Regresa la paz entre Iglesia y DF
Después de la guerra verbal que llegó hasta los tribunales entre el pasado jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, y las autoridades de la Iglesia Católica por temas como el aborto, las bodas gay y la adopción de menores por parejas del mismo sexo, la paz parece regresar entre ambos vecinos del Centro Histórico.
Icela Lagunas
Después de la guerra verbal que llegó hasta los tribunales entre el pasado jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, y las autoridades de la Iglesia Católica por temas como el aborto, las bodas gay y la adopción de menores por parejas del mismo sexo, la paz parece regresar entre ambos vecinos del Centro Histórico.
Tras el repudio de la Iglesia Católica al PRD y a sus dirigentes, hoy los jerarcas del catolicismo en la capital construyen una nueva y al parecer sana relación con el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y con algunos secretarios de su gabinete, a quienes les prestaron los atrios de las parroquias en las delegaciones para ahí realizar el programa “Por tu familia, desarme voluntario”, que canjea armas por computadoras.
Y es que, tras los cambios de gobierno -a nivel federal la salida de Felipe Calderón y la de Marcelo Ebrard en el Distrito Federal, la situación reporta calma desde el discurso dominical que sale de la catedral metropolitana hacia su vecino de enfrente, el Gobierno del Distrito Federal.
Los dos principales autores de que esto ocurra son el cardenal Norberto Rivera Carrera y el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, quienes se conocían desde antes que el segundo fuera el candidato de las izquierdas para gobernar la ciudad.
Y en una tercera vía, la secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez, quien ha servido de puente para algunas reuniones entre ambas autoridades.
Y es que la actitud de servicio que al parecer han mostrado desde el GDF ha relajado la animadversión de las autoridades eclesiásticas, quienes se encontraban peleadas a muerte con el gobierno del DF por diversas acciones de “vanguardia” que hoy son ley.
¿Cómo olvidar que en la cresta del pleito entre la Iglesia Católica y el GDF, Marcelo Ebrard presentó una denuncia por daño moral contra el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, y el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar por difamación?
Ambos acusaron al GDF de haber sobornado a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para aprobar la constitucionalidad de las reformas que permitían las bodas del mismo sexo y las adopciones de menores a estas parejas.
La embestida desde Guadalajara se dio en los siguientes términos: que los ministros de la SCJN fueron “maiceados” por Ebrard para avalar las adopciones por parte de gays.
Ebrard no aguantó más y apeló al principio histórico de no interferencia de la iglesia en actos civiles, al mismo tiempo que recordó que “En México se vive un Estado laico… hace más de 140 años se impuso la separación definitiva entre asuntos religiosos y civiles.
“Él me imputa un delito muy grave y lo tendrá que probar, y si no demuestra sustento en sus dichos, deberá presentar una disculpa pública y retractarse”, aseveró el entonces jefe de gobierno, que además sentenció en aquella ocasión: “No nos vamos a dejar, no nos van a doblegar ni a subordinar, porque los matrimonios entre personas del mismo sexo ya es ley”.
La respuesta de la iglesia ante la demanda de Ebrard no se hizo esperar.
El vocero de la Arquidiócesis, Hugo Valdemar, aseguró en aquel entonces que el PRD es enemigo de la familia, “incluso por encima del narco”.
Acusó a Ebrard y a su gobierno de crear leyes destructives de la familia, que hacen un daño peor que el narcotráfico.
“Él, Marcelo Ebrard y su partido, el PRD, se han empeñado en destruirnos”, afirmó el sacerdote.
Hoy ambos actores en conflicto parece que optaron por dar vuelta a la vergonzosa plana de ataques mutuos.
Desde el pasado 12 de diciembre, en el marco de las celebraciones a la virgen de Guadalupe en la Basílica, a escasos días de que Mancera asumiera como jefe de gobierno, se puso en marcha un operativo de apoyo a los miles de peregrinos que visitan el templo mariano.
El operativo se aplica año con año, pero en esta ocasión los peregrinos fueron recibidos en los puntos carreteros de acceso, custodiadas las rutas con Policía Preventiva y apoyados con agua y alimentos.
El semblante de la iglesia se suavizó
En este nuevo capítulo, los atrios de las parroquias son la sede para el canje de armas que emprendió el ex procurador de la mano de Rosa Icela Rodríguez en Desarrollo Social. A la fecha los capitalinos han entregado 2 mil 460 armas a lo largo de 19 jornadas.
En 2008, cuando ese mismo programa se puso en marcha, se canjearon 858 armas en todo ese año. El programa de hoy, con el apoyo de las Iglesia, ha superado esas cifras.