Tomás Yarington responsabilizó a la Presidencia de la República, al Partido Acción Nacional y a los medios de comunicación, de las acusaciones que han hecho en su contra los últimos meses.
El 8 de junio en entrevista con la periodista Carmen Aristegui en su programa en MVS Noticias, negó tener nexos con el narcotráfico o haber participado en el lavado dinero.
Afirmó que hoy es “un hombre libre” y que no ha sido llamado a declarar ni en Estados Unidos, ni por México.
“Yo no tengo relación con el crimen organizado, no he recibido sobornos, ni he brindado protección a ningún delincuente. No he realizado actividades de lavado de dinero, ni tengo negocios inmobiliarios en Texas”, dijo Yarrington.
Y es que el escándalo ha envuelto al ex gobernador desde hace algunos meses.
En enero del presente año Reporte Indigo dio a conocer una alerta migratoria contra tres ex gobernadores priistas para evitar que salieran del país. Entre ellos Eugenio Hernández, Manuel Cavazos Lerma y el propio Tomás Yarrington.
Luego en febrero se dio a conocer que estaba siendo investigado por la DEA por presuntos vínculos con el Cártel del Golfo a través de Antonio Peña Argüelles, señalado como su enlace directo con el ex líder del cártel, Osiel Cárdenas.
Después en mayo se publicó que el gobierno de Estados Unidos presentó una demanda civil ante una Corte de Distrito en Texas, para embargar un condominio en la Isla del Padre, presuntamente comprado con dinero procedente del narcotráfico.
En la misma demanda el gobierno alegaba que Tomás Yarrington Ruvalcaba era el propietario real del inmueble. También revelaba la existencia de otras propiedades bajo los mismos prestanombres.
Inmerso en estas acusaciones, Yarrington se deslindó de todos los delitos que se le adjudican. Argumentó que es víctima de la época electoral, ya que las acusaciones derivaban de los intereses de la administración actual por querer manchar el nombre del PRI.
“El gobierno de la república iba a intentar incidir en el resultado electoral de la campaña presidencial tratando de señalar al PRI como un partido de delincuentes”, contestó cuando Carmen Aristegui le preguntó cómo definía su condición actual.
Agregó que lo que ha pasado en los últimos días indica que se habían guardado averiguaciones iniciadas en 2009 para que la PGR “sirviera los intereses electorales de la Presidencia de la república y de su partido”, previo al 1 de julio.
Esto a pesar de que la acusación inicial no surgió del gobierno mexicano, sino del estadounidense.
Sin embargo, Yarrington reafirmó que todo era parte de una estrategia electoral y un juego mediático basado en rumores. Además afirmó que a la fecha no hay evidencias.
También se mostró comprensible con su ahora ex partido. Dijo comprender la necesidad de deslindarse del PRI ya que tiene que ver por la campaña. Aunque al momento él no había sido notificado por el PRI sobre la suspensión de sus derechos como militante.
Agregó que “las calumnias” empatan con los discursos de campaña de la candidata panista Josefina Vázquez Mota, que intentan resaltar a un PRI corrupto, para facilitar su paso a Los Pinos.
Incluso se pronunció víctima del “linchamiento público” y de algo semejante al Michoacanazo pero “Made in USA”.
Lo que dijo…
La entrevista completa