Semejante violencia

La tasa de homicidios es tan alta en México, que el número de muertes por estado puede ser comparado con las cifras de países enteros.

El semanal británico The Economist publicó una serie de tres mapas que ilustran las equivalencias, graficando el total de muertes, la tasa de homicidio y la población por estado.

La similitud con otras naciones dimensiona el problema de violencia que el país ha enfrentado durante el último sexenio. 

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La tasa de homicidios es tan alta en México, que el número de muertes por estado puede ser comparado con las cifras de países enteros.

El semanal británico The Economist publicó una serie de tres mapas que ilustran las equivalencias, graficando el total de muertes, la tasa de homicidio y la población por estado.

La similitud con otras naciones dimensiona el problema de violencia que el país ha enfrentado durante el último sexenio. 

The Economist introduce su reportaje preguntándose “¿Qué significa realmente que la tasa de homicidio en México se duplicó en los últimos cinco años a 19 por cada 100 mil?”. 

La idea fue poner en perspectiva las estadísticas del crimen. Una perspectiva difícil de lograr para muchos mexicanos que han perdido sensibilidad ante el bombardeo diario de actos delictivos y muertes en plena guerra contra el narcotráfico.

En agosto de este año el INEGI anunció que el númerode muertes violentas en México alcanzó un nivel histórico: con 27 mil 199 muertes, 2011 se convirtió en el año más violento del sexenio. El promedio nacional quedó en 24 por cada 100 mil personas, de acuerdo a las últimas cifras publicadas.

Mapas que delatan

Entre las entidades que más contrastan en el mapa están Yucatán y Chihuahua. El estado costero presenta una tasa de homicidio similar a la de Finlandia, uno de los países más seguros del mundo, con tasa de 2.2 muertes violentas por cada 100 mil personas. 

Del otro lado está Chihuahua, con una estadística equivalente a El Salvador, país centroamericano con un promedio de 69 homicidios por cada 100 mil personas.

Otra comparación que llama la atención es la similitud entre Tamaulipas y Colombia. La entidad mexicana presenta una tasa de homicidio de 30.26 por cada 100 mil habitantes, prácticamente igual a la del país sudamericano, uno de los principales productores de droga en el mundo.

Otra forma de comparar los datos es viéndolo por la cifra total de homicidios. En este caso, entidades como San Luis Potosí, que en el último año ha presentado un incremento en violencia, presenta una cantidad similar de homicidios (355 por año) que los ocurridos en toda España en 2011 (390 por año). 

Esto a pesar de que la población del estado potosino es de 2.6 millones, en comparación con los más de 47 millones de habitantes del país europeo.

En este mapa, Chihuahua es comparado con Ucrania. Mientras la entidad presenta una tasa de 2 mil 350 por año, el país registra solo seis homicidios más.

La cifra de homicidios es similar en Guerrero, entidad que registra 2 mil 131 muertes anuales de este tipo.

Nuevo León es comparado con el conflictivo país africano de Ruanda, ambos oscilando en los mil 700 homicidios por año.

El “juego” de cifras planteado por The Economist permite dimensionar las estadísticas criminales que mantienen a México con un freno. Números que por mantenerse aislados, o sin punto de comparación, pierden impacto. 

Los mapas y estadísticas son un ejemplo gráfico de que, a pesar de que diversos medios internacionales reconocen la fortaleza económica de México y las predicciones positivas de crecimiento, existen cifras incómodas imposibles de ocultar. 

Sombreros al aire 

La publicación de los mapas con las estadísticas de homicidio en México surge en medio de otros dos análisis por parte de The Economist.

El primero es una entrevista con el presidente Calderón, con motivo del final de su mandato; y el otro es un artículo titulado “The rise of Mexico” (“El ascenso de México”), en español, ilustrado con una imagen de sombreros en el cielo, representando el crecimiento de México. 

En la entrevista “Un volcán en erupción”, un corresponsal desde México destaca que lo más probable es que Calderón sea recordado por el incremento exponencial de la violencia a consecuencia del crimen organizado. El título hace referencia a una respuesta de Calderón, quien hizo una analogía diciendo que cuando llegó a Los Pinos urgían acciones para hacer frente al crimen organizado, ante el ambiente efervescente que se percibía.

En temas económicos, The Economist destacó que se espera un crecimiento de 4 por ciento, a lo que Calderón respondió que incluso puede llegar a 6 por ciento si México se abre más a la competencia en el sector de telecomunicaciones y el energético.

El semanal agregó que “el reto para Peña Nieto será darse cuenta del enorme potencial de la economía mexicana y reducir el nivel de violencia”. 

Por otro lado, en el artículo publicado el 24 de noviembre, destacan que ya es tiempo para que Estados Unidos vuelva a mirar a su vecino del sur, uno cada vez más importante.

Menciona además la reunión de hoy entre el presidente electo, Enrique Peña Nieto, y el presidente Obama, una oportunidad para reunirse con un socio fundamental, luego de que en toda la campaña electoral el nombre de México estuviera  ausente.

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