Por sus apodos los conocerás
La boleta electoral será pintoresca, pues contendrá repartidos más de 100 apodos de candidatos a diputados federales. El INE ha confirmado que aparecerán personajes como “El Mochilas” o el “Cachetes”
Eduardo Buendia[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_2k96e3sk” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] ¿Usted votaría por el “Cachetes”? ¿O lo haría por “El Mochilas”, “Fuerza de Búfalo”, “TecMol” o el “Dr. Chuma”? ¿Consideraría darle su voto a “Cheche” o a “Boss”?
No es broma. Estos personajes que parecen salidos de un concurso de televisión estarán en la boleta electoral el próximo 1 de julio, en la elección más importante de México en los últimos años.
A esos apodos, se agregan también el de “La Güereja” y “El Terrible Morales”, ambos personajes famosos que incursionaron en el ámbito de la televisión y el deporte.
La simpatía de algunos aspirantes a cargos de representación popular se reflejará al máximo en las boletas electorales, luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) hizo pública la “Relación de Fórmulas” de candidatos a diputados al Congreso de la Unión y con ello dio el visto bueno para que estos se inspiraran y colocaran su seudónimo más famoso o fueran creativos con su manera de aparecer ante la ciudadanía.
Estos sobrenombres, sin embargo, no solo fueron aprobados y registrados para que los candidatos aparezcan así en la boleta, sino que también estarán presentes en la propaganda que utilicen durante las campañas electorales, por lo que serán vistos en anuncios espectaculares, volantes, spots o pancartas.
En el caso de la comediante María Elena Saldaña, “La Güereja”, y el boxeador, Erick Morales, conocido como “El Terrible Morales”, harán uso de su fama con sus respectivos nombres artísticos para conseguir sus diputaciones.
Maria Elena Saldaña, intérprete de “La Güereja”, personaje de una niña hiperactiva y rebelde que protagonizó un programa televisivo, llegará a los comicios con ese mote e intentará conseguir una curul en San Lázaro por el segundo distrito de Morelos con sede en el municipio de Jiutepec, representando la coalición “Todos por México” (PRI, Nueva Alianza y Verde Ecologista).
En representación del mundo deportivo está el pugilista Erick Morales, quien decidió aparecer en la boleta electoral como “El Terrible Morales”, sobrenombre con el que se dio a conocer en México y a nivel internacional.
“El Terrible” es ganador de cuatro títulos mundiales de boxeo en cuatro divisiones distintas y buscará la diputación del distrito siete del estado de Baja California, abanderado por la coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena, PT y Encuentro Social).
A la lista de apodos se suman otros aspirantes más, quienes han considerado que de esa forma serán identificados en mayor medida por sus simpatizantes.
Por ejemplo, José Manuel Villarreal Longoria, candidato a diputado por el tercer distrito de Tamaulipas, decidió que podrá convencer más al electorado con su apodo “Cheche”.
Juan José Jover Navarro, el “Cachetes”, aparecerá con su alias en la boleta cuando los ciudadanos del primer distrito de San Luis Potosí acudan a votar.
Jesús María Hernández Reyna, apodado “Dr. Chuma”, y José Luis Romero Calzada “Tec-Mol”, competirán por coaliciones distintas por el distrito dos de San Luis Potosí.
Por su parte, Ramón Demetrio Guerrero Martínez, “El Mochilas”, contenderá por la diputación del distrito federal cinco de Jalisco.
Mientras que Javier Gerardo Gutiérrez Cavazos, conocido como “Fuerza de Búfalo” hará lo propio en el distrito nueve de Nuevo León.
Legítimo usar sobrenombres
Las campañas electorales, además de ser el momento idóneo para que los candidatos a diputaciones puedan reunir una mayor representación en sus distritos, también significa un proceso de comunicación con la ciudadanía en donde los apodos pueden llevar a una mayor identificación de los contendientes, señalan especialistas.
“Un elección es un proceso de comunicación de ideas, de valores, de políticas públicas, en la que un candidato o un partido pretenden maximizar sus activos de comunicación. En tal caso me parece que es válido, legítimo y recomendable que un candidato pueda someterse al juicio de la opinión pública en los términos que mejor eficienticen su comunicación”, explica Aleix Sanmartín, estratega político y electoral.
La fama de algunos candidatos en sus distritos o por haber sido personajes que incursionaron en la actuación o el deporte no toman una ventaja indebida al utilizar los nombres con los que son conocidos, señala Pablo Becerra Chávez investigador en comunicación política de la Universidad Autónoma Metropolitana.
“Es inevitable y no es negativo. Si solo se manejara su nombre y no el apodo, no llamarían de inmediato la atención. Hay personajes que ya tienen una cierta fama pública y no es que tengan una ventaja indebida, simplemente que ya tienen un cierto nombre posicionado que pueden aprovechar y están en todo su derecho de hacerlo”, comenta Becerra Chávez.
En mayo de 2012, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó la decisión del IFE (ahora INE) de incorporar en las boletas electorales los sobrenombres con los que la comunidad conoce a los candidatos.
La Sala Superior también indicó que la incorporación de los sobrenombres ocurriera “siempre y cuando dicha inclusión se realice en adición a la aparición del nombre y apellidos de cada candidato en la boleta”, por lo que es posible colocar los apodos, pero no prescindir de los nombres reales de los aspirantes.
Pese al permiso del uso de los motes de personas conocidas entre la ciudadanía que se introduzcan en la boleta electoral, los expertos también advierten que la fama no es significado de que los candidatos tengan un buen proyecto legislativo, no obstante, es la representación popular la que los designa.
“En contra de la opinión mayoritaría de la opinión pública de México, yo sostengo que no necesitas tener capacidad ni experiencia para ocupar un cargo de representación popular. La política de la representación, es decir, elegir a alguien que me represente no tiene por qué estar avalado por un doctorado.
“La persona que toma las decisiones lo único que debe de tener en su aval es la representación y la legitimidad del pueblo. Para optar un cargo de elección popular no se necesita mérito y capacidad, se necesita criterio político”, agrega Sanmartín.
Para Pablo Becerra, el hecho de que un diputado sea elegido por su fama y no por su experiencia o criterio para ejercer sus funciones, es una desventaja para la democracia.
“Esa es la desventaja de la democracia representativa. Efectivamente, cualquier ciudadano se puede postular porque aspira a representar a sus iguales, a otros ciudadanos. Si los otros ciudadanos le otorgan su voto, le están entregando el poder de acceder a esos puestos”, concluye el investigador.