Sargazo, destructor del caribe
La llegada masiva de esta alga a las playas del Caribe en 2018 provocó una crisis ecológica y económica en Quintana Roo. Este año se estima un impacto aún mayor, lo que plantea desafíos enormes para las autoridades que buscan combatir un problema que ya está afectando el desarrollo de la región y la vida de las comunidades locales
Laura IslasEl infierno llegó a las cristalinas aguas de Quintana Roo en forma de color café y olor a huevo podrido.
En Tulum, Playa del Carmen y Puerto Morelos, la tonalidad turquesa ha desaparecido bajo un pigmento ocre que se extiende desde la costa hasta decenas de metros mar adentro.
En la arena, una capa oscura se acumula con cada ola que llega. Se trata de una especie de alga parda que recibe el nombre de sargazo y que desprende un intenso olor al secarse bajo el sol.
Esta planta marina puso en jaque al turismo en la entidad el año pasado y ahora está de regreso con más intensidad.
Se prevé que en 2019 podría llegar hasta un millón de toneladas y según datos del Gobierno federal representaría una disminución de la ocupación turística del 30 por ciento para este año.
Pero el daño también es ecológico. Especialistas lo relacionan con la muerte de especies marinas como peces, crustáceos, moluscos, tortugas y el blanqueamiento de los corales.
El tema ya llegó a la agenda nacional. La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, y le anunció que la Secretaría de Marina estaría al frente del proyecto para combatir el sargazo, pero la ayuda federal aún no llega.
“Aún no tenemos ni conocemos los detalles al respecto, pero estamos al pendiente para conocerlos, lo más cercano a nuestras costas es el trabajo que tendremos que hacer, donde se instalen algunas vallas tipo contra derrames petroleros y algún otro tipo de arquitectura que evite que el sargazo pase a la zona de playas”, explica el gobernador.
La llegada masiva de esta alga y la falta de resultados efectivos por parte de las autoridades han puesto en pie de guerra a investigadores, académicos, hoteleros, sociedad civil y funcionarios locales para hacer un frente contra esta la planta que está modificando la vida de los habitantes locales que se dedican al turismo.
Un grupo multidisciplinario de especialistas en geología, oceanología, hidrobiología, diseño gráfico e ingeniería en computación ha creado la Red de Monitoreo de Sargazo Cancún, que predice la ruta de esta alga con base en el procesamiento de imágenes satelitales y al desarrollo de un modelo matemático creado con sus propios recursos, de la cual forma parte Esteban Amaro.
“Estamos conectados a más de 10 plataformas distintas a nivel mundial donde bajamos las imágenes en crudo, en satélite, y con nuestros procesadores las analizamos y hemos desarrollado un modelo matemático donde tenemos entre el 95 y el 98 por ciento de probabilidades de acertar”, dice.
El equipo fue creado en el 2015, pero hasta hace aproximadamente dos meses empezó a hacer públicos sus resultados en una página de Facebook que ha sido adoptada como referente de turistas, hoteleros e incluso autoridades para saber dónde habrá sargazo y tomar previsiones.
“Hay un pico que es el pico de primavera que es el que estamos padeciendo ahorita, después se estabiliza y sube al pico de verano que es mucho mayor, el pico de verano que tuvimos en el mes de julio, principios de agosto, fue muy fuerte y su pico de primavera fue relativamente leve. Estamos teniendo picos muy fuertes de sargazo ahorita en primavera, entonces en verano se espera que sean tremendos”, agrega.
En el municipio de Puerto Morelos, un grupo de académicos, hoteleros, personas de la sociedad civil y funcionarios municipales han conformado el Protocolo Puerto Morelos para encontrar acciones concretas frente al sargazo.
Con recursos privados, hoteleros han experimentado distintas técnicas para mitigar este problema y buscan que las que resulten exitosas se repliquen en la entidad.
Por ahora, los 600 metros de playa del hotel Zoëtry Paraíso de la Bonita, en Puerto Morelos, han servido de laboratorio para probar diferentes tipos de vallas, bandas, máquinas y barcos.
El también representante del hotel Zoëtry Paraíso de la Bonita dice que una de las peticiones es que que utilicen los recursos adecuadamente porque cada año se recolectan cientos de millones de pesos tan sólo de los impuestos para el saneamiento ambiental y de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat).
Uno de los proyectos más ambiciosos que el presidente Andrés Manuel López Obrador busca legar es el Tren Maya, el cual se construirá en la Península de Yucatán y atravesará cinco estados, entre ellos Quintana Roo, pero especialistas dicen que primero se debe atender el tema del sargazo.
“Si no se resuelve el problema del sargazo, pues yo recomendaría que ni se haga el Tren Maya, porque no van a tener a nadie a quien traer aquí”, dice Rosa Rodríguez Martínez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
Morir entre el sargazo
La llegada de este tipo de algas a las costas no solo impide que las personas puedan nadar, recostarse o comer en la playa, también afectan la biodiversidad del lugar.
Rosa Rodríguez Martínez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM en Puerto Morelos, dice que en 2015, a raíz de la marea marrón del sargazo, se observó la mortalidad de corales cerca de la orilla, en la zona de los pastos marinos.
Si bien no existe una publicación científica que exponga las causas que provocan el aumento del sargazo, científicos coinciden que es la combinación de factores como el calentamiento del planeta, el cambio climático y la eutrofización o enriquecimiento en nutrientes de los mares, sobre todo en los ríos ubicados en Sudamérica y específicamente en el Amazonas, cuenta.
El hidrobiólogo Esteban Amaro, de la Red de Monitoreo del Sargazo Cancún, explica que el crecimiento de la industria turística también es una condición que ha propiciado el incremento de estas algas, ya que en la zona de la Rivera Maya se han talado los manglares para hacer hoteles.
“Si tu quitas los manglares y pones hoteles, ¿qué pasa con los hoteles? Todos descargan el agua y a la gran mayoría les preocupa muy poco el tratamiento de sus aguas, entonces llegan directamente al mar y es una suma de factores: nutrientes, temperatura, el calentamiento global, talar los manglares, las descargas; entonces todo es complicado porque todo se va juntando”.
Mientras que para los limpiadores, realizar esta actividad sin equipos de protección también se convierte en un riesgo para su salud.
Tal es el caso de los trabajadores de Playa del Carmen en el municipio de Solidaridad, quienes acusan sufrir daños dermatológicos y no tener seguridad social para atenderse.
De acuerdo con el informe de la “Comisión Presidencial para la Atención al Arribo del Sargazo en el Caribe Mexicano”, emitido este mes de mayo, entre las amenazas ambientales del sargazo también está la reducción de la luz en el agua, la modificación de su calidad y la producción de lixiviados que forman una masa café-verdosa.
Otra de las afectaciones ambientales es la erosión que el alga provoca en las playas, además cuando se descomponen generan gases de sulfuro de hidrógeno con un aroma hediondo.
El arribo en grandes cantidades de sargazo también ha provocado la aparición de tiraderos clandestinos, por lo que uno de los retos es la regulación de lugares de disposición final de este tipo de plantas acuáticas, algo en lo que ya ha avanzado el municipio de Puerto Morelos.
El alga marina que amenaza el Caribe también ha puesto en riesgo la flora y la fauna de la región, trayendo consigo el deceso de algunos animales como las tortugas o de plantas como los corales que se encuentran próximos a la costa
Luis Cardeña, miembro del Protocolo de Puerto Morelos y coordinador de la parte terrestre de la disposición final del sargazo en ese municipio, dice que en la demarcación se habilitó un sitio para deshidratar el sargazo, el cual va a tener una pila para los lixiviados y una geomembrana para no contaminar los mantos freáticos.
La perla pierde brillo
El sargazo podría costarle caro a la entidad reconocida a nivel internacional por sus hermosas playas.
Tan solo en Playa del Carmen, las costas lucen sin turistas, pues las capas acumuladas de esta planta marina en la costa y el mal olor que generan impiden que los visitantes quieran permanezcan en el sitio.
Además, los hoteleros acusan que este año resentirán una baja en el número de reservaciones, pese a que existen alternativas como visitar cenotes o playas con poco sargazo como Cancún, Isla Mujeres o Holbox.
A nivel nacional, el turismo de Quintana Roo representa el 15 por ciento del Producto Interno Bruto del país, según el informe de la “Comisión Presidencial para la Atención al Arribo del Sargazo en el Caribe Mexicano”, emitido en este mes de mayo.
De acuerdo con el documento, en el 2017 la entidad produjo 79 mil millones de pesos a precios corrientes, y generó una demanda económica de 180 mil millones de pesos por actividades relacionadas.
Tan solo en 2018 la pérdida económica por la llegada del sargazo fue de 5 mil 286 millones de pesos, y entre junio y diciembre de ese año fueron retiradas 522 mil 226 toneladas de sargazo de las playas, para lo cual se realizó una inversión de 332. 5 millones de pesos.
Para Carlos Joaquín González, gobernador de Quintana Roo, los datos de disminución que han mencionado algunas asociaciones hoteleras no son coincidentes con el número de turistas y pasajeros que los aeropuertos están reportando.
“Me parece que ahí más que los temas de sargazo y cualquier otro se refiere al incremento de la competencia en la apertura de más cuartos de hotel y al crecimiento de algunas plataformas de hospedaje, pero el número de turistas se ha mantenido en crecimiento, tal vez crecimientos menores a los que se han dado en otros años pero crecimiento al fin”, dice en entrevista telefónica.
El gobernador relata que seguirán con los esquemas de promoción turística y buscando solución a este tema del sargazo para evitar que sea utilizado como un pretexto para alguna situación de caída en el mercado.
Las playas más afectadas este año en el caribe mexicano van desde Tulum hasta la Riviera de Cancún, aunque la población de Mahahual también es de las que ha registrado mayor llegada de la planta, explica Esteban Amado, de la Red de Monitoreo del Sargazo Cancún.
Mientras que la zona de Cancún, Cozumel centro, Isla Mujeres y Holbox este año se mantienen con un nivel bajo, indica el mapa de distribución y abundancia del sargazo en la zona norte de la entidad creado por la red.
En 2016 y 2017 se registraron bajos niveles, pero en 2018 repuntó con alrededor de 200 mil toneladas, generándose la primera gran crisis por este fenómeno.
“Este año va a romper todos los récords”, dice Esteban.
El sueño caribeño
Florecita Martínez de los Santos y su familia son de las pocas personas que se atreven a sumergir sus pies en las aguas repletas de sargazo de la playa pública de Punta Piedra, en Tulum.
Sentada al borde de una roca gigante que funciona como un mirador natural, la joven de 23 años recuerda cómo llegó a Quintana Roo.
En cinco años ella pasó de la ilusión al desencanto de vivir y prosperar en Tulum, el lugar del que se enamoró.
La primera vez que conoció las paradisiacas playas de esta ciudad, famosa por sus ruinas mayas, le gustó tanto que le pidió a su esposo ir a vivir allá y dejar su natal Tabasco, recuerda.
Con dos hijas pequeñas, ella se dedicó a ser ama de casa mientras su esposo Florencio trabajaba de mantenimiento en un hotel.
Pero hace dos años el sargazo lo cambió todo. Su llegada masiva provocó que el hotel donde él trabajaba lo despidiera ante la falta de huéspedes, cuenta.
“Pero son días que le hablan, días que no. Así la llevamos. Yo vendo productos de Avón y de Fuller y con eso la llevamos, con eso nos sustentamos en este tiempo que es la temporada baja, que es de seis a siete meses, que es cuando está más complicado conseguir trabajo”.
La situación les ha hecho considerar dejar Tulum y asentarse en un lugar donde haya más trabajo los próximos años.
“Pensábamos regresar a Tabasco porque de allá somos y de nada sirvió que saliéramos de allá, de nuestro pueblo, no nos superamos aquí, aquí llegamos para superarnos, para darle algo a nuestras hijas y hasta ahorita pues no lo hemos logrado”, dice.
Akumal es un pueblo ubicado en Tulum de aproximadamente 2 mil habitantes donde las principales actividades económicas son el turismo y el comercio en la zona costera del mismo nombre.
“La gente tiene que buscar opciones, busca otro trabajo temporal durante ese tiempo que no puede trabajar. Optan por tener otro negocio, vender algo, pero la gente siempre busca opciones, lo que siempre hacen es buscar un trabajo temporal, ya que pasa todo esto regresan otra vez a la playa porque sí les deja”, dice Dalia Abigail Tun May, de 22 años, quien vive en el pueblo de Akumal.
La joven cuenta que su familia fue una de las primeras que poblaron Akumal cuando éste aún se encontraba del lado de la playa, pero posteriormente fueron desplazados kilómetros adentro y empresas hoteleras se instalaron donde originalmente estaba la comunidad.
“Tengo familia que trabaja en el turismo, incluso me acuerdo que antes, cuando estaba chiquita, íbamos a la playa normal, no había este problema del sargazo y mi papá cuidaba una casa”, dice.
La situación del sargazo se agravó tanto el año pasado que pescadores y habitantes del pueblo se reunieron para limpiar la zona y que los turistas no se fueran, ya que al menos un integrante de cada familia trabaja en la playa directamente.
Omar Vázquez Sánchez es un hombre originario de Jalisco que ha aprendido a encontrarle una función al sargazo al usarlo en la elaboración de tabiques en Puerto Morelos, donde tiene un vivero y su fábrica de bloques.
“Soy el constructor de la primera casa en el mundo hecha a base de sargazo”.
Vázquez cuenta que el año pasado limpiaba el alga y era el encargado de Puerto Morelos, Playa de Carmen y Tulum, pero fue despedido por culpa de un servidor público y eso fue bueno, porque así creó los tabiques hechos con ese tipo de plantas.
Sus tabiques, asegura, son 30 por ciento más baratos que un bloque convencional y cien por ciento orgánicos. Además están elaborados en un 60 por ciento de sargazo y en un 40 por ciento de materia orgánica.