El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró el día de ayer que la caravana “Viacrucis Migrante” que recorre el territorio mexicano quedara diluida gracias a las leyes de política migratoria de México a las que calificó como “fuertes”, a través de su cuenta de Twitter.
Aun cuando el gobierno mexicano negó oficialmente haber intervenido en la disolución del movimiento, el tema de la similitud en las políticas migratorias de ambos países vuelve a estar en el centro del debate.
Ante el juicio de Trump, al referirse a las “fuertes leyes migratorias” mexicanas, las estadísticas oficiales confirman altos índices de deportaciones mayores al 80 por ciento durante el año pasado.
Solo en los meses de enero y febrero del 2018, según las cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), el gobierno de Estados Unidos deportó a 32 mil 017 mexicanos, mientras que el gobierno mexicano, en ese mismo periodo hizo lo propio con 16 mil 278 extranjeros que ingresaron de manera ilegal.
Los números del lado del gobierno mexicano demuestran que el 77 por ciento de las personas migrantes que fueron presentadas ante las autoridades migratorias, fueron devueltas a sus países.
Lo anterior, debido a que hubo 20 mil 943 personas presentadas ante las estaciones del INM durante el primer bimestre del 2018; y de ellas, más de 16 mil fueron retornadas a sus naciones.
Durante el 2017, así lo indican las estadísticas el INM, Estados Unidos ordenó la repatriación de 166 mil 986 connacionales, mientras que México, en ese mismo año, deportó 80 mil 353 extranjeros que ingresaron de manera ilegal a nuestro país, en su mayoría originarios de países centroamericanos.
Lo anterior evidencia que así como el gobierno norteamericano se ha ensañado en su política migratoria con los grupos de mexicanos que ingresaron ilegalmente a aquel país, México prácticamente ha focalizado su política de expulsión contra los migrantes que proceden principalmente de los países de Centroamérica.
En el 2017, de las 95 mil 497 personas migrantes que fueron detenidas por la autoridad migratoria mexicana, el 84 por ciento fueron devueltas a sus países.
Los números dejan al descubierto que los migrantes centroamericanos son lo que más transitan el territorio nacional en su afán de encontrar mejores oportunidades de vida, y por ello son los que más se devuelven a sus naciones.
De los 80 mil 353 migrantes que fueron expulsados del país, 35 mil 133 son originarios de Guatemala, 29 mil de Honduras y 11 mil 542 de El Salvador.
En la realidad de los 166 mil 986 mexicanos que durante el 2017 fueron expulsados por la política migratoria de Estados Unidos, las mayores cifras de deportación corresponden a 16 mil 059 guerrerenses, 14 mil 937 michoacanos, 14 mil 722 oaxaqueños, 11 mil 087 guanajuatenses, 9 mil 236 veracruzanos, 8 mil 355 poblanos, 8 mil 221 jaliscienses, y 7 mil 680 originarios del Estado de México.
Muchos deportados, pocos refugiados
Frente a las elevadas cifras de deportaciones que expone el gobierno mexicano, como resultado de su política migratoria, también resalta el bajo número comparativo de personas que llegan a alcanzar la migración legal para permanecer en suelo nacional, principalmente bajo el estatus de refugiado.
Según los datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), del 2013 a diciembre del 2017, el gobierno mexicano sólo ha entregado el estatutos de refugiado al 23 por ciento de los 29 mil 552 solicitantes extranjeros que lo han solicitado el asilo político a nuestro país, principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala.
Las cifras de la COMAR, dependiente de la Secretaría de Gobernación, indican que en el 2017 de 14 mil 596 extranjeros que ingresaron de manera ilegal a nuestro país y que solicitaron permanecer aquí en calidad de refugiados, el gobierno mexicano negó esa posibilidad a un total de mil 650 personas, 2 mil 233 abandonaron los trámites burocráticos, 167 desistieron de su intención y otros 7 mil 719 aún continúan a la espera de una respuesta.
En suma, de todos los solicitantes de asilo político que se registraron en el 2017, un total de 4 mil 475 extranjeros concluyeron el trámite administrativo, de los que mil 907 fueron reconocidos como refugiados, y 908 recibieron protección complementaria para su seguridad por parte del gobierno mexicano.
De todos los extranjeros solicitantes de asilo político que durante el 2017 se registraron ante instancias del gobierno mexicano, 5 mil 876 se ellos son mujeres, y 8 mil 720 son hombres; el mayor grupo extranjero beneficiado con asilo político en este periodo fue el de venezolanos, de los que 907 alcanzaron el estatus de refugiado, de un total de 4 mil 042 solicitantes.
Entre los grupos de migrantes que se han visto escasamente apoyados con el programa de ayuda a refugiados, también se encuentra el de hondureños, donde han sido reconocidos como refugiados 378 de ellos, frente a los 4 mil 272 que lo solicitaron, y el de los salvadoreños que de los 3 mil 708 que solicitaron refugio solo se respondió positivamente a 525.
Tensión entre gobiernos
La caravana “Viacrucis del Migrante” derivó en fricciones entre México y Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump enfureciera por el movimiento migratorio que tenía como propósito inicial llegar a la frontera con su país.
El movimiento de los migrantes generó que Trump ordenara el despliegue de militares de la Guardia Nacional en su frontera con México.
En respuesta a esta postura, por parte del gobierno de Trump, el presidente Enrique Peña Nieto emitió un mensaje en el que exigió respeto a la dignidad de México.
“Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos. No vamos a permitir que la retórica negativa defina nuestras acciones”, señaló.
Por su parte, el tránsito de “Viacrucis del Migrante”, que es coordinada por la organización “Pueblos Sin Frontera”, anunció a través de su director Irineo Mujica, que el recorrido que realizan los más de 800 integrantes terminará en la Ciudad de México y no en la frontera con Estados Unidos como se tenía previsto.