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El Museo Trompo Mágico atraviesa por su etapa más convulsa. A la caída drástica de miles de visitantes, y de donaciones y patrocinios por decenas de millones de pesos durante su gestión actual, se suma ahora la batalla emprendida por sus trabajadores para recuperar su estabilidad laboral.
El Gobierno Estatal y la administración del espacio educativo sorprendieron a sus trabajadores cuando, el 2 de septiembre pasado, decretaron la extinción del Museo como órgano desconcentrado de la Secretaría General de Gobierno (SGG), para crear uno nuevo vinculado al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Jalisco.
La transformación legal se gestó sin socializarse con la base trabajadora, aunque en los hechos condujo al término de su relación laboral con la SGG, para subsumirse a las condiciones del DIF Jalisco.
A un año y ocho meses de la actual gestión estatal, cuando se daba como un hecho que el Ejecutivo trabajaba ya en la implementación de políticas y obtención de resultados, y no en la reconfiguración administrativa, vino el repentino decreto que profundiza la crisis de un museo lúdico para niños y jóvenes, que no termina por superar la transición entre gobiernos de diferentes partidos.
Desde el 27 de noviembre pasado, la secretaria general del Sindicato Democrático de Trabajadores de la SGG, Adriana Guadalupe Albarrán, confirmó la problemática del Museo.
“Nos llama la atención que desde que inició esta administración el Trompo sufrió muchos cambios en su estructura, manejo e ingresos, se dejó de rentar para eventos, para exposiciones, cortaron de tajo cualquier ingreso que tenían a la SGG, por ende, el Trompo ha decaído en atención, afluencia.
“(Esto) quizá pudiera ser el argumento que pudieran dar para decir que ya no es funcional para la Secretaría General de Gobierno, pero más bien todas estas situaciones se dieron como a modo de ir creando esa situación, para tener una justificación de rescindir la relación laboral de los trabajadores”, dijo Albarrán.
Los datos: en el 2013, el primer año del Museo a cargo de Ana Estela García Cortez, los visitantes bajaron 25 por ciento en comparación con el 2008, el mejor año que ha tenido la institución; mientras hace seis años se registraron 298 mil 526 usuarios, el año pasado apenas hubo 225 mil 32. Han sido más de 70 mil personas las que se han alejado de las actividades del Trompo Mágico.
En todo el sexenio pasado no hubo un año con una asistencia tan pobre como la de 2013, y la pérdida de donativos y patrocinios es igual de dramática. En 2011 la confianza que inspiraba la institución se reflejó en apoyos por 17 millones 7 mil 156 pesos, y en 2012 por 10 millones 803 mil 341 pesos.
En 2013 los apoyos bajaron hasta en un 90 por ciento con respecto al 2011: apenas obtuvo un millón 756 mil 705 pesos, y en 2014 otro millón 390 mil 279 pesos -hasta agosto-. De la crisis institucional saben tanto los trabajadores de confianza como de base.
“Sí se ha visto el deterioro en la afluencia de visitantes: el Trompo entre semana parece un ‘elefante blanco’. No hay promoción, los eventos que organizaban ayudaban a promover el Trompo, las exposiciones, había un interés mayor de ir al Trompo. Antes acudía constantemente por cuestiones laborales y las últimas veces me he quedado sorprendida de que está muerto, prácticamente entre semana, la actividad en el Trompo”, expresa Albarrán.
La crisis
El término de la relación laboral con la SGG y las contrataciones por el DIF Jalisco se concretaron el pasado 1 y 2 de diciembre, pero aún falta por resolverse un juicio de amparo de 64 trabajadores que consideraron que fueron violados sus derechos humanos y al trabajo en particular.
La demanda se presentó el 10 de octubre del 2014 en el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa y de Trabajo, y dice:
“El decreto que hoy se impugna frente al artículo 123 constitucional es regresiva pues elimina derechos ya reconocidos, ejercidos y gozados por los suscritos, de tal manera que las responsables reducen derechos fundamentales, como el de estabilidad en el empleo, nivel de protección de salario, condiciones de trabajo y prestaciones”.
El Sindicato informó que de 184 trabajadores del Museo, todos pasaron a la estructura del DIF, con excepción de 25 que se dejaron fuera (el DIF habla de 185 totales y 20 despidos).
La transición fue utilizada para excluir a este grupo de trabajadores de la administración pasada. Hubo además irregularidades que ha apuntado el Sindicato, y aunque el DIF se comprometió a corregir, podrían ser combatidas legalmente.
Por ejemplo, aunque todos firmaron su finiquito, a ninguno se le ha pagado con las prestaciones devengadas, y en el caso de los 25 desempleados, tampoco se cubrió su liquidación.
“Todos los que firmaron el finiquito, a nadie en el momento le pagaron nada, solamente firmaron. Se manejó que en un término de 10 días les llegaba. Es otra situación que tenemos que corroborar”, dice Albarrán.
Además, el contrato que firmaron los trabajadores cesados no establece una cláusula que garantice la antigüedad laboral.
Más grave aún, al menos a ocho trabajadores les fueron asignados salarios por debajo de lo que percibían en la SGG, con recortes que van desde los 600 hasta los 2 mil pesos.
“En el contrato no dice (de la antigüedad), estamos hablando en un supuesto que también podemos demandar, la situación era ahorita que los compañeros firmaran el contrato en las condiciones que venía para que no los dejaran en la calle y no fuera pretexto de dejarlos sin trabajo. Les dimos anuencia que firmaran en tanto se corregían esos errores -o supuestos errores- que hay”.
Al momento en que se decretó la extinción del órgano, el Sindicato había detectado que la nómina se había engrosado con 34 trabajadores más a los 184 de la plantilla, a los que se les expidieron nombramientos por tres meses.
El 3 de diciembre la titular del DIF, Consuelo González, aseguró que la antigüedad laboral no tendrá menoscabo.
“A nadie se le obligó. Se les explicó las dudas que tenían, dudas normales, porque pasan de un organismo a otro, esas cuestiones que normalmente sí son inquietudes muy justas, traían algún desconocimiento.
“Pero una vez que se les aclaró ellos estuvieron conformes. Tan conformes que están trabajando ya normalmente”, asegura González.
¿Un museo en el DIF?
Hay aspectos que apuntan a que esta transferencia del Trompo de la Secretaría General de Gobierno al DIF fue una decisión que se tomó hace muy poco, tras la renuncia del ex secretario general de Gobierno, Arturo Zamora, el 29 de mayo.
Zamora fue sustituido por Roberto López, éste sí hombre de confianza del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval.
En la demanda de amparo se hace ver que el Museo pasó al DIF sin que antes fuera reformado el Código de Asistencia Social, que regula sus atribuciones y funciones.
En su artículo 18, la norma dice que el DIF operará los órganos de los consejos de la Familia y para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar, pero nunca habla de un museo.
De hecho, no hay ningún artículo del Código que plasme expresamente una atribución del DIF para realizar actividades de índole cultural o educativas –salvo de tipo especial para menores con alguna discapacidad-.