Mientras en un fuerte de concreto estilo art déco el comisionado de la Cofepris Julio Sánchez y Tepoz presentaba los lineamientos que regularán la mariguana con fines medicinales, Danae y su hija Maggie sembraban una semilla de cannabis sativa en una de las jardineras que se encuentran en el cruce de las calles Lieja y Reforma, como símbolo de protesta.
Para ellas es imposible pagar los 10 mil pesos que les costará la medicina importada que el comisionado estaba regulando.
“Lo único que hace (Cofepris) es que nos deja a nosotros marginados, nos sigue discriminando porque no es justo que solo las personas con dinero puedan adquirir una mejor calidad de vida y un obrero, una costurera, una persona con recursos normales no pueda tener derecho a la salud.
A corta edad Maggie fue diagnosticada con autismo y a dos años de que consume extractos de cannabis ha podido controlar su ansiedad, sus emociones, su hiperactividad. Actualmente va a una escuela regular, su habla es fluida y aprendió a besar, abrazar y decirle “te quiero” a su mamá.
La principal mejora es que ya le pude quitar los fármacos que le dañaban los riñones y otros órganos vitales y que me la tenían con mucha ansiedad porque son medicamentos muy adictivos, cuando comenzó a pasar el efecto la niña entraba en abstinencia como un adicto. Lo que hace la cannabis es contrarrestar estos efectos”, comentó Danae quien forma parte del colectivo Mamá Cultiva México, donde se les enseña a hacer su propia medicina para reducir costos y que los pacientes no generen resistencia al cáñamo importado.
Al interior del edificio de la Secretaría de Salud, el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Julio Sánchez y Tepoz, hablaba de cómo inició el movimiento canábico medicinal en México.
El 17 de agosto del 2016 la revolución tuvo su primer avance cuando el juez de Distrito en Materia Administrativa, Martín Santos, concedió un amparo para que las autoridades permitieran que los padres de Graciela Elizalde importaran medicina con cannabidiol, una sustancia prohibida en ese entonces por la Ley General de Salud.
En abril de ese mismo año, el presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa para dejar de criminalizar el uso terapéutico de la cannabis, de ahí pasó al Senado, en diciembre del mismo año, después en abril del 2017 se turnó a la Cámara baja y finalmente la iniciativa que reformó la Ley General de Salud y el Código Penal se publicó el 19 de junio del 2017 en el Diario Oficial de la Federación.
Desde esa fecha, la Cofepris tenía 180 días para publicar el reglamento que regularía el uso medicinal de la mariguana, pero no ocurrió hasta casi un año después de vencido el plazo.
Según Sánchez y Tepoz la demora se debió a que antes de publicarse los lineamientos, la Consejería Jurídica del Gobierno de la República ordenó a la Secretaría de Salud que armonizara las reglas, ya que solo el Ejecutivo es quien puede emitir reglamentos, según el artículo 89 constitucional.
Para José Manuel García, paciente con epilepsia e integrante de la asociación Autocultivo Medicinal en México (AMEM), el lineamiento publicado es restrictivo y que solamente ve por las farmacéuticas y no por los pacientes.
“Para mí la semilla que sembré significa toda la salud de las personas que estamos buscando opciones de tratamiento en el cannabis y buscamos que esta semillita se abra en el corazón de nuestros representantes y nos den la posibilidad y un marco legal para poder hacer nuestro tratamiento de la mejor manera”, agregó José Manuel quien antes de fabricar su propia medicina compraba Sativex, un medicamento que tiene THC y que le costaba 21 mil pesos el frasco.
Autocultivo es para uso lúdico
Para Sánchez y Tepoz el autocultivo está dentro del uso lúdico de la cannabis y no médico, por lo que no es materia de ellos regularlo.
“El autocultivo no estuvo permitido en la ley, el autocultivo se refiere a que cualquier persona en lo particular pueda cultivar la planta para fines diferentes. Ese es un asunto que está dentro del ámbito del uso lúdico de la cannabis que se está viendo a través de la Suprema Corte. Yo espero que el autocultivo se dé ante las mejores prácticas y se cuide la salud de las personas”, agregó el comisionado.
Los lineamientos permitirán previa autorización de la Cofepris la siembra y cosecha de mariguana con fines de investigación médica y científica, la elaboración de medicamentos en territorio nacional siempre y cuando la semilla o la materia prima sea adquirida de un país donde la comercialización sea legal, pero no el autocultivo.
El titular de la Cofepris señaló que los lineamientos sí toman en cuenta a los pacientes y que en el momento de que haya mayor oferta de productos y medicamentos estos bajarán su precio.
“Va a haber una reglamentación que va a permitir que haya una gran cantidad de productos en competencia a los que todos van a tener acceso. Tengo la intuición de que los productos que han sido hasta ahorita materia de importación en cuanto se autorice su producción en México les aseguro que van a estar mucho más baratos”, concluyó Sánchez y Tepoz.
Por su parte Elizabeth Téllez, una mujer que padece síndrome de Sjörgen, no coincide con el titular de la Cofepris.
“Nos dejan hasta el final. Los medicinales estamos al final, no le importamos a la Cofepris ni a la Secretaría de Salud, por eso estamos aquí luchando por nuestros derechos a la salud, por vivir sin dolor. Quiero el autocultivo para preparar mi propia medicina”, dijo a Reporte Indigo Téllez, quien desde 2016 prepara su propia medicina.