Rompe el silencio

En medio del caos, el escándalo de Línea 12 retomó fuerza. CAF se defendió y sostuvo que sus trenes son compatibles con las vías de la Línea Dorada.

Ante el riesgo de perder el contrato millonario por la renta de una flota de 30 trenes, la empresa española se dijo dispuesta a someterse a una controversia y exigió al GDF un diagnóstico imparcial.

La consultora Systra concluyó que el origen del problema no parecía ser un defecto de los materiales.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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En medio del caos, el escándalo de Línea 12 retomó fuerza. CAF se defendió y sostuvo que sus trenes son compatibles con las vías de la Línea Dorada.

Ante el riesgo de perder el contrato millonario por la renta de una flota de 30 trenes, la empresa española se dijo dispuesta a someterse a una controversia y exigió al GDF un diagnóstico imparcial.

La consultora Systra concluyó que el origen del problema no parecía ser un defecto de los materiales.

“… sino un problema muy delicado de compatibilidad a nivel de la interfaz riel/rueda donde se tiene un riel que responde al estándar Arema o una rueda fabricada bajo estándares europeos”.

Entones, la firma española rompió el silencio.

Sostuvo que sus trenes responden a lo solicitado por el Sistema de Transporte Colectivo Metro que en ese tiempo encabezó, Francisco Bojorquez.

Pero el informe de Systra -que aún no concluye- abrió otro frente:

“En la zona situada entre la estación Tláhuac y el taller, donde se ubican las curvas 1 y 2 de radio muy pequeño, se estudiará si se puede proponer medidas más radicales para rediseñar esta zona que sirve de cola de maniobra para los trenes”.

Justo ese tramo es el que construyó la empresa Carso, de Carlos Slim.

Es la parte del viaducto elevado, en donde el tren atora al intentar pasar de una curva a otra debido a los espacios tan reducidos que obligan a bajar la velocidad.

En uno de sus apartados Systra advierte que las medidas correctivas que recomienda a largo plazo tienen un costo financiero de rehabilitación razonable.

¿Quién lo pagará?

Ayer, el diputado federal del PAN, Jorge Sotomayor, estimó que la obra que Marcelo Ebrard construyó, ronda en los 50 mil millones de pesos.

En la construcción de Línea 12 “hubo funcionarios beneficiados con dádivas”, sentenció Sotomayor, el único diputado empecinado en exigir cuentas y a quien, hasta sus compañeros lo dejaron solo.

Insistió en la petición de que el senador Mario Delgado Carrillo, quien autorizó los mil 588 millones de dólares para endeudar hasta el 2026 al DF, tiene que acudir a comparecer ante el Congreso.

El diputado federal lamentó que el informe de la investigación de Línea 12 que entregó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) que no fija responsables, menos da nombres ni apellidos.

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