El sistema democrático debería ser como una economía de libre mercado que se fortalece por la competencia. Pero en México había un monopolio: el derecho a ser votado era sólo para los ciudadanos con partidos políticos. Fue hasta 2012 que la reforma constitucional posibilitó las candidaturas independientes y el mercado se abrió.
Con esta metáfora Armando Morquecho Camacho explica cómo las postulaciones sin el respaldo partidista representan una herramienta de participación que le permite a los mexicanos elegir y ser elegidos en puestos de representación popular.
Sin embargo, el licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana, campus Guadalajara, considera que esta figura tiene un escenario complejo rumbo a 2021.
“Se van a enfrentar a una maquinaria estructural enorme tanto en temas presupuestarios como partidistas, no obstante, no hay que descartarlos todavía, su papel y su peso en la vida política es muy grande”, menciona en entrevista con Reporte Índigo.
Para el también fundador de la organización Voces de México AC, si las candidaturas independientes logran fortalecerse pueden ser no solo una alternativa, sino un contrapeso en el proceso electoral que está por comenzar.
“Existe una ventana de oportunidad para los independientes para poder salir adelante y presentar proyectos que sean una alternativa real para la ciudadanía y un contrapeso a los partidos políticos que van a conservar cierto poder por su estructura territorial y económica”, dice.
En 2015, con Jaime Rodríguez Calderón, Nuevo León fue la primera entidad mexicana en experimentar un gobierno sin partido. En las elecciones de 2018, “El Bronco” buscó la Presidencia de la República por esta misma vía.
El desgaste de la figura independiente también ocurre cuando los representantes del Poder Ejecutivo o Legislativo solicitan su registro ante la autoridad electoral con la mediación de los partidos políticos y después se separan de ellos.
“En 2018 nos topamos con plurinominales del Revolucionario Institucional que se volvían independientes desde el Congreso o en el Cabildo. Primero, se les juzga mucho, están en su libertad de decidir, pero al mismo tiempo es un ejercicio de desgaste de esta figura que nace como un medio para rescatar la política de nuestro país”, dice sobre el caso de Jalisco.
El abogado considera que los partidos políticos independientes también son una forma de fortalecer la competencia.
“Tenemos el caso de Futuro, que empezó como asociación civil. Ahora Pedro Kumamoto busca convertirla en un partido político independiente. Creo que esta opción, al igual que la candidatura ciudadana, favorece nuestro sistema porque le da a la gente la posibilidad de voltear a otro lado”, asegura.