Te explicamos qué es el voto electrónico y cuál es su avance en México

Estas elecciones, México tendrá las dos modalidades de voto electrónico: con internet y a través de urnas. Te explicamos cómo funcionan
Monserrat Ortiz Monserrat Ortiz Publicado el
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En muchos países la tecnología ya tocó a la democracia. El desarrollo electrónico del voto llegó al mundo de forma paralela a los avances de tecnología e informática observados, por ejemplo, en las transacciones bancarias.

La pandemia de COVID-19 dio al mundo una lección importante: la tecnología puede acercar a las personas aún cuando están obligadas a conservar un distanciamiento social.

Para el investigador Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, Julio Alejandro Téllez Valdés, México se encuentra ante una oportunidad histórica para aplicar la tecnología en la democracia.

El voto electrónico, dice, podría reducir significativamente el abstencionismo electoral, impulsar la participación ciudadana y agilizar los sistemas de sufragio tradicionales.

“México es el número uno desde el siglo pasado en abstencionismo electoral. La pandemia nos ha dado una lección y es que la tecnología, debidamente empleada, nos puede facilitar avances en distintos espacios de la vida social, incluyendo la democracia”.

Hasta finales de 1800, las papeletas electorales dejaron de ser el único sustento de la democracia. Países como Bélgica, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Estonia, Filipinas, India y Venezuela son algunas de las naciones que ya implementan el voto electrónico para sus procesos electorales, unas en mayor medida que otras.

En Estados Unidos, el ejercicio comenzó en 1892 con el debut de la máquina Myers Automatic Booth, un sistema basado en palancas mecánicas asignadas a cada candidato y hoy en día el estado de Utah analiza las posibilidades de iniciar una prueba piloto para votar a través de una aplicación móvil.

Bélgica incursionó en esta modalidad de voto en 1989 e inició con el uso de tarjetas magnéticas para grabar los datos con ayuda de una pantalla táctil y un lápiz óptico. A la fecha, utilizan máquinas de votar que expiden una papeleta encriptada para garantizar que no se violará la confidencialidad del voto.

De 178 países, sólo 144 utilizan tecnologías digitales para sus ejercicios democráticos de forma esporádica. Es decir, 80 por ciento de las naciones en el mundo utilizan el voto electrónico en ocasiones, asegura el académico Téllez Valdés.

Sólo 26 países hacen uso de esta tecnología de manera regular, sin embargo, en la mayoría de los casos está dirigida a las personas invidentes; mientras que otros 15 lo utilizan para distintos tipos de elecciones.

Uno de los casos más reconocidos por su implementación del voto digital es Brasil, quien lo utiliza para elecciones estatales y federales desde 1996 “y con muchísimo éxito. Brasil es un caso verdaderamente exitoso de uso de urnas electrónicas. Es decir, 25 largos años que se utiliza de manera regular, permanente y sin ningún tipo de problema”.

¿Y en México?

Según el Instituto Nacional Electoral (INE), el sufragio electrónico es “cualquier método de emisión del voto a través de medios electrónicos” y tiene dos modalidades:

El voto offline o fuera de línea, donde el ciudadano vota en urnas electrónicas sin conexión a internet. En este caso, el sufragio se realiza de manera presencial en casillas vigiladas por autoridades electorales y partidos políticos.

Y la modalidad online o en línea, donde el ciudadano vota a través de un ordenador conectado a internet, tal como se lleva a cabo para los mexicanos en el extranjero desde 2012 con una plataforma que este año será auditada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y por más de una empresa internacional de desarrollo tecnológico.

En 2005, Coahuila fue pionero en realizar pruebas piloto con urnas electrónicas para las elecciones de gobernador, diputados y alcaldes, convirtiéndose hasta hoy en la entidad más avanzada en materia de sufragio electrónico; y en 2008 emplearon 100 urnas con pantalla táctil para una votación de carácter vinculante, es decir, que contaron como válidos para la elección.

La última vez que se utilizaron con efectos vinculantes fue durante el proceso electoral 2019-2020 con 54 urnas digitales en Coahuila y 40 en Hidalgo.

Durante ese ejercicio, el tiempo promedio de escrutinio fue de 35 minutos: 24 en Coahuila y 36 en Hidalgo, dijo a Reporte Índigo el consejero Electoral Ciro Murayama, “lo que representa una disminución considerable de tiempo cuando en casillas tradicionales el escrutinio puede durar hasta 9 horas, mientras que una urna electrónica puede imprimir los resultados en minutos”.

Para el proceso electoral de este año, el INE implementará las dos modalidades de voto electrónico en México: para 33 mil 698 mexicanos en el extranjero que se registraron para ejercerlo, y el de los electores de Coahuila y Jalisco, quienes podrán utilizar 100 urnas electrónicas para la elección de diputados locales, federales y ayuntamientos.

“Nunca para una elección de diputados federales se ha votado en una urna electrónica”, explica Ciro Murayama.

“Esta es una prueba inicial acotada sólo a 100 de las más 163 mil casillas que serán instaladas y será vinculante, es decir, los resultados que salgan de esas urnas serán contabilizados para el resultado formal de la votación”.

Esas urnas electorales, dice, no estarán conectadas a internet, por lo que no pueden ser hackeadas. Además, tras la emisión del voto, las máquinas imprimen un recibo que posibilita la verificación manual del resultado.

“Ahorra tiempo, ya no hay que estar haciendo el conteo manual de los votos y sobre todo otorga certeza, porque elimina situaciones de encontrar irregularidades en las marcas que los electores colocan en las boletas”.

Este es el ejemplo para corroborar cómo la ciencia se puede implementar exitosamente para un ejercicio democrático porque “la tecnología no es una barrera, sino todo lo contrario: puede ser un instrumento al servicio del voto para tener resultados electorales de manera más ágil y confiable”.

Así va la regulación del voto electrónico en México

Según la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la única modalidad de votación aceptada en México es a través de boletas impresas en papel y de forma electrónica para los mexicanos en el extranjero.

Aunque la ley no contempla el uso de urnas electrónicas sin conexión a internet para el sufragio, en días pasados el Consejo General del INE aprobó instrumentar el voto electrónico en una parte de las casillas únicas en los procesos electorales federal y locales de Coahuila y Jalisco en este año.

La consejera Electoral del INE, Dania Paola Ravel Cuevas, explica que ella en su momento votó contra ese resolutivo debido a que la legislación vigente no lo permite.

Sin embargo, el INE lo puede hacer porque “lo decidieron por mayoría para asentar un precedente jurisdiccional que da un sustento legal para que se pueda hacer”.

“La urna electrónica se implementará para estas elecciones y será una votación piloto pero vinculante, pues en febrero de este año por mayoría el Consejo General de INE aprobó que se utilizaran 100 urnas electrónicas, 50 en Coahuila y 50 en Jalisco”.

La consejera explica que en México se necesita modificar la legislación para que esa modalidad se pueda realizar de manera generalizada en todo el país, sin dejar de considerar “que en México existe una brecha digital que podría incrementar las desigualdades”.

¿Qué se necesita para generalizar las urnas electrónicas en todo el país?

“Se necesita voluntad política”, explica el consejero Murayama. “Que los partidos no pongan resistencia al uso de la tecnología. Nuestra traba no es técnica, es política. Es la desconfianza y resistencia para utilizar la tecnología”.

Y es que son pocos los legisladores que han puesto sobre la mesa la posibilidad de reformar la ley electoral para modernizar la votación en el país.

Recientemente, el coordinador de la bancada del Partido del Trabajo (PT) en el Congreso de Nuevo León, Asael Sepúlveda Martínez, apuntó que la próxima legislatura deberá avocarse a legislar sobre el voto electrónico porque su implementación representaría, como en otros países, un importante avance democrático.

“Es igual que en las transacciones bancarias que se hacen todos los días de manera electrónica. En el mismo sentido la ciudadanía podría votar por el candidato de su preferencia a través de modalidades electrónicas”.

El legislador explica que, tal como ocurre con las transacciones bancarias en México y el mundo, una plataforma electrónica electoral posibilitaría un voto “más seguro, donde los conteos de votos serían más fáciles y rápidos y sobre todo no sería necesario gastar tanto dinero en las elecciones como ocurren en nuestro país”.

Una de las principales trabas para la incursión de la tecnología en la vida democrática en México es la desconfianza, causa fundamental de la falta de voluntad política.

Aún cuando los usuarios de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tics) las emplean para realizar compras en línea, transacciones bancarias y compartir información pública y privada todos los días, la clase política mexicana todavía no confía plenamente en la exactitud y certeza que puede proporcionar una máquina correctamente programada y auditada.

“Muchas personas tienen temor”, dice el investigador Alejandro Téllez. “Y ese temor se convierte en rechazo. Tienen miedo a la modernidad, a la transición, miedo a la participación ciudadana mayoritaria y a que las cosas sean muy distintas del statu-quo”.

“Pudiendo ser mejores no buscamos hacerlo. Tenemos la obligación de dejar un legado para las generaciones venideras, que se van a reír cuando vean que los gobiernos actuales no tuvieron el valor de introducir la tecnología para la emisión del voto”.

Lo cierto es que el miedo se puede erradicar con conocimiento. La iniciativa privada, encargada de desarrollar avanzadas tecnologías para la seguridad de los usuarios de la banca, asegura que el sufragio electrónico puede ser completamente certero y seguro no sólo a través de casillas electrónicas, sino desde dispositivos móviles con conexión a internet.

“Tecnológicamente podemos migrar del voto en papel a uno electrónico desde nuestro celular, en tiempo real y con un costo muy por debajo de las votaciones tradicionales”, asegura Carlos Chavarría, CEO de NA-AT Technologies.

El parámetro que lo confirma, dice, es Facebook: en México existen 92.5 millones de cuentas de personas mayores de edad en esa red social, muy cercanas a los 93.7 millones de votantes, “lo que indica que en nuestro país, la mayoría podrá votar desde una aplicación móvil”.

Incluso, en caso de que la legislación lo permitiera, esa empresa mexicana estaría dispuesta a donar la licencia de una aplicación móvil que desarrolló para la banca mexicana y podría emplearse para la emisión de un voto online, “con estándares globales de seguridad desde hace 15 años”.

“Si es algo que sumará a la cultura de la democracia, donaríamos la licencia de uso, pues México lo merece”.

Según los cálculos de Carlos Chavarría, para este proceso electoral cada voto costará 300 pesos por cada uno de los 90 millones de votantes, es decir, 27 mil millones de pesos en un solo periodo. Con una plataforma electrónica conectada a internet, dice, el costo por votante sería 50 por ciento menor.

Aunque en México ya existen importantes bases que cimentaron el camino a una modernización en el ejercicio de la democracia, aún parece lejano el momento en que se pueda observar a un elector emitiendo su voto en segundos con tan sólo picar la pantalla de su dispositivo móvil, sentado en la comodidad de su hogar.

@ItsMonseOrtiz

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