Las pirámides del complejo arqueológico de Teotihuacán son el tercer monumento histórico de este tipo más visitado a nivel mundial. Y en México, junto con Chichén Itzá, conforman dos de los puntos estratégicos para el turismo en nuestro país.
Sin embargo, a pesar de la importancia que estos sitios tienen tanto a nivel nacional como internacional, las personas que las utilizan para ganarse la vida como guías no están reguladas, además de que se encuentran bajo administraciones donde la corrupción reina, un problema que se encuentra por todo el país, de acuerdo con el presidente de la Unión de Guías de Turismo Acreditados de la República, Andrés Morgan Medina.
El titular de esta asociación civil relata que el modus operandi para robar el dinero de las entradas, el cual debería ser utilizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para preservar el sitio arqueológico, no es muy complicado.
“La cosa funciona entre los guías, los custodios del INAH y los policías encargados de la seguridad del lugar, todo con conocimiento del administrador de la zona.
“De ser posible, el custodio cobra los boletos a mitad de precio pero no hace entrega de los mismos”. afirma.
Entre enero y junio de 2019, la Secretaría de Turismo Federal reportó haber recibido de manera oficial a 8 millones 216 mil 661 de visitantes a zonas arqueológicas en el país, de los cuales 5 millones 340 mil 239 fueron nacionales y 2 millones 876 mil 425 extranjeros.
Del total de asistentes a estos lugares, un millón 773 mil 389 optaron por conocer Teotihuacán, la zona que ocupa el primer lugar en el ranking. En el segundo lugar está Chichén Itzá con un millón 211 mil 352 visitas y en tercero Tulúm con 1 millón 145 mil 410.
Andrés Morgan, quien desde hace años ha dedicado gran parte de su tiempo a combatir esta problemática, dice que es muy difícil poder calcular la cantidad de dinero que se pierde por las actividades irregulares que se dan en las zonas arqueológicas del país como Teotihuacán, ya que estos actos ilícitos varían de lugar en lugar, al igual que la afluencia de la gente y el modus operandi, pues en algunos hay más controles que en otros.
Se considera que las pérdidas se cuentan en decenas de millones de pesos, ya que son acciones que, asegura, llevan décadas practicándose.
En busca de regulaciones a guías de turismo
Para el presidente de la Unión de Guías de Turismo Acreditados de la República, asociación que nació con el claro propósito de combatir la corrupción y las irregularidades a las que constantemente se enfrentan las personas que se dedican a esta profesión, para poder acabar con esta realidad lo que se necesita hacer es aplicar la Ley.
En el país, los guías de turistas están regulados por la Norma Oficial Mexicana NOM-08- TUR-2002, donde se establecen los lineamientos a los que deben sujetarse estos profesionistas, tanto los generales como los especializados.
“Antes de que la Ley Federal de Turismo fuera sustituida por la Ley General de Turismo, cosa que sucedió durante el sexenio de Vicente Fox, se contemplaban de manera muy clara nuestros derechos y obligaciones como guías de turistas, ahora, solo están nuestras obligaciones.
“Esto es un problema porque ahora no se establece de manera clara que se nos deje entrar a los lugares donde laboramos sin tener que pagar como si fuéramos visitantes, lo cual nos afecta gravemente”, explica Morgan.
Andrés también denuncia que a pesar de acercarse con las autoridades correspondientes, estos conocen perfectamente el problema que tiene Teotihuacán y otras zonas arqueológicas y han permanecido omisos o las acciones que llevaron a cabo de poco sirvieron.
“Las autoridades nada más se echan la bolita. Si vas con la Secretaría de Turismo (Sectur) y denuncias las irregularidades, tanto en las zonas arqueológicas como de la cantidad de guías de turistas que operan sin estar certificados, dicen que ellos no pueden hacer nada. Si vas al Ministerio Público te dicen que no tienen órdenes para tomar acciones contra esas personas”.
Durante el sexenio pasado, gracias a la Unión de Guías de Turismo Acreditados de la República, se realizaron en el Zócalo una serie de operativos para controlar a los guías de turistas sin certificación. No obstante, Andrés asegura que sólo fueron dos incursiones a Teotihuacán, y la última se llevó a cabo en 2016 sin que nada realmente cambiara.
Por su parte, la Secretaría de Turismo implementó lo que llamaron jornadas de verificación, una acción para que de manera voluntaria los guías no certificados pudieran acercarse y poner en regla sus actividades.
“Las jornadas tampoco fueron muy útiles, pues el personal de la dependencia gubernamental se instaló en los lugares donde ni siquiera están los ‘guías piratas’, y como era voluntario pues pocos acudieron”.
En cuanto al acercamiento que han buscado tener con los representantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia para buscar soluciones conjuntas a esta problemática, Andrés Morgan, asegura que no han recibido respuesta alguna.
Lo ideal para el presidente de la asociación civil y también guía de turista, sería que todos los sitios históricos funcionaran como lo hace el Museo Nacional de Antropología e Historia, en donde no dejan pasar a guías no acreditados y, de ver a alguno sin su credencial, se le retira del lugar.