La eliminación de aranceles a las importaciones de arroz de países como Pakistán, Vietnam y Tailandia, amenaza la sobrevivencia de los productores mexicanos.
A la fecha la producción nacional de este cereal se ha reducido de manera alarmante, ocasionando la pérdida de casi 15 mil empleos directos e indirectos.
Morelos es un estado clave de producción de arroz y ocupa el primer lugar a nivel nacional, con una producción de 10 mil toneladas anuales de este cereal.
Pero la importación masiva ha contraído en casi la mitad sus planes de producción.
Ello obedece a que los productores de arroz en México no pueden competir con los precios del arroz proveniente de los países asiáticos.
Y es que desde 2008 se retiró a esas naciones las barreras arancelaras para la entrada de arroz al país.
Cuatro años más tarde desaparecieron también las barreras fitosanitarias que restringían la entrada de este producto al territorio nacional.
Sin embargo el año pasado se prohibieron las exportaciones de arroz proveniente de Pakistán, después de encontrar rastros de escarabajo Khapra en algunos envíos.
Pero estas restricciones temporales no han evitado que en los últimos tres años las importaciones de arroz blanco asiático se hayan incrementado en 100 por ciento.
Hoy, el crecimiento que han registrado estas importaciones pone en jaque a los productores de arroz, cuya industria se encuentra al borde de la aniquilación.
Datos del Banco de México y del Sistema de Administración Tributaria revelan que el arroz blanco proveniente de Pakistán, Vietnam y Tailandia entra al país con un precio de hasta 140 dólares por tonelada.
Esto ha provocado una caída en el precio que se paga a los productores mexicanos.
Y también ha contribuido al desplazamiento sistemático de los arroceros mexicanos por los importadores asiáticos, pese a la adhesión de esta industria al Fondo Latinoamericano de Arroz de Riego (FLAR).
Piden proteger a productores nacionales
El Sistema Producto Arroz, integrado por productores, industriales y autoridades de la Sagarpa, ha solicitado ya el restablecimiento de los aranceles que fueron levantados hace seis años.
Pero pese a ello, las posiciones de las distintas dependencias involucradas –Sagarpa y Economía– son distintas.
Mientras la primera coincide en que la restitución de los aranceles, es la única medida capaz de evitar la desaparición de la producción nacional.
La segunda opina lo contrario, aunque los representantes de la industria arrocera se han comprometido a mantener sin cambios los precios al consumidor y asegurar el abasto de en el país.
El año pasado la producción de arroz fue de 178 mil toneladas, con un valor de 675 millones de pesos.
No obstante que la superficie sembrada en México se ha ido reduciendo 87 por ciento en los últimos 25 años.
A la fecha, esta rama productiva sostiene a un millón 200 mil jornaleros.
Si la Secretaría de Economía insiste en no restituir los aranceles a la importación, los productores tendrán que suspender la siembra de arroz que comienza en los próximos días.
Sobre todo porque estarían obligados a pagar un precio muy bajo por cosechas para competir con el arroz proveniente de Asia.
Con el nuevo Plan de Desarrollo Agrícola (2013-2018), el gobierno tiene como objetivo aumentar la productividad de ciertos productos agrícolas, como el arroz.
De hecho, se estima que para el 2018 se podrá incrementar la producción nacional de arroz en cáscara a 270 mil toneladas, un incremento del 50 por ciento con respecto a los niveles registrados en el gobierno anterior.
Estas expectativas se verían afectadas si el arancel a las importaciones no se restituye.