Se cumplen 20 años de la tragedia en la discoteca Lobohombo

En mayo de 2000, Alejandro Iglesias Rebollo, conocido como el Zar de los giros negros en la Ciudad de México, abrió las puertas de lo que pretendía ser la perla de su emporio, la discoteca Lobohombo
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El incendio en la discoteca Lobohombo fue un lamentable suceso marcado por la impunidad que causó la muerte de 22 personas y dejó 40 heridos.

El 20 de octubre de 2000, la discoteca ubicada en la colonia San Rafael de la Ciudad de México se incendió por un corto circuito.

En mayo de 2000, Alejandro Iglesias Rebollo, conocido como el Zar de los giros negros en la Ciudad de México, abrió las puertas de lo que pretendía ser la perla de su emporio, la discoteca Lobohombo en donde se tocaba la música tropical.

El lugar fue cerrado en tres ocasiones por faltar a las normas en Protección Civil

Pero el 20 octubre de ese mismo año se inició el fuego en el lugar por un corto circuito y en pocos minutos, la selva de plástico con la que fue adornado el local, permitió que el siniestro se saliera de control.

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Las salidas de emergencias del lugar estaban cerradas con candado, además el antro violaba las disposiciones de protección civil, y los meseros impidieron la salida de comensales “para que no se fueran sin pagar”, según reportaron algunos medios.

El dueño, Alejandro Iglesias Rebollo, fue acusado de homicidio culposo

“Es una triste historia, sí efectivamente es consecuencia de lo que pasa cuando las medidas de Protección Civil no son respetadas por los establecimientos mercantiles”, declaró Alonso Rojas, quien fue subdirector Jurídico y de Gobierno de la delegación Cuauhtémoc, en ese momento.

Fue hasta 2008 cuando Alejandro Iglesias Rebollo, propietario del inmueble, fue arrestado porque su hija de 14 años lo denunció por maltrato intrafamiliar, pero debido a que el cargo de homicidio culposo, por el cual fue señalado por los hechos del 20 de octubre, había prescrito, libró la cárcel.

En ese momento, las autoridades dijeron que los dueños de la discoteca “habían cumplido con los requisitos de seguridad que marca la ley”.

Hoy en el terreno que alguna vez albergó al Lobohombo hay una estación de bomberos, como recordatorio de lo que ocurrió.

Además, las autoridades capitalinas cambiaron las normas de los establecimientos para reforzar las medidas de desalojo en caso de emergencias tras la tragedia.

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Nexos con la trata personas

El 29 de junio en un operativo conjunto entre la Policía capitalina y la Policía Federal clausuraron el ‘El Cadillac’, un presunto prostíbulo ubicado en Melchor Ocampo número 189 esquina con Michelett, en la colonia Anzures, cerca de la zona de Polanco.

En el lugar, 46 mujeres fueron rescatadas. 27 eran mexicanas y 19 extranjeras: de Venezuela, Honduras y República Dominicana, etcétera.

Con la ayuda de la Policía Federal, la Procuraduría capitalina ingresó al centro nocturno, también propiedad de Alejandro Iglesias Rebollo, quien fuera dueño de la discoteca Lobohombo.

Ese día iban a clausurar el Royal y el Fahrenheit, propiedad de la misma persona, pero un “pitazo” alertó a los empleados y vaciaron los lugares de clientes y bailarinas.

La Policía Federal, que inició la supuesta investigación por trata de personas en el Cadillac, presentó ante las autoridades locales al menos 72 contratos que se encontraron al interior de dicho establecimiento al momento del operativo, en el que se establecen las condiciones laborales de igual número de mujeres contratadas como bailarinas exóticas.

La entonces PGJDF no logró que Alejandro Iglesias Rebollo, propietario del Cadillac, se presentará a declarar ante el Ministerio Público.

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