Romper para avanzar
Uno de los principales beneficios que ha traído la alternancia es que ha ayudado a acabar con las dinastías y a castigar a los malos gobiernos, sin embargo faltan instituciones más fuertes
Carlos SalazarLa naturaleza de la política en México está inscrita en la lucha por el poder, y es por eso que la alternancia, si bien ha tenido muchos matices positivos, no ha sido por si misma una herramienta que pueda ayudar a democratizar la vida política en el país, asegura el Senador Ernesto Ruffo, primer gobernador electo en el país emanado de la oposición.
El experimentado político de Baja California está convencido de que la alternancia en la dinámica de la vida política mexicana es necesaria, y que hoy no se podría entender el sistema político sin ella, pero en contraparte señala que los partidos de oposición, el PAN incluido, al final han terminado contaminándose por las mismas prácticas del otrora partido hegemónico.
“La causa de servicio público queda avasallada por los intereses personales y particulares. Antes éramos un partido sin poder. Eramos los románticos de la democracia, pero cuando llegamos al gobierno, y a mí me empezó a suceder inmediatamente, mucha gente empezó a entrar al PAN y comenzaron rápidamente a operar para conseguir puestos”, resume sobre sus primeros años como gobernador de Baja California.
En cuanto a su partido, Acción Nacional, el legislador es muy crítico, ya que asegura que fueron perdiendo identidad, no se mantuvieron fieles a sus principios y valores y que a través de las guerras por el poder, no sólo fueron cayendo en el desprestigio a la hora de gobernar, sino que al mismo tiempo el partido fue desvirtuándose internamente.
“En el PAN era la alternancia a través de la vida democrática interna, pero estos grupos de arribistas del PAN, queriendo controlar todo para tener sus propias posiciones, se fueron comiendo las instituciones del partido”, recalca.
En lo que sí reconoce que ha servido la alternancia es en su función de terminar con dinastías, el castigar los malos gobiernos a través del voto, pero este esfuerzo no ha sido acompañado de un adecuado fortalecimiento institucional.
“Yo sí creo que este asunto de romper las cáscaras de esos grupos de personas que se meten a las instituciones para controlarlas.
Por último, el senador advierte que el fenómeno de la alternancia en los últimos años no está relacionado ni a la filosofía ni a la ideología política, dos valores muy relativos y supeditados al pragmatismo electoral, sino que hoy la gente está votando por personas que inspiren confianza y sobre todo para castigar a los malos gobernantes.
El ejemplo más contundente es el reciente resultado de las elecciones con una votación a nivel nacional y, sobre todo a nivel local, que fue diametralmente opuesta en relación a comicios pasados.
“La gente está siguiendo a aquellos que les inspiran confianza, que los ven conectados con ellos mismos, que les inspira sentimientos positivos. Lo que pasó ahora, fue un voto de castigo por el coraje de la ineficacia y de la irresponsabilidad de los gobernantes mexicanos”, concluye.
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