El municipio de Tlaquepaque, se ha convertido en un territorio neurálgico para la delincuencia organizada y sus actividades de narcotráfico en Jalisco, así lo diagnosticaron recientemente las autoridades federales y estatales, tras del operativo Escudo Titán, y antes, en 2014, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Por su vecindad con grandes mercados de la droga como Guadalajara y Zapopan, pero con instituciones municipales más débiles que las de aquellos, más pobres también y con mayor riesgo de cooptación, Tlaquepaque terminó por volverse la guarida idónea de las células del crimen organizado y, en específico, del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De esta manera, pese a tener poco más de 8 por ciento de la población del estado, Tlaquepaque fue el escenario de una quinta parte de todos los homicidios dolosos ocurridos en la entidad en el primer bimestre de 2018; 48 asesinatos de los 247 que sumó la entidad al inicio de este año.
El desarme de la Policía de Tlaquepaque, dentro del operativo federal Escudo Titán, el 11 de marzo, tuvo como antecedente el multihomicidio de seis sujetos, atacados por un comando en un restaurante; uno de ellos, dijo el fiscal Raúl Sánchez Jiménez el 8 de marzo, “trae tatuadas las iniciales CJNG, del Cártel de Jalisco”.
Tras la intervención a esa corporación municipal por el Ejército, la Policía Federal y la Fiscalía local, el secretario general de Gobierno, Roberto López Lara, expuso el diagnóstico que había motivado esa acción, y que muestra lo que ha estado ocurriendo con ese municipio de la metrópoli de Guadalajara.
“El gobierno de Jalisco, y en colaboración con las fuerzas federales decidió actuar con mayor firmeza en contra del crimen organizado; para tal efecto, y derivado de las reuniones de coordinación, se ejecutó una operación con un cinturón de seguridad en la cual se colocaron ocho filtros de seguridad en la periferia de la zona metropolitana, de los cuales cuatro se encontraban en el área de influencia en el municipio de Tlaquepaque.
Esta operación nos permitió, por medio del trabajo de inteligencia, detectar que entre los polígonos intervenidos, aquellos correspondientes a Tlaquepaque que resultaban los más conflictivos, ya que (por) la ubicación estratégica con su colindancia con los municipios más importantes del área metropolitana de Guadalajara, y que conecta con las carreteras más importantes que cruzan el estado (…), los grupos delictivos buscan controlar el municipio no solo para el narcomenudeo, también para el trasiego de sustancias ilícitas y otros delitos”, dijo el 22 de marzo.
Una vez reevaluada la Policía de Tlaquepaque, mediante exámenes y controles de confianza, las autoridades concluyeron que más de una décima parte de sus miembros no eran confiables; 125 de 863 totales. Incluso se detuvo a uno comandante, Miguel Ángel “N”, quien habría participado en el asesinato de otro oficial de la misma institución, el 30 de enero, debido a que pertenecían a células delictivas distintas, así lo informó la Fiscalía el 26 de marzo pasado.
“Fue vinculado a proceso un comandante de la Policía de San Pedro Tlaquepaque por su presunta participación en el homicidio de otro hombre, quien también era elemento de la misma corporación (…). Se pudo esclarecer que el móvil del crimen fue porque la víctima pertenecía a un grupo criminal contrario al que era integrante el ahora detenido, situación por la que lo privaron de la vida”.
La alerta UNODC
De forma coincidente, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ya había señalado en 2014 la relevancia que tenía ese municipio para las operaciones de narcotráfico orientadas hacia el mercado estadounidense.
En su Evaluación Global de las Drogas Sintéticas 2014, la UNODC destacó a Tlaquepaque, junto con Guadalajara, son puntos de origen en Jalisco de rutas de trasiego de cargamentos de metanfetaminas, y que van directamente hacia las ciudades fronterizas de Tijuana y Mexicali, para su introducción al territorio de Estados Unidos.
El CJNG, presuntamente, maneja un portafolio variado de narcóticos para su tráfico hacia el país de norte, y tiene una alta especialización en las drogas sintéticas, y en especial, en las metanfetaminas.
“Jalisco es uno de los principales estados de México donde han sido descubiertos laboratorios de metanfetaminas, en conjunto con los estados de Michoacán y Sinaloa”, dice la UNODC en dicha evaluación.