En México el rezago de infraestructura en materia de almacenamiento y transporte de hidrocarburos pone en riesgo el abasto de estos energéticos en todo el territorio nacional.
Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) revela que entre el 2000 y el 2017 la capacidad de almacenamiento de petrolíferos creció un cuatro por ciento; en contraste, la demanda de hidrocarburos incrementó 42.3 por ciento.
El CIEP detalla que existen 73 TAR distribuidas en todo el país que en conjunto suman una capacidad operativa de 11 millones 971 mil 619 barriles de combustibles, de los cuales el 76 por ciento se transporta mediante ductos.
La capacidad de almacenaje de las TAR puede satisfacer la demanda de gasolinas durante siete días y medio y de diésel en casi siete días.
Esta capacidad se traduce en una falta de almacenamiento, de acuerdo con el modelo internacional MOSES, propuesto por la Agencia Internacional de Energía (AIE), se recomienda que como mínimo México y los países adscritos a este organismos deben tener petrolíferos suficientes para cubrir la demanda de 21 días.
La AIE advierte que un indicador de riesgo es el déficit de petrolíferos en el país, debido a que México importa 10 veces más gasolinas de las que exporta, estas provienen de 19 países, principalmente de Estados Unidos, lugar donde se adquiere el 89 por ciento de los combustibles importados.
La conclusión del CIEP es que más allá de que el gobierno combate las redes de delincuencia organizada dedicadas al robo de combustible “huachicol”, asegura que la falta de suministro de hidrocarburos en este 2019 deja al descubierto la falta de diversificación de infraestructura de petrolíferos.
“La concentración de la demanda en algunos sectores específicos de ciertas regiones en particular, que a su vez se abastecen de una escasa oferta de opciones de suministro, refleja la vulnerabilidad en materia de seguridad de hidrocarburos. Por ejemplo, el caso del sector del transporte de la zona centro del país, alimentada en su mayoría por poliductos provenientes de la refinería de Tula”, señala el estudio.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria también afirma que las medidas de seguridad energética no serán contenidas con buscar la refinación local, aún cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende la construcción de dos nuevas refinerías y la puesta en servicio de otras seis ya existentes. En otro sentido, recomienda que se deben diversificar y flexibilizar las fuentes de infraestructura para el almacenamiento y el traslado de combustibles.