Tlatelolco es más que el 2 de octubre. La masacre estudiantil del 2 de octubre 1968 marcó la memoria de este conjunto urbano en su etapa moderna, pero es solo un capítulo de una larga historia que comenzó antes de la llegada de los españoles.
Por años, algunos de sus habitantes han luchado para que se conozca la riqueza histórica y cultural de Tlatelolco, la cual dicen que ha sido poco valorada.
“El 2 de octubre es importante, pero Tlatelolco es mucho más que el 2 de octubre”, asegura Cuauhtémoc Abarca Chávez, representante de la Coordinadora de Residentes de Tlatelolco.
La historia de Tlatelolco se remonta al periodo prehispánico, al colonial y al México moderno. El año pasado fue nombrado patrimonio cultural intangible de la Ciudad de México por su valor en la memoria histórica, pero esa parte yace en el olvido.
“Es difícil encontrar en el mundo otro conjunto urbano que tenga en su centro una zona arqueológica que pertenece a un periodo histórico; una iglesia y un exconvento que pertenecen a otro; y los edificios modernos, que pertenecen a otro. Por eso ahora la plaza que está ahí se llama de las Tres Culturas”, dice Cuauhtémoc.
Además de ser sede del tianguis más grande e importante de la región, la ciudad prehispánica de Tlatelolco fue el último lugar en donde el Imperio azteca le hizo frente a los conquistadores.
Cuatro siglos antes del movimiento estudiantil, miles de mexicas fueron masacrados en la batalla del 13 de agosto de 1521, lo que dio origen al pueblo mestizo, señala el monumento conmemorativo en recuerdo a esta tragedia.
Con las piedras de sus pirámides en el periodo colonial se construyó el Templo de Santiago, en cuyas inmediaciones es posible apreciar los basamentos prehispánicos.
En 1960 arrancó la construcción de Tlatelolco tal como se conoce ahora y en 1964 se inauguró. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Mario Pani y consistió en 11 mil 916 departamentos y 2 mil 323 cuartos de servicio en 102 edificios.
El conjunto urbano además tenía cientos de locales comerciales, estacionamientos, escuelas, hospitales, centros deportivos, teatro, un cine y oficinas administrativas. Se promocionó como una ciudad dentro de la ciudad.
Pero a los pocos años vinieron tiempos difíciles que marcaron a Tlatelolco. El 2 de octubre de 1968 cientos de jóvenes y estudiantes fueron reprimidos por el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz. Una fecha que año con año se recuerda y en la que se exige justicia.
Diecisiete años después de la masacre estudiantil, el Conjunto Urbano Presidente Adolfo López Mateos de Nonoalco Tlatelolco, el cual es su verdadero nombre, vivió otra tragedia.
En el sismo del 19 de septiembre de 1985, el edificio Nuevo León se derrumbó y murieron entre 200 y 300 habitantes, aunque no se sabe el número exacto, refiere Cuauhtémoc Abarca Chávez.
Tras el terremoto que cimbró al país en ese entonces, Tlatelolco se convirtió en el epicentro de los movimientos por la reconstrucción, recuerda el representante vecinal.
“Tlatelolco se vuelve otra vez un sitio de referencia, en este caso en la lucha por la reconstrucción y de otro cambio de la vida en nuestra ciudad, en nuestro país. Porque gracias a la lucha que entonces dimos nace la Asamblea Legislativa, el PRI no vuelve a ganar una elección en la Ciudad de México.
“Se crea el Cenapred (Centro Nacional de Prevención y Desastres), nace la Ley de Protección Civil, se modifica y mejora el Reglamento de Construcciones, se empieza a trabajar en el sistema de la alerta sísmica y en el concepto de la prevención”, relata.
En el espacio donde estuvo el edificio Nuevo León hay una plaza con un reloj que marca la hora del sismo y frente a él cada año se recuerda a quienes murieron.
Tras estos dos últimos eventos, decenas de familias abandonaron el conjunto habitacional creado por el arquitecto Mario Pani bajo los preceptos del movimiento moderno. Pero Tlatelolco se recuperó.
El 1 de octubre de 2018, el entonces jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, firmó el decreto que establece a Tlatelolco como Patrimonio Cultural Intangible por su valor en la memoria histórica.
“Se trata de un justo reconocimiento que tiene la finalidad de preservar el valor social, histórico y artístico de este sitio emblemático de la Ciudad de México, señaló Amieva.
Deuda pendiente con Tlatelolco
Tlatelolco es un punto cultural importante, pero infravalorado por las autoridades y por la sociedad, dice Cuauhtémoc Abarca Chávez, representante de la Coordinadora de Residentes de Tlatelolco.
Tiene teatros propios y lugares como el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (de la UNAM), la zona arqueológica, la parroquia, el jardín y el antiguo convento de Santiago, pero muchas veces es poco conocido y hace falta más difusión.
“El año pasado se declaró a Tlatelolco por parte del Gobierno de la Ciudad como Patrimonio Cultural Intangible y Sitio Emblemático de la Memoria Histórica de la Ciudad de México, pues ese es un bonito título, pero no vino acompañado de un presupuesto para hacer obras de restauración que le devuelvan, dijéramos, la dignidad perdida”, dice Cuauhtémoc.
Aunque el vecino señala que actualmente la alcaldía un programa para un nuevo sistema de luminarias y otros proyectos, no es suficiente.
Abarca dice que uno de los problemas más graves que enfrenta el actual conjunto habitacional es la inseguridad. En la última década se han registrado los casos de mujeres asesinadas que no han sido resueltos y ha incrementado el delito de robo de autopartes.
Sin embargo, no pierde la esperanza de que algún día Tlatelolco pueda recuperar el esplendor que tuvo.
Lugar cultural
- Zona arqueológica de Tlatelolco
- Centro Cultural Universitario Tlatelolco
- Parroquia Santiago
- Antiguo Convento Santiago
- Jardín de Santiago
- Museo Memorial del 68
- Plaza de las Tres Culturas