Seguridad, el reto de Sheinbaum

El mayor reto de la nueva jefa de gobierno será combatir los altos índices delictivos que azotan a la capital del país
Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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Claudia Sheinbaum comenzó su gestión como jefa de gobierno de la Ciudad de México supervisando las corporaciones de seguridad.

La primera visita fue a la alcaldía de Álvaro Obregón a donde acudió con el secretario de Seguridad Pública, Jesús Orta Martínez, y sin la presencia de medios de comunicación con el fin de que los uniformados hablaran sin temores.

Luego de que la morenista anunciara la desaparición del agrupamiento de Granaderos en plena toma de protesta, explicó que la decisión forma parte de un procedimiento de transición hasta que a partir de enero de 2019 sean presentados los nuevos cuerpos policiacos.

Sin embargo, envió un mensaje para tranquilizar a los mil integrantes del agrupamiento de Granaderos y otros dos mil elementos de la Policía Auxiliar tras asegurar que ninguno será despedido.

“Es una transición, algunos granaderos estarán en el partido América-Pumas (…) es un proceso, a partir de enero empiezan las nuevas corporaciones”, precisó.

La inseguridad de la capital y la alta tasa de homicidios que se registra en la actualidad es una de las prioridades para el gobierno entrante.

Además, la gobernante se quejó de que ni la Procuraduría General de Justicia o la Secretaría de Seguridad Pública carecen de un sistema automatizado que permita a los mandos y a los titulares de las áreas conocer a detalles los casos, el modus operandi de los hechos violentos registrados en la capital para trazar una estrategia contra la impunidad.

Luego de la primera audiencia pública en las oficinas del gobierno central, Sheinbaum Pardo presentó a detalle el gabinete ampliado de seguridad pública y procuración de justicia que la ayudará a revertir el escenario de criminalidad que padece la capital.

‘No fue miedo’

Luego de que la nueva jefa de gobierno revelara que su antecesor, Miguel Ángel Mancera había mandado blindar las ventanas de su oficina, el senador negó que haya sido por miedo, sino por un asunto de remodelación.

“Miedo, ninguno. Como ustedes saben yo estuve circulando en un taxi eléctrico de la Ciudad de México durante todo el tiempo de la contingencia (ambiental), que no tenía ningún aditamento especial. Después circulamos en un automóvil eléctrico que tampoco está blindado”, señaló.

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