Durante el último año del sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Salud aumentó su presupuesto para labores de comunicación y publicidad en mil 457 por ciento; mientras, para hospitales públicos e institutos, el aumento fue marginal o, de plano, hubo disminuciones.
La Cuenta Pública del 2018, entregada por la Secretaría de Hacienda, muestra que el presupuesto para la Dirección General de Comunicación Social de la Secretaría de Salud pasó de tener recursos aprobados por 74.5 millones de pesos, a ejercer mil 162 millones de pesos en el año pasado; es decir, tuvo ampliaciones por mil 87.5 millones de pesos.
En cambio, la inversión para infraestructura en Salud tuvo un recorte de 58.6 por ciento; el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida tuvo una disminución del 19.7 por ciento; y la Dirección General de Epidemiología también tuvo una reducción, entre su presupuesto aprobado y ejercido, del 11.3 por ciento.
El gasto en estrategia de comunicación en la Secretaría de Salud, dista mucho de las ampliaciones que se dieron a algunos de los principales hospitales del país.
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Poco aumento a hospitales
Mientras las actividades de difusión de la Secretaría de Salud aumentaron de manera exponencial, el presupuesto de hospitales y otras instituciones de salubridad creció de forma discreta o, incluso, presentó recortes a lo que había sido aprobado por la Cámara de Diputados para el 2018.
La dirección general de Infraestructura Física de la Secretaría de Salud pasó de tener aprobados 282.6 millones de pesos a ejercer solamente 116.8 millones; tuvo una disminución de 165.7 millones de pesos, un 58.6 por ciento de su presupuesto.
En el caso de la Dirección General de Epidemiología, le fueron recortados 69.7 millones de pesos en el transcurso del año, por lo que perdió un 11.3 por ciento de su presupuesto, que fue de un total de 543.8 millones de pesos.
Otro caso en que fueron recortados recursos fue al Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida, que tenía presupuestados 377.8 millones de pesos y le fueron retirados 74.6, por lo que al final solamente ejerció 303.2 millones, un 19.7 por ciento menos.
La Comisión Nacional contra las Adicciones es otro ente que también tuvo una disminución entre su presupuesto aprobado y el ejercido, pues tuvo un recorte de 77.5 millones de pesos, un 10.7 por ciento menos, y solo trabajó con 641.7 millones.
Y aunque fue marginal, la Secretaría de Salud decidió recortar también presupuesto al Centro Nacional de Transplantes, al quitarle 550 mil pesos —el 2.2 por ciento— y solo tuvo recursos por 23.4 millones de pesos —49.6 veces menos que el gasto en propaganda y comunicación de la Secretaría.
Y aunque no tuvieron recorte en su ejercicio de gasto, algunos hospitales recibieron asignaciones extra que en nada se parecen a lo recibido por la oficina de Comunicación de la dependencia
Por ejemplo, el Hospital Juárez de México tuvo una ampliación del 12.4 por ciento de su presupuesto, 164.3 millones de pesos; al final, ejerció mil 488.6 millones de pesos.
El Instituto Nacional de Cancerología tuvo un aumento del 10.5 por ciento, pues le fueron asignados 130.8 millones de pesos más, para tener recursos finales por mil 373 millones de pesos.
Al Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” le crecieron su presupuesto en 13.4 por ciento, al sumarle 148.1 millones de pesos más; en 2018 ejerció mil 250.3 millones de pesos.
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas” tuvo apenas un crecimiento en su presupuesto del 0.2 por ciento, al tener 3.1 millones de pesos más; su gasto final fue de mil 320.3 millones de pesos.
Presupuestado vs Ejercido
Cada año, la Secretaría de Hacienda hace entrega de la Cuenta Pública, el documento en el que se analizan los gastos de los tres Poderes de la Unión.
En dicho documento no solo se establece el monto de recursos que fue aprobado por la Cámara de Diputados para el ejercicio anual, sino lo que realmente gastó cada una de las oficinas gubernamentales.
Los gastos pueden aumentar debido a que hay ingresos excedentes, provenientes de distintas fuentes, como el pago de derechos o la provisión de servicios.
Estas adecuaciones, que pueden ser ampliaciones o reducciones, no tienen que pasar nuevamente por el Congreso de la Unión y quedan en manos del Gobierno federal, que decide a dónde enviar los recursos.
En general, en el 2018 el gasto neto total de todo el sector público fue de 5 billones 611 mil 55.1 millones de pesos, un 6.3 por ciento más a lo aprobado por la Cámara de Diputados para el año pasado.