Se le cae el teatro a García Luna
Dos casos emblemáticos de cómo se manejó la procuración de justicia en México durante el sexenio de Felipe Calderón están por resolverse.
Después de quedar demostrado el montaje hecho por el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, para detener a Florence Cassez la Suprema Corte de Justicia de la Nación regresará el caso a los tribunales.
Y ahí es muy probable que quede libre o bien, en el peor escenario, sea extraditada a Francia.
El otro caso es el de los militares encarcelados por el solo dicho de “informantes” ligados al narcotráfico.
Peniley Ramírez
Dos casos emblemáticos de cómo se manejó la procuración de justicia en México durante el sexenio de Felipe Calderón están por resolverse.
Después de quedar demostrado el montaje hecho por el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, para detener a Florence Cassez la Suprema Corte de Justicia de la Nación regresará el caso a los tribunales.
Y ahí es muy probable que quede libre o bien, en el peor escenario, sea extraditada a Francia.
El otro caso es el de los militares encarcelados por el solo dicho de “informantes” ligados al narcotráfico.
La PGR informó ayer que no tiene pruebas que confirmen las declaraciones de los testigos protegidos que acusaron al General Tomás Ángeles Dauahare de proteger al Cártel de los Beltrán Leyva.
Así que es su liberación es casi un hecho.
Conoce las dos historias.
Florence Cassez se enfrenta hoy al último recurso disponible en la justicia mexicana para buscar su libertad.
Mientras, los protagonistas de la parte más oscura de su historia amasaron estos años jugosos negocios.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación decidirá si le concede un amparo a Cassez y se revisa nuevamente su juicio eliminando pruebas que la incriminan, o le reitera su sentencia de 60 años de cárcel.
Al mismo tiempo y lejos de los reflectores, los personajes claves en su detención se han ocupado de firmar contratos con el gobierno, montar empresas en el extranjero y cobrar anticipos de eventos cancelados.
La opinión pública está partida en dos.
Unos están convencidos de que ella es una víctima del sistema que encarcela a presuntos culpables.
Otros creen que es una “francesa secuestradora” que busca valerse de su nacionalidad para eludir a la justicia.
Sin importar el resultado de su proceso judicial, las conexiones entre quienes la han incriminado son cada vez más visibles.
Los policías
Los negocios millonarios que consiguió Epel con el gobierno calderonista pasaron en su mayoría por la SSP, a cargo de Genaro García Luna.
Uno de sus hombres más cercanos, Luis Cárdenas Palomino, quien anunció públicamente su retiro del servicio público a través de Facebook días después de que el PRI volviera a Los Pinos, podría estar también involucrado en la red de negocios que ha tejido García Luna en Miami durante los últimos años.
En noviembre pasado, Reporte Indigo publicó que la esposa de García Luna, Linda Cristina Pereyra, abrió en enero de 2011 el restaurante Oggi Caffe en North Miami Beach.
La constitución de la empresa a su nombre, Restaurant & Beverage Operator Los Cedros, LLC y su sociedad con el empresario colombiano Carlos Felipe Barrera, establecieron la conexión con la familia de Mauricio Samuel Weinberg.
Este empresario tiene un permiso de la SSP para operar seguridad privada en todo el país y ha sido contratista de la extinta secretaría encabezada por García Luna.
Otros registros de la División de Corporaciones de Florida colocan el nombre de Luis Cárdenas en medio de esta red de negocios en el extranjero.
En agosto de 2004, el empresario colombiano Juan Carlos Gaviria abrió la empresa Lofts of Atlantic, LLC como único socio.
La dirección de la compañía era la suite 706 del 1666 de Kennedy Causeway en la zona residencial de North Bay Village, al norte de Miami Beach.
Es la misma dirección donde hoy se ubica Oggi Caffe, el restaurante de la esposa de García Luna.
En su primer reporte anual, realizado en marzo del siguiente año, en 2005, ya este empresario coloca un socio, de nombre Luis Cárdenas, a quien no se le registra su segundo apellido.
Ambos socios volvieron a aparecer juntos en esta dirección en el reporte anual de febrero de 2006 y en mayo de 2007, aunque para entonces habían cambiado en la dirección de la suite 706 a la 210 del mismo edificio.
El 8 de noviembre de ese año renunció al cargo el abogado que fungía como representante legal de la compañía, de nombre Héctor, J. Mir, mediante una carta dirigida a la División de Corporaciones de Florida.
El 15 de febrero de 2008, dado que los dueños no habían registrado a ningún nuevo representante, la División dio por cerrada la empresa y la colocó en estatus de inactiva, en el que permanece hasta hoy.
La televisora
García Luna y Cárdenas Palomino fueron los artífices de un montaje en el rancho Las Chinitas ese diciembre de 2005 para simular la liberación de varios rehenes.
El divulgador principal fue la empresa Televisa, que no solamente transmitió “en vivo” el rescate para la audiencia de su noticiero matutino en el Canal de las Estrellas.
También se convirtió en una piedra angular para la construcción de la imagen de secuestradora que aún tiene Cassez entre la mayor parte de los televidentes, según concluyó un estudio de Parametría durante 2012.
Es por ello que para los empresarios de organización de eventos fue una enorme sorpresa encontrar en la mesa de licitación del Año de México en Francia a Televisa.
“Fue una sorpresa para nosotros que estuviera ahí Televisa y además entra con una oferta muy agresiva, 3.5 por ciento (de comisión sobre la organización de los eventos).
“Ubican su negocio en otro lado, evidentemente su negocio no estaba en lo que pudiesen ganar de comisión por hacer una serie de productos”, detalló Sandro Landucci, dueño de otra de las empresas que participó en la licitación.
De acuerdo con el modelo para evaluar a los licitantes, la calidad de la propuesta técnica y económica que presentara cada contrincante era apenas un porcentaje de la calificación.
La mayor parte se basaba en los volúmenes de facturación y el tiempo en el mercado.
“Estaba en chino (ganar), yo cuando vi a Televisa ahí sentado dije: adiós Año de México en Francia”, relata Landucci.
Además de que la televisora doblaba a todos en años en el mercado y volumen de facturación, se alió en una propuesta conjunta con Bonifant Comunication Group, empresa que pertenece a Samuel Bonifant Jiménez, uno de sus productores.
“Se había notado en las juntas anteriores la cercanía de la empresa Televisa; S.A. de C. V. cuestión con la empresa Bonifant Comunication Group, S.A. de C. V. y su representante”, relató en su testimonio sobre la licitación el observador externo, Alejandro Frank Díaz.
Por ello los demás licitantes no se sorprendieron de que la televisora ganara el contrato de 500 millones de pesos para realizar todos los eventos durante un año que posicionaría la imagen de México en Europa.
El resultado de la licitación se dio el 27 de enero de 2011, y el 11 de febrero se firmó el contrato entre el fideicomiso de Proméxico, organizador del evento y la propuesta conjunta presentada por Televisa y Bonifant.
Ya entonces comenzaban a circular en los medios los rumores de que las tensiones diplomáticas en torno al caso Florence Cassez podrían llevar a la cancelación del evento.
Incluso el testimonio social de Alejandro Frank Díaz ya contemplaba esa posibilidad.
“De confirmarse oficialmente estos lamentables hechos, afectarían sensiblemente la consecución del proyecto y desde luego el cumplimiento del contrato que tendría que sufrir probablemente una terminación anticipada”, advertía el observador.
No obstante, el 4 de marzo Proméxico pagó a Televisa un anticipo por 30 millones de pesos, como consta en la ficha de depósito obtenida por Reporte Indigo por medio del IFAI.
Un mes y medio después, el 19 de abril, la televisora devolvió a Proméxico el anticipo, una vez que la cancelación del evento era prácticamente un hecho consumado.
Otra ficha de depósito obtenida por este diario comprueba que el 16 de junio, el fideicomiso pagó a Televisa 381 mil pesos por gastos no reembolsables utilizados en las primeras semanas después de firmar el contrato.
En opinión de Landucci, aun con estos gastos la televisora tiene que haber perdido dinero, pues se quedó en Francia una exposición de arte precolombino montada. Nunca pudo ser abierta pues el caso Cassez detonó la cancelación del pretendido intercambio cultural.
Paradójicamente, la empresa que participó en la detención falsa de la ciudadana francesa terminó perdiendo recursos debido a la cancelación del proyecto.
Landucci es experto en organización de programas y productos culturales. Nunca antes ni después había visto a Televisa en la licitación de un evento de este tipo y sigue sin entender qué la motivó para haber estado ahí.