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Se ponen cómicos

En medio de una crisis de credibilidad de los miembros del Poder Legislativo federal y de los estados surgió una serie de comics que busca engrandecer la figura de los legisladores colocándolos como súper héroes, defensores de los ciudadanos.

Se trata de la serie de comics “Los Súper Parlamentarios”, un ejercicio de acercamiento creado por académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y apoyado por la Cámara de Diputados, para que los niños tengan conocimiento de lo que hacen los miembros de los Congreso s.

En la historieta, el Diputado Federal Tron, vestido en un traje de acero en color verde, se enfrenta al Malvado Señor Corrupción
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En medio de una crisis de credibilidad de los miembros del Poder Legislativo federal y de los estados surgió una serie de comics que busca engrandecer la figura de los legisladores colocándolos como súper héroes, defensores de los ciudadanos.

Se trata de la serie de comics “Los Súper Parlamentarios”, un ejercicio de acercamiento creado por académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y apoyado por la Cámara de Diputados, para que los niños tengan conocimiento de lo que hacen los miembros de los Congreso s.

Ataviados con máscaras y trajes al estilo de los grandes súper héroes de los comics, y dotados de poderes que les permiten combatir la corrupción y las malas prácticas en el país, los personajes Sabio Diputado Local, Diputado Federal Tron, Súper Senadora y la Increíble Mujer Parlamentaria tienen aventuras en las que combaten a quienes quieren dañar al país.

Con su labor contra quienes perjudican al país, estos personajes dejan muy mal parados a los congresistas mexicanos.

Los diputados y senadores son dibujados lejos de las ideas de corrupción, servilismo, manipulación, extorsión, pereza y otras que rodean a los legisladores de carne y hueso.

¿Se trata de un esfuerzo por lavar la imagen de los congresistas mexicanos?

Adrián Gimate-Welsh, director del Centro de Investigaciones Legislativas de la UAM y uno de los creadores de los Súper Parlamentarios, señaló en entrevista que jamás se pensó en hacer un comic que engrandeciera a los legisladores, sino que mostrara “el ideal de lo que deben ser”.

Sin embargo, Octavio Náteras, rector de la UAM-Iztapalapa, dijo en un acto de presentación de la serie de comics que “el reto es enfrentar el descrédito a través de la educación cívica” que pretende darse a niños y jóvenes a través de este trabajo.

Una vara muy alta para muchos de quienes hoy ocupan un lugar en el Poder Legislativo mexicano, y que sale a la luz justo a unas semanas de las elecciones del 7 de junio.

Una ‘cura’ al descrédito

El Diputado Federal Tron, uno de los personajes de los comics, tiene entre sus funciones autorizar el presupuesto del país, iniciar un juicio político contra funcionarios corruptos, supervisar los gastos presidenciales y vigilar a los individuos que llevan la contabilidad del país.

En la historieta, el Diputado Federal Tron, vestido en un traje de acero en color verde, se enfrenta al Malvado Señor Corrupción, cuando descubre que entregó un portafolio lleno de dinero a un funcionario público.

“No hay lugar para funcionarios corruptos en esta ciudad, así que a ti y a los funcionarios que resulten responsables los llevaremos a juicio”, dice el Diputado Federal Tron en uno de los diálogos.

Lejos de esa imagen ideal quedan diputados federales que no tienen nada que ver con Tron.

Baste recordar el escándalo revelado por Reporte Índigo de los diputados del PAN que, en una fiesta después de su reunión plenaria en Puerto Vallarta, fueron captados con escorts y bailarinas de table dance y repartiéndose condones.

Diputado Federal Tron queda muy lejos también de los escándalos en que se han visto envueltos varios legisladores que han sido acusados de pedir “moches” a cambio de la asignación de dinero para la realización de obras en estados y municipios.

Otro de los personajes es el Sabio Diputado Local, que representa a los diputados de los congresos de los estados, y entre sus funciones se encuentran destinar recursos a municipios y delegaciones, revisar los gastos públicos del estado y sus municipios, aprobar el endeudamiento de su estado y los municipios, entre otras.

En el comic, el Sabio Diputado Local, ataviado con una capa morada y cuya principal arma es la Constitución Local, se enfrenta con los miembros de la Banda Kaos, quienes destruyen el mobiliario urbano de una ciudad, a quienes vence a través de la creación de una Ley de Cultura Cívica.

El Sabio Diputado Local también se ubica muy –pero muy- por encima de Edgar Borja, diputado local del PAN –del que fue expulsado- en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, luego de que se revelara una llamada donde discute con su esposa con palabras altisonantes por la pérdida de una licitación que le habría dado ganancias por 700 mil pesos.

Quien también tiene su propio comic es la Súper Senadora, encargada de vigilar las actividades del Poder Ejecutivo, aprobar nombramientos presidenciales, aprobar los tratados internacionales, resolver conflictos interestatales y autorizar la salida de tropas fuera del país.

En el comic, la Súper Senadora se enfrenta a Manipulator, un bandido que se roba el maíz del territorio nacional, a quien vence a través de su anillo de poder del Senado.

No como ocurrió con Claudia Pavlovich, senadora del PRI con licencia y candidata al gobierno de Sonora, quien fue grabada tratando una supuesta comisión por una gestión a favor de un empresario.

O a Francisco Domínguez y Carlos Mendoza Davis, senadores del PAN con licencia y candidatos a las gubernaturas de Querétaro y Baja California Sur, respectivamente, a quienes se les grabó hablando sobre un supuesto apoyo millonario que recibirían de forma ilegal para sus campañas.

La última heroína de los comics es la Increíble Mujer Interparlamentaria, que habla de las cualidades que tienen los congresistas que participan en los parlamentos internacionales.

Esfuerzo de cultura cívica

Adrián Gimate-Welsh, director del Centro de Investigaciones Legislativas (CIL) de la UAM y uno de los creadores de esta serie de comics, afirmó que la intención de las historietas no es enaltecer a los congresistas y su labor, sino crear un vínculo de conexión del trabajo legislativo con los estudiantes.

El académico reconoció que la actuación de los diputados y senadores de carne y hueso poco tiene que ver con los personajes de los comics, aunque dice que a los menores se les debe inculcar el ideal de lo que deberían ser nuestros parlamentarios.

“La idea del Diputado Tron, de la Súper Senadora, tiene que ver con lo que deberían hacer. Es decir, su responsabilidad como representantes de un país, de una nación, es corregir, resolver en favor del bienestar general.

“Una de las cuestiones que impulsamos el combate a la corrupción, la rendición de cuentas; de ahí entonces que la idea de vincular esto con los personajes es que cumplan su responsabilidad”, expuso Gimate-Welsh en entrevista.

El primer tiraje de estos comics consistió en alrededor de 3 mil ejemplares que fueron distribuidos en escuelas de diversos niveles.

A los estudiantes se les indicaba también que podían entrar a la página web del proyecto, www.superparlamentarios.com, para “interactuar” con los personajes y crear nuevas historias.

El investigador explicó que la iniciativa de los comics surgió en el CIL y fue apoyada por la Cámara de Diputados y algunos de sus órganos.

El desarrollo de los personajes corrió a cargo de la empresa Muv, un estudio creativo con base en México, y entre cuyos clientes se encuentran empresas como Red Bull, Nissan, Telmex o Adidas, entre otros.

La inversión en el proyecto, sin embargo, fue de apenas 100 mil pesos, comentó Gimate-Welsh, de los que él contribuyó en gran medida con recursos personales.

La Cámara de Diputados auxilió solamente en la impresión de los comics y la difusión del proyecto.

Ahora, Gimate-Welsh y su equipo buscan obtener financiamiento de otras fuentes para poder continuar con él a una escala mayor.

Organizaciones como el Instituto Nacional Electoral (INE) o algunas fundaciones internacionales han mostrado interés en continuar con este proyecto.

Ahora sólo queda esperar que los parlamentarios del México real se parezcan a los personajes del comic y así hagan justicia al esfuerzo de sus creadores.

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