Reglas de combate

Tardó siete años de lucha contra el crimen organizado, 60 mil muertos y 20 mil desaparecidos para que la participación de las Fuerzas Armadas en el espacio civil fuera debidamente acotada.

El pasado 24 de abril, –tras las histórica revocación del fuero militar por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)– el Senado aprobó una resolución que establece que los militares que cometan violaciones a los derechos humanos serán juzgados en el fuero común.

Rodrigo Villegas Rodrigo Villegas Publicado el
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Tardó siete años de lucha contra el crimen organizado, 60 mil muertos y 20 mil desaparecidos para que la participación de las Fuerzas Armadas en el espacio civil fuera debidamente acotada.

El pasado 24 de abril, –tras las histórica revocación del fuero militar por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)– el Senado aprobó una resolución que establece que los militares que cometan violaciones a los derechos humanos serán juzgados en el fuero común.

Ahora, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaria de Marina han expedido un documento técnico para establecer reglas de procedimiento durante sus operaciones en el ámbito civil.

Es el Manual del Uso de la Fuerza y fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el primero de junio.

Ahí se establecen los lineamientos operacionales para que las Fuerzas Armadas tengan la obligación de privilegiar la disuasión y persuasión antes del uso de la fuerza letal. 

A la guerra sin fusil

El despliegue militar al que convocó Felipe Calderón en su llamada “Guerra contra en narcotráfico”, resultó por demás equivocada.

Luego de pasar años en los cuarteles, al entonces comandante en jefe se le hizo fácil desplegar a 45 mil militares inicialmente sin una capacitación, marco legal u operativo previo.

La participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, sin un conjunto de protocolos tácticos y estratégicos que delinearan el ejercicio operativo del Ejercito, fue fundamental de inicio a fin.

La incursión militar para restablecer el orden, garantizar la seguridad interior y la preservación del Estado Mexicano podría haber sido una medida que en efecto era necesaria.

Sin embargo, el despliegue masivo de las tropas sin una serie protocolos diseñados estratégicamente para esa misión, culminó en espasmos de malestar social.

Miles de quejas de violaciones a los derechos humanos fueron registradas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Además, al menos 60 mil elementos militares perdieron la vida en enfrentamientos, durante patrullajes, detenciones y reconocimientos.

Muchos accidentes y vidas pudieron ser salvadas de haber contado desde un inicio con un manual.

La piedra en el zapato

Un funcionario estadounidense que fungió como agregado militar en México, dijo a Reporte Indigo que en los intercambios de capacitación y asesoría del Pentágono con las Fuerzas Armadas de México, el tema de las “Reglas de procedimiento” (ROE por sus siglas en inglés) fue una piedra en el zapato.

“No entendían que no solo se trataba de la vida de los civiles y derechos humanos, si no de hacer las operaciones militares más seguras para los propios elementos”, aseguró.

Sobre escrito no hay engaño

El Manual del Uso de la Fuerza es el marco legal para los integrantes de las Fuerzas Armadas que establece sin margen de error que los elementos militares deben promover, respetar, proteger y garantizar siempre los derechos humanos.

De acuerdo a las 12 páginas del documento expedido por la Sedena y la Marina, cuando los militares se encuentren en cumplimiento de sus funciones o en un operativo, deberán videograbar o tomar fotografías de cada movimiento.

Esto servirá para aportar medios de prueba fehacientes sobre la actuación de su personal durante las operaciones.

El uso de la fuerza

La utilización de los niveles de fuerza se encuentra también regulada y acotada.

Solo podrán proceder de esa manera cuando sea inevitable o indispensable para el cumplimiento de la misión que tenga asignada y siempre en apoyo a las autoridades civiles.

El nivel de fuerza que podrán aplicar los militares dependerá de la situación en que se encuentren, pero siempre deberá ser proporcional.

Lo prohibido

El manual señala que las acciones que constituyen el uso indebido de la fuerza por parte de militares:

> Disparar para controlar a personas que solamente se encuentran causando daños a objetos materiales.

> Disparar  a través de ventanas, puertas, paredes y otros obstáculos, hacia un objetivo que no esté plenamente identificado.

> Disparar cuando hay un riesgo inminente para terceros (fuego cruzado).

> Disparar para neutralizar a personas cuyas acciones únicamente puedan producir lesiones o daños a sí mismas.

Manual

El manual establece cuatro niveles de fuerza:

> Nivel uno 
Disuasión 
Se basa en la sola presencia de los Militares o Marinos.

> Nivel dos
Persuasión
Se trata de un procedimiento de diálogo o contacto no físico. 

> Nivel tres
Fuerza no letal
Consiste en métodos no letales que se emplearían para controlar a una persona o personas en los casos de resistencia no agresiva y agresiva.

> Nivel cuatro
Fuerza letal 
Es la utilización de armas de fuego o otros medios letales para proteger la vida propia de terceros o se vaya a cometer un delito particularmente grave.

 

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