La obsesión por conseguir más “Me Gusta” en las redes sociales alcanzó un punto en el cual muchos usuarios están dispuestos a poner sus vidas o las de terceros en peligro con tal de aumentar su popularidad. Así es como surgen los retos virales digitales, un recurso que no solo sirve para ganar aceptación social, sino para incrementar seguidores en estas plataformas digitales.
Respecto a este fenómeno, el cual se encuentra en constante crecimiento, Rubén Darío Vázquez, especialista en estrategias de comunicación digital y redes sociales, explica en entrevista con Reporte Índigo, cómo las redes sociales se han convertido en herramientas que a su vez nos suman responsabilidades como sociedad.
“Los retos virales tienen que ver con una nueva dinámica en la que las nuevas generaciones se están relacionando no solo entre ellos mismos, sino con el entorno que los rodea.
Los medios de comunicación son un referente para la construcción de nuestra identidad y nuestras referencias culturales. Anteriormente, venían de la televisión, por ejemplo, o de las revistas. Ahora muchos de estos contenidos se han trasladado a las plataformas digitales y es con lo que las generaciones de hoy deben de lidiar”, dice.
Cada vez más, los usuarios de las redes sociales, especialmente los menores de edad, se mueven arrastrados por la “dictadura de los me gusta”, que consiste en hacer todo aquello que consideren necesario para ganar popularidad, dice la investigación “Los retos virales crecen entre los preadolescentes”.
“Cuanto más extravagante sea, más se puede alardear. El entorno digital, sin duda, facilita que el cerebro de los adolescentes, todavía sin madurar, no se pare a pensar en las consecuencias de sus acciones.
“Los adolescentes no se toman el tiempo necesario para considerar si el detergente para lavar la ropa es un veneno que podría quemarles la garganta si lo ingieren, y tampoco si el uso inapropiado de medicamentos como el Benadryl puede ocasionar graves problemas en el corazón, convulsiones o coma.
“Ellos se centran en que alguien de su clase lo hizo y consiguió cientos de “me gusta” y comentarios en una determinada plataforma digital”, dice la Academia Americana de Pediatría en su estudio titulado “Los peligros de los retos virales y las razones de su atractivo para los adolescentes”.
Con esto concuerda Darío Vázquez, quien comenta que hoy en día la formación de las nuevas generaciones se ha modificado al igual que las responsabilidades de los padres, por lo que a cualquier tutor de un menor, ahora le corresponde estar muy al pendiente de los contenidos a los que están expuestos, y por supuesto que también a los que generan, es decir, lo que postea, comenta o incluso sigue en sus redes sociales.
Necesidad de aceptación con retos virales, señal de alerta
La investigación “Los retos virales crecen entre los preadolescentes”, publicada por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), deja en claro que los adolescentes presentan naturalmente dificultades para controlar sus impulsos y buscan constantemente la satisfacción inmediata, el placer, la aprobación social de sus iguales y sentirse parte del grupo, motivo por el cual caen fácilmente en los retos digitales.
Además de que están continuamente “poniendo a prueba los límites, tanto los suyos como de quienes los rodean como parte del descubrimiento de su potencial”.
A esto se une que son los usuarios por excelencia de redes sociales como TikTok o Instagram, donde los vídeos de retos se difunden rápidamente entre miles de personas, algunas de ellas famosas y que admiran.
Sin embargo, también señala que esta no es una condición generalizada de una etapa de la vida, pues no todos los adolescentes se prestan para estas dinámicas.
“Además, en general, los niños y las niñas que presentan vulnerabilidad social o están en riesgo de exclusión social suelen buscar más la aprobación y la aceptación de los demás, lo que puede hacer que se impliquen en retos más arriesgados. También sabemos que los desafíos producen mayor satisfacción a los más jóvenes y que los hombres hacen más retos peligrosos que las mujeres, es decir, que son más proclives a ellos”.
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