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Aunque la percepción ciudadana indica que la administración de Miguel Ángel Mancera ha sido deficiente en sus primeros nueve meses de gobierno, esta ya se empoderó…
Para ello, el gobierno capitalino consiguió lo que Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador no pudieron: convertir a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en una simple dependencia.
Y es que de manera legal, los líderes parlamentarios autorizaron que los temas que se aborden en una Sesión Ordinaria o Diputación Permanente sean “palomeados” con antelación por la Secretaría de Gobierno.
Esto, para evitar que la propuesta de cualquiera de las siete fracciones parlamentarias de este órgano legislativo se aprueben en leyes o exhortos que vayan en detrimento del Gobierno de la ciudad.
El tema de fondo es que la Asamblea Legislativa representa uno de los tres poderes que tiene el Distrito Federal, y que de facto, ya dejó de tener autonomía de presentar iniciativas.
Para la mayoría de los asambleístas el acuerdo –elaborado por la Comisión de Gobierno en días pasados– los reduce a simples empleados de la administración mancerista.
Por esa razón, lejos de cualquier reclamo, los grupos parlamentarios tratan de conseguir el aval del secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, para que sus propuestas sean aprobadas en el Pleno de la ALDF.
El argumento para que ya no se discuta ningún dictamen o punto de acuerdo en una sesión ordinaria o Diputación Permanente, sin el consentimiento del GDF, es que se han aprobado leyes incongruentes o disparatadas.
Tanto, que desde hace poco más de cuatro meses, los diputados locales –de cualquier bancada– tratan los temas fundamentales de la ALDF directamente en gobierno central.
Las nuevas reglas
A diferencia de la V Legislatura, la VI optó por suscribir las reglas no escritas: darle un reconocimiento legal al Gobierno del Distrito Federal (GDF) al interior de la ALDF.
Fue en la segunda mitad del sexenio de Marcelo Ebrard cuando se pudo ver una cargada en favor de las decisiones del mandatario local dentro del poder legislativo.
Incluso había reuniones con el personal de la Secretaría de Gobierno para determinar cuáles son las iniciativas de ley que se podían o no aprobar dentro de cada periodo ordinario.
En cambio, la actual Comisión de Gobierno, que encabeza Manuel Granados y que comprende la opinión de todas las bancadas, optó por darle formalidad a estas prácticas.
La semana pasada este grupo de trabajo firmó dos acuerdos en los que se determinó establecer las bases, consensos y reglas que rigen la vida interna y funcional de la ALDF.
Para Diputaciones Permanentes se acordó:
1.- Enlistar los asuntos de cada sesión los días viernes.
2.- Celebrar reuniones privadas “con gente de gobierno” los lunes para determinar la orden del día.
3.- Realizar una reunión definitiva los martes con el “Enlace de Gobierno” (Santiago Alonso).
4.- Diputación Permanente los miércoles.
Para sesión ordinaria:
1.- Enlistar asuntos los lunes para sesión del jueves.
2.- Reunión previa los martes con gente de Gobierno.
3.-Reunión definitiva los miércoles con Enlace de Gobierno.
4.- Sesión Ordinaria.
De acuerdo con funcionarios del gobierno capitalino, que pidieron su anonimato, estas determinaciones se tomaron con base en la serie de “pifias” que cometen los asambleístas.
Según sus números y a los que tuvo acceso Reporte Indigo, más del 40 por ciento de los exhortos, iniciativas o ya dictámenes, son inconvenientes por incongruencias, carecer de sustento, porque no hay viabilidad presupuestal o son de carácter federal.
Y lo peor: muchas de estas propuestas han sido avaladas por el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) por unanimidad de votos y en algunos casos hasta publicadas por la Consejería Jurídica.
El viernes se llevó a cabo la primera reunión. Después hubo una de perredistas donde se acordó con los asesores que en reuniones se determinará el turno de cada iniciativa avalada por el GDF.
También, que los asesores del grupo parlamentario del PRD estarán atentos a las iniciativas de los demás grupos parlamentarios a fin de apoderarse de las propuestas (para generar un impacto favorable al sol azteca) a través de conferencias de prensa.
Otro, es el acuerdo implícito de no permitir que los exhortos al jefe de Gobierno suban al Pleno, y que cuando se soliciten recursos presupuestales se debe establecer en cuál rubro sería la reasignación.
Las pifias
En el primer año de la VI Legislatura los diputados metieron en serios dilemas al Gobierno de la ciudad, al grado que se tuvo que aplicar el veto de bolsillo, mandar observaciones o buscar modificaciones de ley.
Como ejemplo está la Ley para la Prestación de Servicios, Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil en el Distrito Federal, creada, en teoría, para evitar un nuevo caso como el de la Guardería ABC.
En su edición del 8 de agosto, Reporte Indigo dio a conocer que con la aprobación de esta ley, las más de 781 guarderías del DF se convertirían en simples establecimientos mercantiles; degradaron la figura de las maestras.
Otro caso es la iniciativa de Bebederos de Agua Potable en Escuelas Públicas, que aun cuando busca garantizar “un derecho humano fundamental”, es financieramente inviable para el gobierno.
Fuentes consultadas por esta casa editorial informaron que por aspectos como este, el presidente de la Comisión de Gobierno, Manuel Granados, y sus colaboradores más cercanos, han recibido fuertes reprimendas.
Otra muestra de que la VI Legislatura local dejó de ser un poder en el Distrito Federal se pudo observar en el primer informe de Gobierno de Miguel Ángel Mancera.
Lo anterior, debido a que por primera vez, un mandatario local no estuvo presente en el posicionamiento de las fracciones parlamentarias; lo cual representó, para muchos, una falta de respecto al poder legislativo.
Pero todo ello es avalado por las distintas fuerzas al interior de la Asamblea Legislativa, quienes a partir de este periodo ordinario de sesiones tendrán que convencer al gobierno de las propuestas que quieran ingresar.
También está la Ley de Derechos de la Madre Tierra, que tendrá modificaciones, ya que actualmente emite opiniones en normas nacionales: esto es jurídicamente inviable.
Hay exhortos para la creación de Reglamentos en leyes que no los requieren, la propuesta de crear la Secretaría de Asuntos Metropolitanos, cuando no se tienen recursos y ya existe una subsecretaría.
La Ley de Estadios, que busca aglutinar todas las leyes en un nuevo marco. Y “el golazo” que les metieron con la Ley del Deporte, que obliga a las dependencias a autorizar 30 minutos de ejercicio a los empleados.
Aunado a esto, hay dictámenes que pasaron todos estos filtros y no han sido publicados. Así lo dijo el diputado Jorge Gaviño el día del informe de Mancera, donde aceptó que se tiene que contar con el visto bueno del gobierno.
Por eso este periodo ordinario no tendrá sobresaltos, y la ALDF será un simple ejecutor del GDF.