Taxistas se sacan los trapos sucios
Los taxistas públicos y los privados de Uber y Cabify se dieron con todo en el debate organizado por el Laboratorio para la Ciudad de México.
Algunas de las acusaciones mutuas que se lanzaron fueron: en cuál de los dos servicios de taxis se roba, se viola o secuestra más; cuál de los dos sectores representa más dinero para las arcas de la ciudad, y quién brinda seguridad, rapidez y limpieza.
Icela Lagunas
Los taxistas públicos y los privados de Uber y Cabify se dieron con todo en el debate organizado por el Laboratorio para la Ciudad de México.
Algunas de las acusaciones mutuas que se lanzaron fueron: en cuál de los dos servicios de taxis se roba, se viola o secuestra más; cuál de los dos sectores representa más dinero para las arcas de la ciudad, y quién brinda seguridad, rapidez y limpieza.
Con la presencia momentánea del secretario de Movilidad, Rufino H. León Tovar, y del consejero Jurídico y de Servicios Legales, José Ramón Amieva, representantes de gremios de taxistas públicos y de los privados, Uber y Cabify se enfrentaron en la lucha por el millonario mercado del transporte de pasajeros en la Ciudad de México.
Ana Paula Blanco, quien acudió como representante de Uber, y Ricardo Weder, por Cabify, se dijeron totalmente abiertos a la regulación por parte del Gobierno del Distrito Federal, aunque plantearon la necesidad de que el tema escale a nivel federal.
“Estamos totalmente abiertos a la regulación justa y centrada en el beneficio de los ciudadanos. Le entramos a cualquier regulación, que no dejemos que ésta inhiba la innovación”, puntualizó el representante de Cabify.
Mientras que Paula Blanco, de Uber, dijo que para su empresa es primordial no perder la innovación en la manera de prestar el servicio a los usuarios.
En medio de la polémica que involucra a mas de 140 mil concesionarios de taxis públicos en el Distrito Federal, quienes rechazan que Uber sigue prestando el servicio en la capital sin someterse a la reglas impuestas por la Secretaría de Movilidad del GDF, se efectuó el debate en el que mutuamente exhibieron sus puntos débiles.
El millonario negocio del transporte público
Ignacio Rodríguez Mejía, uno de los voceros de los taxis públicos que transitan en la capital, puso el dedo en la llaga al referir la recaudación fiscal del Gobierno del DF en el tema del transporte.
“Deja a la ciudad 250 millones de pesos de puros impuestos, si deshacemos eso, mucho servicios de la ciudad colapsarían”, detalló Rodríguez Mejía.
Por eso, expuso ante los participantes del debate organizado por el Laboratorio para la Ciudad de México, que antes de que se discuta el tema de regular o no el servicio que presta Uber y Cabify se debe atacar lo ilegal de su funcionamiento.
El gremio de taxistas exige al gobierno que encabeza Miguel Ángel Mancera que Uber y Cabify cumplan con los requisitos que establece el Reglamento de Movilidad, como la existencia de una tarifa controlada y una cromática que los identifique.
“Por qué no le ponen a sus carros, Uber, Uber, Uber”, cuestionó.
A partir de ese debate, se realizarán tres mesas de trabajo entre los involucrados y la participación del GDF para analizar qué requisitos deben cumplir los prestadores del servicio privado de taxi a través de aplicaciones que se descargan en el celular.
Pese a las diferencias y el encontronazo entre ambas partes, coincidieron en que son demasiado elevadas las barreras para la operación de un taxi en la ciudad, en referencia a los engorrosos trámites que hay que desahogar.
Los especialistas invitados a la discusión, como Xavier Treviño, director de ITDP; Manuel Molano, director adjunto del IMCO, y Paula Sofía Vásquez, del CIDE, coincidieron que en el Ciudad de México impera una sobreregulación que deriva en casos de corrupción.
“Semovi tiene que establecer controles de calidad más altos”, expuso Xavier Treviño.
Pero no sólo la Secretaría de Movilidad fue juzgada de manera crítica, sino también el Instituto de Verificación Administrativa (Invea), al que se le acusó de extorsionar a taxistas “un día sí y el otro también”, señaló Manuel J. Molano, del IMCO.
Previo al debate, los Taxistas Organizados de la Ciudad de México advirtieron que acudirían al debate sin que eso signifique que hayan dado un paso hacia la regulación ligera de Uber y Cabify.
Criticaron que el GDF, a través del Laboratorio de la Ciudad, dé por hecho que se vaya a regular este tipo de servicios que calificaron como ilegales.
Lo que sigue
Aunque previo al debate y durante el mismo los representantes de los taxistas públicos se mostraron desconfiados, continuarán en la ruta que marcó el gobierno capitalino para desahogar por la vía legal el tema.
Después de dicho debate, se desarrollarán las tres mesas de trabajo con todos los actores involucrados, cuyos recomendaciones se publicarán en una plataforma abierta a la colaboración ciudadana el 21 de junio.
Dicho documento permitirá ser retroalimentado por los ciudadanos por un lapso de 48 horas para que opinen respecto a la polémica de Uber y Cabify y los taxis tradicionales.
De acuerdo con esta ruta trazada, el 26 de junio próximo se discutirán recomendaciones y posturas con representantes del Gobierno de la Ciudad involucrados en la aplicación de las leyes en materia de transporte público.
El ingreso de dicho servicio de transporte que se desahoga a través de aplicaciones vía celular, convulsionó al lucrativo mundo de los taxis públicos y piratas de la capital, que se rehúsan a este tipo de competencia.
Desde que Miguel Ángel Mancera llegó al GDF heredó de Marcelo Ebrard Casaubón un transporte público colapsado al que, de acuerdo con un estudio de la UNAM “Evaluación del Diseño e Instrumentación de la Política de Transporte Público Colectivo de Pasajeros en el Distrito Federal”, le urge poner orden en las unidades concesionadas.
Sin embargo, como lo advirtió uno de los líderes de los taxistas públicos de la capital, el negocio representa millones.