Saldo de guerra: Secuestro
La guerra contra el narcotráfico y la disputa por la plaza que protagonizan Los Zetas y El Cártel del Golfo está generando en Nuevo León una escalada de secuestros y casos de privación ilegal de la libertad.
Esta situación ha prendido las alertas de las autoridades y la de los nuevoleoneses.
El repunte de estos delitos forma parte de los estragos que está dejando el combate que realizan las autoridades a los cárteles de la droga que operan en todo el territorio estatal.
Incluso hay importación de delincuentes de otros estados, como Sonora y Veracruz.
César Cepeda
La guerra contra el narcotráfico y la disputa por la plaza que protagonizan Los Zetas y El Cártel del Golfo está generando en Nuevo León una escalada de secuestros y casos de privación ilegal de la libertad.
Esta situación ha prendido las alertas de las autoridades y la de los nuevoleoneses.
El repunte de estos delitos forma parte de los estragos que está dejando el combate que realizan las autoridades a los cárteles de la droga que operan en todo el territorio estatal.
Incluso hay importación de delincuentes de otros estados, como Sonora y Veracruz.
En lo que va del año se han ventilado públicamente casos de secuestro, rescates de víctimas y detenciones de bandas por parte de las autoridades estatales, que han colocado una vez más este delito de alto impacto presente en la percepción de los regiomontanos.
Expertos en seguridad y autoridades consultadas por Reporte Indigo atribuyen el incremento de plagios fundamentalmente a los exintegrantes de células ligadas al narcotráfico que han sido desmanteladas por las autoridades o disminuidas por los grupos rivales.
Son las llamadas “células huérfanas” que han recurrido a la privación de la libertad y a sus diferentes modalidades como el “secuestro exprés”.
En estos momentos en Nuevo León hay diferentes grupos dedicados al negocio del secuestro, uno de los delitos que más afectan a los ciudadanos por sus repercusiones en el entorno de la víctima y en la sociedad en general.
Hay cárteles de la droga que operan aquí y que tienen al secuestro como una actividad delictiva que forma parte de sus vías de financiamiento, como lo es también la extorsión y el cobro de piso.
El grupo criminal de Los Zetas y el Cártel del Golfo siguen recurriendo al plagio como una actividad rentable para conseguir recursos que usan para costear el enfrentamiento que sostienen con las fuerzas federales.
Pero en Nuevo León están operando también las bandas profesionales del secuestro, que forman parte del crimen organizado pero que no están vinculadas a los cárteles del narcotráfico.
Están también “Los similares”, delincuentes que se hacen pasar como integrantes de un cártel de la droga para cometer plagios y privaciones ilegales de la libertad.
Los rescates que están exigiendo los secuestradores a los familiares de las víctimas van desde los 30 mil pesos, hasta los 15 millones.
Las autoridades rechazan públicamente que exista un repunte en los secuestros, tratando de evitar una situación de psicosis entre la población.
Pero las estadísticas oficiales reportan una tendencia a la alza.
Durante el mes de enero se presentaron en la Procuraduría de Justicia seis denuncias por secuestro y 29 reportes por privación ilegal de la libertad.
Extraoficialmente se sabe que la Procuraduría de Justicia abrió este año 18 averiguaciones previas por el delito de secuestro.
En enero del 2012 sólo se habían presentado tres denuncias por secuestro y el mismo número por privación ilegal de la libertad.
El delito del secuestro en México es el que presenta una alta cifra negra porque las víctimas pocas veces interponen la denuncia.
Sin embargo, las autoridades están obligadas a perseguir este delito por oficio.
El año pasado Nuevo León se ubicó por primera vez en la historia arriba de la media nacional en el índice de secuestros denunciados por cada 100 mil habitantes.
En el reporte elaborado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, alimentado exclusivamente por denuncias presentadas ante el Ministerio Público y no contempla la cifra negra, la tasa que registró Nuevo León fue de 1.16 secuestros por cada 100 mil habitantes.
Este indicador ubicó a Nuevo León en el lugar 10 en el ranking nacional que encabeza el estado de Tamaulipas, con una tasa de 3.55.
En el 2011 la tasa de secuestros que registró Nuevo León fue de 0.99 y la de hace dos años fue de apenas el 0.39, que colocó al estado como una de las entidades con menos secuestros reportados en el país.
Sin embargo, esta situación ha cambiado con el recrudecimiento de la violencia en la frontera norte de México por la disputa de la plaza de Monterrey.
Los transportistas nuevoleoneses, principalmente los originarios del municipio de Allende, además de los médicos principalmente en el área metropolitana de Monterrey, son las principales víctimas de las bandas de secuestro que operan en la zona.
Pero recientemente los plagiarios se han enfocado también en las mujeres y estudiantes.
La Unidad Antisecuestros de la Policía Ministerial ha montado operativos para rescatar a cuatro personas que habían sido privadas de su libertad por diferentes bandas.
El caso más público fue el rescate de la estudiante del Tec de Monterrey, quien fue secuestrada la noche del 21 de enero en el estacionamiento de la tienda Blockbuster de la avenida Garza Sada.
La joven fue liberada el pasado miércoles. Estaba en una casa de seguridad localizada en la colonia Lagos del Bosque, en el sur de Monterrey.
Las autoridades vincularon a los cinco plagiarios detenidos con El Cártel del Golfo y a un grupo que hace un año privó de su libertad al esposo de la cantante Gloria Trevi.
En esta banda participaba el exfutbolista Omar “El Gato” Ortiz, exportero de los Rayados y de la Selección Mexicana, actualmente en prisión por este delito.
Ningún municipio metropolitano es inmune a los secuestros.
En San Pedro, que se supone está blindado, el mes pasado fue privado de su libertad un contador que fue rescatado por las autoridades en el municipio de Santiago.
Los plagiarios del sampetrino pertenecen a una banda conocida como “Los Sonorenses”, que ya había sido desmantelada hace un año por las autoridades de la Procuraduría de Justicia, pero que evidentemente resurgió.
El grupo era encabezado por exmarinos originarios de Guaymas, Sonora, que fueron detenidos el año pasado por las autoridades neolonesas.
Los secuestros se han incrementado, pero también han aumentado los golpes contra los secuestradores este año por parte de las autoridades de la Procuraduría que encabeza Adrián de la Garza.
El viernes pasado las autoridades presentaron una banda vinculada al Cártel de Los Zetas que estaba cometiendo secuestros en la zona de Cadereyta, Juárez, Allende y Montemorelos.
De acuerdo a las autoridades, está célula era encabezada por Luis Enrique García Márquez, alias “El Quique”, de 18 años, y estaba integrada por 10 menores de edad que también fueron detenidos por el Grupo Antisecuestros de la Policía Ministerial.
También, el 18 de enero pasado las autoridades presentaron a nueve integrantes de la banda de “Los Jarochos”, encabezada por tres hermanos de Veracruz, involucrada en al menos cinco plagios de comerciantes de la zona del municipio de Juárez.
Esta banda no estaba relacionada con un cártel de la droga en específico, según aclararon las autoridades.
Cada vez que se rompe un cadena de mando en un cártel, quedan “células huerfánas” que buscan sobrevivir con recursos del secuestro.