La figura de los “testigos protegidos” debe evitar dar protección federal a delincuentes por cuyas declaraciones se consiga a personas sin tener mayor prueba que sus dichos, coincidieron los senadores Omar Fayad y Dolores Padierna.
El priista Omar Fayad, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado, comentó que a quien debe protegerse es a quienes han sido legítimamente testigos de algún delito y cuya seguridad pueda estar comprometida.
“Hay que diferenciar muy bien a la gente a quien le tocó presenciar un delito, por alguna u otra circunstancia, de aquellos delincuentes arrepentidos o que quieren colaborar con la justicia para disminuir su pena o para ganarse el favor de las autoridades, culpando o hablando de otros delincuentes.
“Hay que retirar del programa de protección de testigos a estos colaboradores, porque estos no pueden estar en un programa de protección de testigos, éstos son delincuentes. Y si alguien debe tener protección de la justicia, desde la asignación de escoltas hasta la suplantación de identidad, es a quien le tocó presenciar algún delito y por ello, su seguridad esté en peligro”, comentó Fayad en entrevista.
Fayad presentó en marzo del 2014 una iniciativa a varias leyes para desaparecer la figura del “testigo protegido” e impulsar la de “colaborador”, donde se especifica que se trata de delincuentes que ayudarán a las autoridades con su investigación.
El senador priista reprobó que se busque consignar a una persona solo con base en declaraciones de testigos protegidos.
“Esos testimonios deben ser acompañados de una investigación ministerial profunda; no es posible que un inocente entre a la cárcel por los dichos de un delincuente.
“En los casos en donde solo se tiene la visión del testigo protegido, de un delincuente (…) se deja vulnerabilísimos a los servidores públicos que quedan a merced de los declarantes, con acusaciones sin comprobarse”, expuso.
Ha sucedido así, consideró Fayad, en casos como la consignación de elementos de las Fuerzas Armadas o de otras autoridades que, al ser señalados por un delincuente, tuvieron que ser procesados por presuntamente participar en actividades delictivas, sin que luego se pudiera demostrar esos hechos.
En el caso del proceso contra Servando Gómez “La Tuta”, Fayad consideró que aunque se usaron declaraciones de testigos protegidos para llevarlo ante la justicia, existen también evidencias necesarias para llevar a buen puerto la investigación.
“Están sus videos, sus propias declaraciones, donde él mismo reconoce que es un delincuente, hay demasiados elementos para que se actúe en su contra”, declaró el priista.
Por su parte, Dolores Padierna, senadora por el PRD e integrante de la Comisión de Justicia, comentó que se ha abusado tanto de la figura de los testigos protegidos que se ha convertido en un lastre para el sistema de justicia.
“El testimonio de un testigo protegido no puede ser la base de una acusación, sino un elemento más; y la Procuraduría General de la República, sobre todo, ha fundamentado varias acusaciones en puros testimonios de testigos protegidos.
“La figura como tal no está mal; el problema es que en México se ha abusado de ella y se ha utilizado para acusar con un par de testimonios, a varias personas”, apuntó la legisladora.
Para la congresista, el uso de esta figura debe la excepción y no la regla, pues el mal uso de sus alcances pone en juego al sistema de justicia.
Reporte Índigo publicó este lunes que la investigación contra “La Tuta” se encuentra basada fundamentalmente en el testimonio de varios testigos protegidos; uno de ellos, incluso, falleció en el 2013