Simulación de justicia: Lidia Florencio denuncia negligencia en el feminicidio de su hija Diana Velázquez 

A las dos de la tarde y acompañada de activistas y otras protestantes, Lidia llegó a la Fiscalía de Toluca decidida a no abandonar las instalaciones hasta saber en qué van las investigaciones del caso de su hija

Tres años de lucha y un mes en el Plantón de familiares de víctimas de feminicidio no han sido suficientes para que la madre de Diana Velázquez, Lidia Florencio, logre que las autoridades den con el responsable de haber asesinado a su hija aquel 2 de julio de 2017 en Chimalhuacán, Estado de México.  

El pasado 3 de agosto, las familias que sostienen el plantón cumplieron un mes frente a Palacio Nacional. Mantener la protesta en medio de la pandemia por Covid-19 es importante pues para ellas es la forma de presionar para que el Gobierno Federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador ejecute una estrategia nacional para combatir los feminicidios y se deje de tener a 11 asesinadas al día.

Sin embargo, aunque el presidente no ha sostenido una reunión con las familiares, el 27 de julio las recibió la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob) Olga Sánchez Cordero, ahí, la funcionaria no solo se comprometió a dar seguimiento a sus peticiones sino que anunció que ya se tenía una orden de aprensión contra el presunto responsable del feminicidio de Diana. 

Ante dicha noticia y en conferencia de prensa, Lidia Florencio dijo que, Sánchez Cordero al no haber dado detalles sobre la investigación, era su deber como madre de la víctima, exigirle pruebas a la Fiscalía del Estado de México para que el caso de Diana no quede en la impunidad. 

A las dos de la tarde y acompañada de activistas y otras protestantes, Lidia llegó a la Fiscalía de Toluca decidida a no abandonar las instalaciones hasta saber en qué van las investigaciones del caso de su hija. 

Al grito de Lidia, escucha, aquí está tu manada y Diana no ha muerto, Diana somos todas: la batucada y el resto de manifestantes resguardaron la entrada principal de la Fiscalía mientras Lidia esperaba la respuesta que ha buscado por más de tres años: saber quién mató a su hija y llevarlo a juicio. 

Mientras se esperaba la salida de Lidia, algunas protestantes rayaron en las paredes y en el piso frases como Ni una más y México feminicida bajo el argumento que, las paredes se pintan, las muertas no regresan. 

Aunque las pintas se realizaron de manera pacífica, trabajadores de la Fiscalía y policías de seguridad intentaron impedir la acción lo que provocó un percance con las manifestantes el cual terminó al bajar las rejas de la fachada del edificio. 

“Dejen esas paredes, acá en la explanada tenemos más piso” fue lo que gritó Malú García, activista y defensora de derechos humanos y quien ha acompañado a la señora Lidia en su lucha. 

Con la lata de pintura en aerosol en mano, Malú escribió en el cofre Ni una Menos, de acuerdo con ella, es una manera de reclamar que se cuide más el mobiliario y a los edificios que la vida y dignidad de las mujeres. 

Pasadas las cuatro de la tarde, la señora Lidia en compañía de su hija Laura y su esposo Jairo, salieron de la Fiscalía con una noticia: el caso de Diana sigue estancado. 

No hay información relevante que nos lleve al responsable, nos toca volver a esperar para saber qué hay en esa carpeta de investigación
Lidia Florencio

De acuerdo con la madre de Diana, en la reunión se prometió que se contaría con la presencia del Fiscal, sin embargo, solo estuvieron la fiscal de feminicidios Irma Miguel y la subprocuradora de género. 

“Ya pasaron tres años y seguimos igual, con puras promesas, hay un detenido pero no por el feminicidio de Diana, de hecho no sabemos quien sea, no nos quisieron decir por qué delito lo detuvieron “, detalló. 

Al preguntarle si el Plantón de la Ciudad de México seguiría en pie, Lidia declaró que esa decisión se tomará entre todos los familiares pero dijo que lo más probable es que no se levante pues su familia se queda con muchas preguntas y nada de justicia. 

“Nuestras hijas violadas, asesinadas, maltratadas aún después de muertas, merecen un trato digno, el esfuerzo máximo de las autoridades y su respeto. No se me olvida a mi Diana como la dejaron cuando la mataron, en el suelo estaba su cuerpo porque no cuentan ni con refrigeradores. Aquí la lucha no se acaba, esto apenas empieza”, finalizó. 

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