Colectivos conformados por familiares de desaparecidos buscan que su exigencia se escuche en el interior de Palacio Nacional.
Madres, hermanas y esposas han aguantado el sol, la lluvia y el granizo por nueve días para ser recibidas por las autoridades.
Con tarjetas y lonas de búsqueda, con los rostros de Enrique Pedrizco Pacheco, José David García, Ramona Ramos y otros jóvenes de quienes no se conoce su paradero, el plantón de sus familiares piden de manera inmediata la renuncia de la actual titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Mara Gómez, pues denuncian que interfiere con los procesos de búsqueda y con la atención jurídica, médica y psicológica de las víctimas.
Karla Guerrero, originaria de Xalapa, Veracruz, y quien busca a su esposo desde marzo de 2014, asegura que la Comisión se deterioró a partir de que Mara Gómez asumió la presidencia, pues ignora sus demandas como afectados por la violencia que aqueja al país.
Personas que representan a más de 60 colectivos dedicados a la búsqueda y la justicia para desaparecidos, solicitan con urgencia una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.
Con el megáfono en su mano derecha y la foto de su esposo colgada al pecho “para sentirlo cerca”, Karla explica en entrevista que pese a la emergencia sanitaria que se vive en el país por el COVID-19, las familias consideran que deben ser escuchadas porque están cansadas de sufrir el abandono institucional.
“Mara, escucha, queremos tu renuncia”, es el grito de lucha que emiten los manifestantes. Ellos piden que la CEAV agilice su servicio de asesoría jurídica y que se garantice un mínimo de dos asesores por colectivo.
También piden que en la realización de las evaluaciones a cargo de los centros de Atención Integral (CAI) a nivel nacional se tome en cuenta la participación de las víctimas atendidas y que, de existir una mala evaluación, en uno de estos centros se garantice el cumplimiento de sus derechos mediante la CEAV en lo que se reestablece la atención del CAI.
Las familias buscan que se haga una conferencia de prensa semanal con el reporte de atención con relación a la crisis de víctimas de violencia, abarcando las medidas de no repetición, garantía de verdad y justicia, atención y reparación de los daños.
La crisis de desaparecidos es un compromiso pendiente de resolver por el Estado.
Durante su participación en la mesa de análisis México ante la crisis de personas desaparecidas, organizada por Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos AC (CADHAC), Alejandro Encinas informó que en el país hay más de 60 mil personas desaparecidas registradas a la fecha.
Además explicó que en los estados de Veracruz, Sonora, Colima, Guerrero y Sinaloa se concentra más del 50 por ciento de las fosas clandestinas halladas en lo que va de la administración.
“Los buscamos porque los amamos”, familiares de desaparecidos
Con una playera y un botón con la foto de su hija camina Victoria Delgadillo en el plantón de las familias. Aferrada a las imágenes de Yunery Citlali, expresa lo lamentable que es el poco interés que las autoridades tienen para resolver la problemática de los desaparecidos.
“A mi niña la vi por última vez el 28 de noviembre de 2011, desapareció al ir a un trabajo como edecán junto con otras 13 chicas en Xalapa cuando solo tenía 25 años. Han pasado casi nueve años y seguimos sin nada, ni una pista que me lleve hacia ella”, relata.
Victoria agrega que enfrentar una pandemia no es nada comparado al dolor que es tener un hijo desaparecido.
Consciente de que muchas veces son los familiares quienes buscan, rascan y mueven la tierra para dar con los desaparecidos, la madre de Yunery hace un llamado a las autoridades a que las volteen a ver, que no las olviden porque son ellas quienes han estado esperando el actuar eficiente del gobierno para saber dónde están sus hijos ya sea vivos o muertos.
Cientos de puertas tocadas y más de una decena de mesas de trabajo ha intentado Yadira González para dar con el paradero de su hermano desaparecido en Querétaro desde el 16 de junio de 2006, sin embargo, ha sido al lado de las familias con las únicas que ha podido tener avances en su lucha.
“Solo otras familias que han pasado por lo mismo entienden el dolor. Hoy estamos aquí por las víctimas colaterales, mi hermano dejó hijos, a nuestros padres, dejó a una familia y es por ellos que exponer nuestra vida ante la pandemia vale la pena, para poder llevarles la verdad y decirles un día que ya sabemos dónde está”, afirma Yadira.
Saber la verdad y limpiar la imagen de su hermano a quien tacharon de delincuente es lo que motiva a Yadira a seguir en el plantón y en todas las acciones de búsqueda y de justicia sin importar la pandemia por el COVID-19, asegura que en las expediciones de campo aprendió que si a los familiares les estorba una rama la quitan, una piedra para excavar la mueven, todo con tal de encontrarlos.