Silencios cómplices

La red de complicidades que durante casi un cuarto de siglo recibió los beneficios políticos y económicos de Elba Esther Gordillo, hoy calla.

Ni gobernadores, diputados o funcionarios que algo le deben a la maestra salen en su defensa. Ni siquiera el propio magisterio se atrevió a meter las manos al fuego por ella.

La maestra está sola. Todos a los que benefició, voltean para otra parte. El Partido Nueva Alianza evita dar mensajes públicos.

Armando Estrop Armando Estrop Publicado el
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La red de complicidades que durante casi un cuarto de siglo recibió los beneficios políticos y económicos de Elba Esther Gordillo, hoy calla.

Ni gobernadores, diputados o funcionarios que algo le deben a la maestra salen en su defensa. Ni siquiera el propio magisterio se atrevió a meter las manos al fuego por ella.

La maestra está sola. Todos a los que benefició, voltean para otra parte. El Partido Nueva Alianza evita dar mensajes públicos.

Desde 1989 que asumió el liderazgo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,  la maestra tejió con sagacidad una fuerza política basada en los votos de los miles y miles de maestros que hay en el país.

Ese músculo lo uso la mayor parte de tiempo a favor del PRI, partido en el que militó casi 36 años y del que fue Secretaria General.  Por ese partido fue diputada y senadora.

Fue una priista de hueso colorado.

Llegó a tanto su fuerza económica y electoral que generó, y que se consolidó a partir del sexenio de Vicente Fox, que era pieza clave para el triunfo de una elección estatal o incluso la presidencial. 

En el 2006 se dio a conocer una llamada telefónica entre Gordillo y el entonces Gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, en la que hablaban de cambiar el sentido del voto a favor del candidato del PAN, Felipe Calderón.

“Ya se cayó el PRI eh. Entonces hay que saber cómo actuar”, le sugería la lideresa magisterial al mandatario.

“Vale más que se adelanten con Felipe para vender lo que tengan”, remató La Maestra.

La grabación, que apareció en medios nacionales, es una de las más claras muestras del poder que tenía y ya no tiene. Esa evidencia le valió que la echaran del PRI.

Hábil en los terrenos de la política, para cuando se consumaba su expulsión, ella ya tenía el Partido Nueva Alianza, que incluso participó en la elección presidencial del 2006 con Roberto Campa como candidato.

Hoy Campa es Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana en el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

El pacto para ayudar a Felipe Calderón a ganar las elecciones fue revelado por ella misma en junio del 2011. Sin tapujos o algo de soberbia, aceptó este acuerdo.

A cambio algunos de sus fieles ocuparían cargos en la Lotería Nacional y la dirección del ISSSTE.

Su yerno Fernando González fue colocado en la Subsecretaría de Educación.

Apoyó algunas de las reformas del PAN con el partido Nueva Alianza y lo hizo crecer en los estados y congresos locales.

De hecho, en la actualidad al menos 16 de los gobernadores en funciones llegaron a su cargo en una alianza electoral con el partido de La Maestra.

Estados históricamente priistas como Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas se aliaron con Elba Esther Gordillo. Y no se diga entidades cunas del panismo como Guanajuato, o recientemente pintadas de azul como Puebla y Baja California Norte.

Ayer todos estos gobernadores estuvieron en la residencia oficial de Los Pinos en una muestra de lealtad al presidente y dejando en el baúl de los recuerdos los compromisos hechos con la lideresa magisterial motivo de la alianza electoral.

El hijastro de Vicente Fox, hijo de Marta Sahagún, Fernando Bribiesca Sahagún, tiene hoy una diputación por la vía plurinominal del Partido Nueva Alianza.

Uno de los tantos escándalos de Elba Esther Gordillo y su poderío fue cuando les regaló a los líderes de las secciones del Magisterio una camioneta Hummer. Ante las críticas se decidió rifar las camionetas para mejorar la infraestructura de las escuelas.

A más de 24 horas de su detención, ninguno de estos líderes ha condenado la detención. No han dicho nada.

Ni marchas ni plantones. No hay paros laborales en el horizonte. De lo que sería su reunión nacional en Guadalajara, no ha salido un reproche o lamento.

El excandidato presidencial Gabriel Quadri, que durante la campaña se le cuestionaba sobre la riqueza y modo de vida de Gordillo, se deslindo de ella a través de su cuenta de Twitter.

Se dice que lo más doloroso para un político es dejar de tener poder después de haberlo ostentado muchos años.

Elba Esther Gordillo hoy se encuentra en esa situación. 

Tras las rejas no hay más ropa de ropa fina y joyería. 

En Santa Martha Acatitla se porta uniforme de convicto.

La otrora poderosísima líder sindical siente el frío de las mazmorras. 

Sus cómplices y aliados guardan silencio.

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