Una colt 38 súper grabada en oro con la leyenda “El jefe de jefes”; varios cuernos de chivo, minas antipersonales, granadas, lanzacohetes y fusiles Galil israelitas: todo un arsenal clandestino sin registro ni permiso ha sigo entregado en los puestos de “Por tu Familia Desarme Voluntario”.
El programa le ha permitido a Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, unir en una causa a la cúpula religiosa y al Ejército.
Y ha recabado sin necesidad de cateos ni violencia 22 mil 451 armas de diciembre del 2012 al 28 de enero del 2016.
A partir de esta experiencia, que revela las miles de armas cortas y largas que circulan en el mercado negro y que se ocultan en muchos hogares de la capital, el mandatario presentará al Senado de la República una iniciativa para tipificar como delito grave la portación de armas en la capital.
Mancera Espinosa quiere “despistolizar” a la sociedad con el argumento de que un alto porcentaje de delitos violentos se cometen con armas de fuego: crímenes, asaltos a casa habitación, en transporte público y a transeúnte.
Aprovechan la oferta
Aunque desde la administración de Marcelo Ebrard Casaubón se puso en marcha el desarme en la capital, acumulando del 2008 al 2011 alrededor de 5 mil 400 armas, en este sexenio, la entonces secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez, arrancó “Por tu Familia Desarme Voluntario” para concientizar a las familias del riesgo de tener armas en casa.
El 20 de diciembre de 2012, a escasos días de haber iniciado esta administración, se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el “Acuerdo por el que se autoriza la entrega de ayudas económicas y/o en especie a los ciudadanos que se adhieran al programa Por tu Familia Desarme Voluntario”.
El GDF coordinó la participación del Ejército Mexicano, la Iglesia Católica que prestó sus recintos para que ahí se realizaran las entregas, así como múltiples instancias locales, como Desarrollo Social y la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF).
Las historias que les ha tocado atestiguar a las autoridades federales y locales refieren casos de hombres y mujeres convencidos de obtener una tablet, dinero o una bicicleta a cambio del arma que han guardado en sus casas con recelo.
Así llegó hasta el puesto de canje un hombre joven, aspirante de narco, quien refirió tener una emergencia económica.
Sin dar más detalles entregó una colt 38, con una leyenda grabada: “El jefe de jefes”, a cambio recibió 3 mil pesos en efectivo.
Por el cambio de armas largas en buen estado, escopetas, ametralladoras, subametralladoras y fusiles pueden recibir hasta 14 mil pesos en efectivo.
Como parte de este intercambio, el Gobierno de la Ciudad ha entregado 53 millones 418 mil pesos a cambio de las armas y demás material de fuego y explosivo.
Además, 7 mil 948 despensas, 4 mil 295 tabletas electrónicas, 343 bicicletas, 931 artículos electrónicos diversos y 39 computadoras.
Cultura de las balas
El programa de despistolización tiene otra vertiente: el canje de juguetes bélicos por juguetes didácticos como parte de la estrategia de concientización a niños del peligro que representan las armas en los hogares.
En este rubro se han recolectado más de 12 mil pistolas de plástico entregadas por menores que optaron por un juguete didáctico, de estos se han entregado 17 mil 800, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino, que hoy tiene bajo su cargo José Ramón Amieva Gálvez.
El Gobierno de la Ciudad de México quiere hacer frente a la problemática de la violencia urbana, derivada del uso de armas de fuego que la población adquiere y mantiene en sus hogares como medio de defensa ante escenarios de inseguridad.
No pasa desapercibido que de manera adicional a los motivos de seguridad en casa, existe otro elemento cultural asociado a las festividades religiosas.
Es costumbre en algunas zonas de la capital festejar realizando disparos al aire, lo que ha propiciado casos de niños y adultos lesionados o muertos por las llamadas “balas perdidas”.
De acuerdo con encuestas de la Sedeso entre personas que acuden a los módulos para hacer entrega de sus armas, lo que para ellos representa tener un arma en su hogar es: 39.50 inseguridad, y casi de la mano, un 30 por ciento refiere seguridad.
En ese orden, un 12.48 por ciento dice sentir miedo de tener un arma en casa; 6.53, otra causa; 5.42, tranquilidad; 2.48, costumbre; 1.89, no contestó, y 1.85, valentía.
Como dato curioso, además de las 22 mil armas recolectadas en los módulos, también se han entregado mil 475 granadas (mano, antidisturbios y morteros); así como 117 mil cartuchos.
“Estoy convencido de que hay que quitarles las armas a las personas, hay que despistolizar a la sociedad porque es un grave riesgo; lo único que hemos hecho con las leyes actuales es incentivar la portación de armas”, dijo Mancera recientemente.
Arropado por el cardenal Norberto Ribera, arrancó este año el desarme voluntario en la Catedral Metropolitana.
Ya están listas en cada una de las delegaciones las iglesias, santuarios, parroquias y hasta la Basílica de la Iglesia Católica, que sirven de sede para la despistolización de los convencidos que acuden a entregar sus armas.