La ciudad de Guadalajara y el estado de Jalisco honran todos los días a dos figuras del ámbito artístico-cultural sobre las que pesan acusaciones de acoso y agresiones sexuales cometidas contra mujeres. Se trata del tenor español, Plácido Domingo, y Juan José Arreola, en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres de esta entidad.
Este tipo de acusaciones alcanzaron también a uno de los miembros de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres: Juan José Arreola.
Ser declarado “benemérito en grado ilustre” para ocupar un lugar en esa Rotonda es el máximo reconocimiento que pueden entregar las autoridades del estado en nombre del pueblo de Jalisco, inclusive la legislación establece que nadie que cargue con alguna mancha en su trayectoria puede llegar a esa plazoleta del Centro Histórico de Guadalajara.
De ahí la trascendencia de las revelaciones que ha hecho la escritora Elena Poniatowska, quien declaró que Juan José Arreola, cuyos restos mortales fueron depositados en dicha Rotonda desde el 2015, la violó en el año de 1954, un delito penado por las leyes mexicanas.
La Ley de Beneméritos del Estado de Jalisco señala actualmente en su artículo 12 que deberá rechazarse la declaratoria de benemérito “si se probara con elementos suficientes que la persona que se pretende declarar como Benemérito del Estado de Jalisco, en cualquier caso, a pesar de que resultara merecedora de tal distinción, tuviera actos en su vida que cuestionaran su buen nombre (inciso d)”.
Cuando la escritora le declaró al diario Excelsior en noviembre pasado que Arreola la había atacado sexualmente, dijo: “Ya se sabía, muchos lo saben. Pero no hay que decirlo, para qué, además, ya pasaron tantos años. Él usaba su capacidad de convencer, de ser muy seductor, para hacerle daño a la gente”.
Aunque la familia de Arreola niega la acusación, la encrucijada para los jaliscienses no puede ser mayor: si Elena Poniatowska está en lo cierto, el estado y la ciudad le han otorgado su mayor distinción al escritor, cuya estatua se erige en una Rotonda que, se supone, debe albergar únicamente a los mejores hijos e hijas de Jalisco.
Cuando Juan José Arreola fue designado jalisciense ilustre por el Congreso el 5 de marzo de 2015, la decisión se fundamentó no solo en la calidad de su obra literaria, sino en que se trataba de un “modelo” moral para los habitantes de la entidad donde sigue imperando la violencia hacia las mujeres.
En una de las tres iniciativas que dieron pie a dicha declaratoria, la que presentó la entonces diputada Mariana Arámbula Meléndez, el 14 de noviembre del 2013, se destaca que “en nuestra sociedad actual, tan alejada de valores cívicos y morales, requerimos retomar ese tipo de valores y ejemplos, ya que solo en la medida que cada jalisciense sea un ‘virtuoso ciudadano’, podremos mejorar como colectividad”. Por ello, decía, se debía “reconocer la obra y el legado de un insigne jalisciense que tuvimos la fortuna de conocer, de escuchar y de leer: Juan José Arreola”.
El traslado de los restos mortales de Arreola a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres y la develación de su escultura se concretó el 21 de septiembre de 2015, en una ceremonia encabezada por el entonces gobernador, Aristóteles Sandoval Díaz.
“No bastarán monumentos para hacerle justicia a su gran legado”, expresó el mandatario.
La prueba del tiempo en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres
El 28 de febrero de 2017 el Congreso de Jalisco aprobó una reforma para que los candidatos a ser declarados beneméritos ilustres tuvieran cuando menos 20 años de fallecidos; hasta antes de ese cambio la designación podía otorgarse a partir de los 10 años cumplidos de la muerte del posible beneficiario.
Cuando Juan José Arreola fue declarado benemérito ilustre en marzo de 2015, antes de que se diera dicha reforma, tenía solamente 13 años de fallecido, pues murió el 3 de diciembre de 2001.
Bajo los actuales parámetros de la Ley, Arreola no hubiera podido ser declarado benemérito sino hasta el año 2021; en ese escenario, los diputados habrían estado en posibilidad de valorar la existencia de una acusación tan seria como la que hace Elena Poniatowska.
Cuando la entonces diputada Rocío Corona Nakamura promovió esa reforma, advirtió que a los 10 años de la muerte de algún personaje no era posible una valoración crítica y objetiva de su vida y obra. Había que esperar más.
“El tiempo despoja las biografías de todo lo anecdótico y deja al descubierto lo que tienen de valioso. Así como el ácido disuelve el oro falso, el tiempo diluye el prestigio de quienes no lo merecían (…) Que sea la siguiente generación -y no la propia- la que califique la vida y obra de quienes merezcan el honor de ser recordados en la Rotonda donde yace la excelencia histórica de Jalisco”.
Biblioteca Pública “Juan José Arreola”
Además de su espacio en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, la UdeG nombró como “Juan José Arreola” a la Biblioteca Pública del Estado que construyó en su megaproyecto inmobiliario del Distrito Urbano Centro Cultural Universitario (CCU).
En ese mismo Distrito Urbano del CCU donde la UdeG pretende desarrollar complejos de vivienda y zonas comerciales, se aloja el Conjunto de Artes Escénicas, cuya Sala Mayor fue nombrada en 2017 también por esa misma casa de estudios como “Plácido Domingo”.