Denuncian venezolanos extorsión en Migración

Las prácticas de violación a los derechos humanos ocurren en la mayoría de las oficinas del Instituto Nacional de Migración en los aeropuertos del país.

Las víctimas, en su mayoría venezolanos, sufren una serie de abusos al querer refugiarse en México por la crisis económica, política, social y de seguridad que hay en su país.

El epicentro de estas prácticas es el Aeropuerto Internacional de Cancún, la terminal aérea con mayor ingreso de turistas internacionales.

“Nos dijo (el agente de migración) que ni siquiera se nos ocurriera hablar entre nosotros y que si sacábamos un celular nos remitirían acusándonos de tráfico o cualquier otro delito”
Ciudadano venezolanoRetenido por Migración en el AICM

Las prácticas de violación a los derechos humanos ocurren en la mayoría de las oficinas del Instituto Nacional de Migración en los aeropuertos del país.

Las víctimas, en su mayoría venezolanos, sufren una serie de abusos al querer refugiarse en México por la crisis económica, política, social y de seguridad que hay en su país.

El epicentro de estas prácticas es el Aeropuerto Internacional de Cancún, la terminal aérea con mayor ingreso de turistas internacionales.

En este lugar, denuncian los venezolanos que han llegado a México, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) les exige pagos de mil a 3 mil dólares por venezolano que busca entrar y, de no pagarse, los agentes migratorios amenazan con regresarlos o dejarlos recluidos en la terminal aérea.

Los parámetros son los mismos, ser venezolano, sin importar situación migratoria, motivo de visita a México o incluso si ya se cuenta con la estancia permanente en el país.

Janeth lleva aproximadamente 8 años como residente en Cancún, hace pocos días fue a visitar a sus familiares en Venezuela y a pesar de que contaba con la documentación en regla, los agentes de manera agresiva la amenazaron con regresarla a su país sino les daba dinero.

“Con el problema que hay en nuestro país creen que venimos a pedir asilo”, relató la venezolana.

El operativo se repite y está bien planeado. Para evitar ser captados por las cámaras de seguridad, los agentes de migración le piden a su víctima que se dirija al baño y ya ahí coloque el dinero pedido adentro de su pasaporte.

David Belem es otro sudamericano que denunció haber sido extorsionado por los agentes al querer ingresar a México por Cancún.

“Quiero denunciar públicamente la corrupción en el aeropuerto de Cancún, donde cobran US$1000 por persona de nacionalidad venezolana. Los llevan a una sala de espera con mucho frío, los interrogan y amedrentan y de paso les quieren pedir dinero. Muchos vienen de turismo y otros a visitar a sus familiares y les hacen esto. Les niegan entrada por cualquier tontería. No es justo”, denunció David en redes sociales.

También en Ciudad de México

En la capital del país la historia se repite, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México las víctimas de estos extorsionadores son ciudadanos venezolanos y colombianos.

Durante la primer semana de febrero llegaron al país cuatro personas de origen venezolano, estuvieron retenidas por más de seis horas sin haber cometido ningún delito. El agente de migración los retuvo en un cuarto, los extorsionó y amenazó.

Llave de entrada

La SRE señala que todos los venezolanos que busquen ingresar a México deberán contar con los siguientes documentos:

> Pasaporte vigente, boleto de viaje redondo, reservación de hotel; si va a llegar con un familiar o amigo tener el nombre completo, dirección y teléfono, así como la solvencia económica del solicitante para cubrir la estancia.

Hambre y tortura psicológica

Dafni Rolas, una joven contadora venezolana salió junto con su esposo y sus dos hijos de Bogotá rumbo a Cancún y después de un largo interrogatorio de más de 4 horas se les negó el acceso al país, ya que según los agentes no cumplían con el perfil de turistas.

“Nos interrogaron de uno en uno, nosotros totalmente impactados porque la actitud de la señora de migración era como si fuéramos vulgares delincuentes”, narró la joven venezolana.

Después de negárseles el acceso los llevaron a una sala para pasar la noche y tomar al día siguiente el primer avión de regreso a Bogotá.

La madre preocupada por su hijo pidió agua para poderle preparar el biberón, los agentes se la prometieron, cerraron la puerta con llave y pusieron a custodios a vigilarlos.

Dafni y su marido, desesperados, encerrados y sin alimentos escucharon llorar a su pequeño hijo por más de cuatro horas.

Afuera de la sala, uno de los custodios torturaba al pequeño de tres años enseñándole burlonamente una botella de agua.

“Total que finalmente nos llevaron agua y comida hasta la 1:30 am. Después de nosotros entraron dos personas más e inmediatamente nos dimos cuenta de que eran venezolanos. En la sala se encontraban seis personas durmiendo. Esa noche fuimos 12 venezolanos presos sin ninguna explicación, sólo que no cumplíamos con el perfil de turistas.

También contra estudiantes

Dafni Rolas, una joven contadora venezolana salió junto con su esposo y sus dos hijos de Bogotá rumbo a Cancún y después de un largo interrogatorio de más de 4 horas se les negó el acceso al país, ya que según los agentes no cumplían con el perfil de turistas.

“Nos interrogaron de uno en uno, nosotros totalmente impactados porque la actitud de la señora de migración era como si fuéramos vulgares delincuentes”, narró la joven venezolana.

Después de negárseles el acceso los llevaron a una sala para pasar la noche y tomar al día siguiente el primer avión de regreso a Bogotá.

La madre preocupada por su hijo pidió agua para poderle preparar el biberón, los agentes se la prometieron, cerraron la puerta con llave y pusieron a custodios a vigilarlos.

Dafni y su marido, desesperados, encerrados y sin alimentos escucharon llorar a su pequeño hijo por más de cuatro horas.

Afuera de la sala, uno de los custodios torturaba al pequeño de tres años enseñándole burlonamente una botella de agua.

“Total que finalmente nos llevaron agua y comida hasta la 1:30 am. Después de nosotros entraron dos personas más e inmediatamente nos dimos cuenta de que eran venezolanos. En la sala se encontraban seis personas durmiendo. Esa noche fuimos 12 venezolanos presos sin ninguna explicación, sólo que no cumplíamos con el perfil de turistas.

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