La venta de autos usados entre el 2006 y el 2008 fue superior a la de la venta de automóviles nuevos, lo cual provocó que en las calles del país se vieran circular vehículos viejos que no cumplían con las normas ambientales de sus países de origen.
La principal razón para que una persona prefiera comprar un auto usado de importación es el precio; regularmente estos autos buscan compradores de otros países, ya que las reglas de sus naciones de origen les prohíben circular y por lo tanto se convierten en chatarra.
En vista de este fenómeno, la Secretaría de Economía emitió un decreto en julio del 2011, en el cual se establecen ciertas restricciones para la importación de automóviles usados. Debido a los buenos resultados de esta regulación, la vigencia de este decreto tendrá una prórroga.
Este jueves 28 de diciembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que extiende las restricciones hasta el 31 de marzo del 2019; la medida, hasta antes de esta modificación, vencería a finales del 2017.
El principal lugar de donde provienen los autos usados que entran a México es Estados Unidos.
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El decreto mexicano prohibe la entrada de de automóviles que no cumplen con las reglas de circulación de EU, ya sea por su antigüedad, por tener daños catalogados como “graves” en motor y chasis, porque emiten muchos contaminantes o porque están involucrados con algún crimen.
Con esta medida, se prevé que para el 2018 la venta de automóviles usados sea sólo el 8%, comparado con la comercialización de coches de agencia; la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) emitió un comunicado en el que reconoció que esta es una buena medida para evitar la “chatarrización” del parque vehicular mexicano.
Además agradeció por apoyar el mercado interno en vistas a la incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
