alberga a los libros tras el sismo

La Casa Refugio Citlaltépetl alberga los libros rescatados del edificio colapsado en Ámsterdan 107, en la colonia Hipódromo, por el 19S. Los ejemplares fueron restaurados y conservan detalles originales como dedicatorias, firmas y separadores en honor a la memoria de sus dueños

En la Casa Refugio Citlaltépetl la reconstrucción tras el sismo del 19 de septiembre es a partir de la lectura. De entre los escombros por el colapso del edificio ubicado en la avenida Ámsterdam 107 de la colonia Hipódromo, florecieron libros.

“En cuanto terminaron las labores de rescate de personas fallecidas y de heridos había libros queriendo salir como flores. Seguramente se podían haber visto desde antes, pero la mirada estaba puesta sobre las vidas”, relata la coordinadora interinstitucional de la Secretaría de Cultura capitalina, María Cortina.

Por la cercanía y la emergencia, los ejemplares fueron llevados a la Oficina de Representación del Gobierno del Estado de Durango en la Ciudad de México, en Ámsterdam 108. Luego, con la coordinación de la bibliotecóloga Marisa Risco Bocanegra, los títulos fueron trasladados por brigadistas a la Casa Refugio Citlaltépetl

“Se vinieron todos con libros en sus manos que fueron reparados por jóvenes voluntarios. Nos pusimos en contacto con sus dueños y les dijimos que iban a arreglarlos para que después vinieran por ellos. Si acaso se llevaron alguno por razones personales y los demás los dejaron como un donativo a la memoria. Así nació la idea de fundar la biblioteca Memorial 19S”, afirma.

Tras el rescate y la donación, la siguiente etapa fue la restauración en la que participaron profesionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes trataron de conservarlos. Por ello, pueden leerse algunas dedicatorias o firmas y encontrarse separadores entre las hojas.

“Lo primero que se hizo fue sellar una habitación porque los libros tenían muchos hongos. Para una primera clasificación, los chicos venían muy protegidos con guantes y con tapabocas para hacer la selección de los que sí se podían reparar”, explica.

Para Cortina, los especialistas curaron libros que después van a sanar otros dolores al leerlos. La última etapa consistió en catalogar y clasificar el acervo.

Ya están todos clasificados, fue un proceso largo. Ya estamos por abrir el sistema de podérselos llevar. Yo llamo no solo a que vengan a ver la biblioteca, sino a que lean. La lectura nos sana, ya están los libros sanados pero ahora vamos a sanarnos nosotros
María CortinaCoordinadora Interinstitucional de la Secretaría de Cultura capitalina

La escritora de Ámsterdam 107

“¡Sírveme un whisky y sálvate tú!”, le dijo la escritora Lorna Martínez Skossowska a la señora Constanza, quien la cuidaba y le ayudaba en la limpieza de su departamento en Ámsterdam 107.

La literata bebía este trago antes de comer y usaba una andadera para desplazarse. Dudó que pudiera bajar del segundo piso durante el sismo que ocurrió a las 13:14 horas el 19 de septiembre de 2017, el mismo día en que México conmemoraba 32 años del temblor de 1985.

En segundos, el edificio que hacía esquina con la calle Laredo colapsó. El cuerpo de la mujer de 86 años fue el último en ser rescatado. Tras su hallazgo, a las 21:00 horas del jueves 21 de septiembre, terminaron las labores de rescate en el complejo habitacional que medía 15 metros de altura.

Su hija Mónica Horvilleur recordó esta anécdota en la inauguración de la Biblioteca Memorial 19S en la Casa Refugio Citlaltépetl. El recinto de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México cuenta con la Sala de Lectura Lorna Martínez Skossowska en su honor.

“El archivo de ella es quizá el más numeroso de todos porque era la escritora, a sus más de 80 años seguía escribiendo. Incluso, aquí después hicimos la presentación póstuma de uno de sus libros”, platica María Cortina.

Además de ‘Hojas sueltas de mi álbum’, última obra de Martínez Skossowska, el acervo de más de 3 mil títulos está integrado por donaciones de Santiago Mohar Volkow, tataranieto de León Trotsky; el economista Néstor Fernández Verti, quien perdió a su tía en el derrumbe; y el fotógrafo Wesley Bocxe, cuya esposa, Elizabeth Esguerra, también falleció.

Casa Refugio Citlaltépetl, memorial del 19S

Fueron 70 personas las que albergó la Casa Refugio Citlaltépetl durante cuatro noches, tras el movimiento telúrico de 7.2 grados. En los cinco días posteriores al siniestro, el salón principal fue habilitado con colchonetas, mientras que el patio era un centro de acopio.

“Vinieron doctores voluntarios, nos llegó de todo y todo se organizó en paquetes que así como entraban, salían. A pesar de los dolores que esta casa refugia, es luminosa, fue un refugio también para los rescatistas”, cuenta María Cortina.

En 1998 la capital del país se unió a la Red Internacional de Ciudades Refugio (ICORN, por sus siglas en inglés) mediante el convenio “México, Distrito Federal: Ciudad Refugio”.

Con el apoyo del Parlamento Internacional de Escritores, un año después fue inaugurada la Casa Refugio Citlaltépetl, que actualmente defiende temas como derechos humanos, migraciones y libertad de expresión.

“En el nombre lleva su condena la Casa Refugio. Se convirtió en eso el 19 de septiembre de una forma espontánea, no es que haya habido un llamado de parte de la Secretaría de Cultura, de pronto vimos el estallido de solidaridad y estaba llena”, recuerda María.

Casi un año después, el 30 de septiembre de 2018, este centro cultural abrió la Biblioteca Memorial 19S. En Citlaltépel 25 la ciudadanía logró construir ese proyecto que el Gobierno de la Ciudad de México suspendió hasta llegar a un consenso.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) propuso edificar un memorial en Álvaro Obregón 286, pero la expropiación del predio podía absolver a los dueños de sus responsabilidades tras el derrumbe, por lo que los damnificados se opusieron.

“Es un homenaje a los que perdieron la vida y a los que participaron con esa solidaridad espontánea. Es para que la gente venga y no espere un nuevo terremoto para unirse, para levantar libros. Hay muchas y muchos jóvenes que están entendiendo esto”, expresa.

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