Sindicatos y Reforma Laboral, cisma de la 4t
La reforma laboral aprobada en el mes de abril pasado sumada a la renuncia de Carlos Romero Deschamps como presidente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, marcan el inicio del cambio en la vida sindical del país, poniendo al centro a los trabajadores y evitando la formación de nuevos cotos de poder
Imelda GarcíaLa salida de Carlos Romero Deschamps del gremio petrolero movió los cimientos de los sindicatos en México, no solo por su renuncia, sino por la transformación que comenzó el día que se fue.
Conformados en su mayoría por líderes que llevan décadas en sus cargos, los sindicatos sufrieron un golpe profundo que ya los puso a analizar alternativas y a tomar acciones.
Se trata no solo de los líderes sempiternos que durante años han estado al frente de sus gremios, sino del equilibrio de fuerzas que ha ido cambiando.
Con la llegada de López Obrador a la Presidencia, también la fuerza de las organizaciones obreras se está transformando.
Al 2018, en México había registrados 3 mil 347 sindicatos ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Tradicionalmente, la mayoría han estado afiliados al PRI y un 40 por ciento de ellos forman parte de alguna de las tres grandes centrales obreras del tricolor.
La más grande del país es la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que agrupa a casi el 40 por ciento de los trabajadores.
La más antigua de esas centrales obreras es la Confederación Regional Obrero Mexicana, cuyos orígenes se remontan a 1918; nació después la CTM, en 1936; y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), en 1952.
Aunque estas agrupaciones eran las que concentraban el mayor número de obreros, esa situación está a punto de cambiar.
El senador Napoleón Gómez Urrutia (Morena), presidente de la Comisión del Trabajo y Previsión Social de la Cámara alta y líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, creó en febrero pasado una nueva central obrera: la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT).
Su objetivo es ser un contrapeso a las centrales priistas y arrebatarles el control del movimiento obrero del país.
Hoy, la CIT tiene ya en sus filas a 150 sindicatos y 190 federaciones, entre los que está el Minero, que él dirige.
Aunque fue con la creación de esa Confederación que el mapa sindical comenzó a transformarse, lo cierto es que la renuncia de Romero Deschamps al STPRM ya tuvo otras consecuencias.
La primera de ellas, por ejemplo, es la renuncia al PRI de Joel Ayala, quien dirige la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE); es decir, la central que agrupa a los burócratas federales en 82 gremios.
“Los tiempos actuales nos obligan a nuevas alternativas en la participación político-social que nos exigen los sectores mayoritarios del país”, dijo Ayala a sus agremiados, al anunciar su salida, un día después de la renuncia de Carlos Romero Deschamps al STPRM.
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Líderes sempiternos en los sindicatos
La mayoría de los líderes sindicales de los gremios más importantes del país llevan en sus cargos años, convirtiéndose en figuras prácticamente inamovibles.
En algunos casos su duración ha sido vitalicia. Ejemplo de ello es la CTM, que en 83 años de historia solo ha tenido seis dirigentes.
Vicente Lombardo Toledano, de 1936 a 1941; Fidel Velázquez, de 1941 a 1947; Fernando Amilpa, de 1947 a 1950; Fidel Velázquez —nuevamente—, de 1950 a 1997; Leonardo Rodríguez Alcaine, de 1997 al 2005; Joaquín Gamboa Pascoe, del 2005 al 2016; y Carlos Aceves del Olmo, quien la dirige desde el 2016.
El liderazgo más largo y más simbólico de esa central obrera fue el de Fidel Velázquez; con él se consolidó el vínculo de la CTM con el PRI y con el poder.
La Cuarta Transformación busca terminar con esas prácticas y darle más poder a los trabajadores.
Con la aprobación de la más reciente reforma laboral, en abril pasado, los trabajadores ahora podrán elegir libremente y en secreto a sus líderes, evitando que se queden por muy muchos años en el puesto.
Uno de esos casos era el de Carlos Romero Deschamps, quien llevaba al frente del STPRM 26 años. De no haber renunciado hubiera cumplido 31 años encabezando a los petroleros.
Isaías González Cuevas, priista —hoy diputado federal— y líder de la CROC, lleva frente a ese organismo desde 2005 y ha sido elegido para permanecer ahí hasta 2022.
Sin embargo, González Cuevas también ha sido secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores de la Industria Alimenticia, cargo en el que ha estado desde 1966, acumulando ya 53 años frente a ese gremio.
Francisco Hernández Juárez es otro de los sindicalistas más antiguos en su cargo, ya que dirige el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana desde hace 43 años.
Gilberto Muñoz Mosqueda estuvo al frente del Sindicato Nacional de la Industria Química, Petroquímica, Carboquímica, Gases, Similares y Conexos de la República Mexicana desde 1976 hasta su asesinato, en mayo del 2019; duró 43 años en su cargo sindical.
Rafael Riva Palacio Pontones es líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Infonavit y lleva frente a esa organización 42 años, pues fue electo en marzo de 1977.
Otro que suma varios años en su cargo es Armando Neyra, del Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora, en el que lleva 32 años, desde 1987.
En 2018 fue reelecto para continuar en su cargo hasta el 2024. De llegar, cumpliría las tres décadas al frente de un gremio que ya desapareció.
Agustín Rodríguez, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, llegó en 1994 al cargo, hace ya 25 años.
Tereso Medina, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de las Industrias-Metal Mecánica, Sidero-Metalúrgica, Automotriz y Proveedoras de Autopartes en General, lleva desde el 2003 como líder, con lo que cumplió ya 16 años al frente de este gremio.
Víctor Fuentes del Villar es otro lider gremial que acumula varios años como titular del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, que agrupa a los trabajadores de la CFE.
Fuentes tomó las riendas de ese gremio en el 2005 y en 2018 fue reelecto para otro periodo de 7 años, lo que extiende su mandato hasta 2025, año en el que cumplirá dos décadas frente a los trabajadores.
Transformación inminente
Expertos coinciden en que el nuevo momento que vive el país habla de una transformación en todos los aspectos y los sindicatos no deben ser la excepción.
Para Alfonso Bouzas, investigador de la UNAM y especialista en temas laborales, es momento de que México siga el ejemplo internacional y se elija a los dirigentes sindicales con el voto de los trabajadores.
“Yo creo que (la renuncia de Romero Deschamps) va a repercutir en todos. No tenemos por qué pensar que va a seguir la reelección eterna y que haya unos en los que sí y otros en los que no se valga. Debe ser parejo”, dice Bouzas en entrevista.
Para el especialista, el cambio va a ser inmediato, pues ya está en la ley el voto libre y secreto de los dirigentes.
“Esto no es un Quinazo, como se dice, porque aquí estamos hablando de un cambio en la política sindical. Después de la Quina se siguió con la cercanía de los sindicatos y el poder. Ahora tiene que haber una independencia absoluta, una transparencia absoluta”, expone Bouzas.
El investigador alerta que la caída de Carlos Romero Deschamps no significa su desaparición y advierte que no se debe permitir la creación de otro personaje similar.
Por su parte, Rodolfo Jiménez, académico de la UNAM y especialista en sindicalismo mexicano, comenta que hay un vicio en el sistema político mexicano relacionado con los sindicatos, pues en la teoría deberían actuar en favor de los trabajadores pero solo crearon cúpulas de poder.
“Esto ha traído como consecuencia que no haya un grupo de sindicalistas que trabajen verdaderamente por la clase obrera que haga frente a los intereses del capital como todos quisiéramos”, asevera en entrevista.
Jiménez aplaude que haya vientos democráticos no solo a nivel nacional, sino internacional, que presionen para que haya una transformación de la vida sindical del país.
El experto indica que no solo se puede atribuir a los cambios en las leyes la transformación que está ocurriendo en los sindicatos, sino más bien son parte de las presiones tanto del Gobierno federal como a nivel internacional.
Sin embargo, no se podrá cantar victoria hasta que se dé el cambio en la actitud de los sindicalistas y los trabajadores, pues permanece la tentación de volver a erigir figuras todopoderosas dentro de los gremios.
“Con esto que está pasando, ya muchos están poniendo sus barbas a remojar, porque es una nueva manera de gobernar, una nueva manera de entender el servicio público y yo sí creo que en todos los sindicatos debe existir una reflexión para revisar las cuentas que entregan a la sociedad”, indica Jiménez.
Ambos expertos coincidieron en que la transformación de los sindicatos es parte de la evolución del modelo mexicano que ya está llegando a una crisis por ser insostenible y porque no se ha velado por el bienestar de los trabajadores.
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Concretar el cambio
Varios grupos se disputan la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana a partir de la salida de Carlos Romero Deschamps.
Uno de esos grupos es encabezado por Mario Rubicel Ross García, quien apuesta por hacer una limpia en todos los comités seccionales del STPRM, tras 26 años de ser parte de la disidencia.
“Los 36 líderes seccionales están marcados por la corrupción y si no renuncian se van a ir a la cárcel”, sentencia.
Ross García se dijo esperanzado por la “nueva época” que va a vivir el sindicalismo mexicano y la política petrolera del país.
Otro de los interesados, desde hace más de 10 años, en tener acceso a la presidencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana es Omar Toledo, un trabajador que en el 2008 demandó a Carlos Romero Deschamps alegando que había ilegalidad en su reelección de ese año.
En aquel entonces, un tribunal le dio la razón, pero nunca se le retiró la toma de nota a Romero.
Una vez que el partido Movimiento Regeneración Nacional tomó el control del gobierno, Toledo se acercó nuevamente a la Secretaría del Trabajo para procurar que retiraran la legitimidad a Romero Deschamps.
Ahora, buscará ser el nuevo secretario general del gremio.
Los trabajadores petroleros podrán decidir su destino mediante un voto libre y secreto.